Porfi Jiménez y su Orquesta

Hacía su trabajo “a la calladita”, sin mayores aspavientos, de manera efectiva y con bastante seriedad. Siempre decía que su trabajo era alegrar la vida de las personas y ponerlas a mover los pies. Director de orquesta, trompetista, arreglista, amante del jazz, del beisbol y de la pintura, Porfirio Antonio Jiménez Núñez era su nombre, pero en el Caribe solo se le decía Porfi. Los 31 de diciembre hacía una fiesta grande, usualmente en el prestigioso hotel Tamanaco de la capital venezolana para festejar los aniversarios de su agrupación. A Porfi Jiménez le pasó lo que a Billo Frómeta: se enamoró de Caracas, pero su historia comenzó en la República Dominicana, en Hato Mayor, el 16 de febrero de 1928.

Un encuentro con sorpresas

Acordamos vernos en su pequeña oficina caraqueña. “Mi rinconcito” la llamaba él, rinconcito que se hacía más pequeño por la cantidad de trofeos, diplomas, discos de oro, de platino y muchísimas pinturas, delatando su inclinación por el arte ingenuo. Ese rinconcito estaba ubicado en la zona de Quinta Crespo, en Caracas, prácticamente detrás de Radio Caracas Televisión. En el pequeño edificio donde estaba esta oficina, igualmente estaban las de Renato Capriles, director de Los Melódicos, la de Luis Francisco Mendoza, “El negro Mendoza“, productor, mánager y su sello discográfico Korta Records, la de Reinaldo Armas y hasta una oficina de Alberto Naranjo, creador de El Trabuco Venezolano. Era un edificio viejo y muy particular. La oficina de Porfi destacaba porque se notaba el cariño puesto en su ambientación.

Perdió a su padre siendo un niño de tres años. Su madre se ocupó con esmero de su formación y le marcaría la vida al obsequiarle una trompeta cuando Porfi tenía siete años. No sólo eso: su mamá lo matriculó para estudiar música  y en 1946, a los 18 años recibió su grado musical en su tierra natal, Hato Mayor. Comenzando la década de los 50 marcharía a la capital, a Santo Domingo.

Yo trabajaba en una emisora, La Voz Dominicana, pero comencé a tener problemas con el gobierno de Trujillo. Hasta preso me pusieron. Nadie que no lo haya vivido puede imaginar esos años en la República Dominicana. Entonces un amigo me comenzó a hacer algunos contactos para que saliera hacia Venezuela. El Gobierno me retuvo el pasaporte durante seis meses, pero al fin pude salir con los pasajes que me envió Rafael Minaya. Y Minaya, arreglista, músico dominicano como Porfi, era amigo de Billo Frómeta y estaba como éste y como Porfi, contra la dictadura de Trujillo.

A Caracas llegó el 6 de febrero de 1954 en tiempo de carnaval. Ya tenía asegurado su puesto en la banda de su paisano, también residente en la capital venezolana.

Periplo orquestal

Lil Rodríguez: Luego de su llegada a Venezuela y su estreno con Minaya, ¿con cuáles otras orquestas trabajó?

Porfirio Jiménez: Bueno, la verdad es que estuve en excelentes orquestas luego de llegar de la mano de Rafael Minaya. Hubo problemas en la orquesta de Minaya y él mismo me sugirió a Pedro J Belisario, que ya Pedro se había separado de la orquesta que tenía con sus hermanos. Fueron dos años con Belisario que resultaron provechosos, buenos. En 1956 me integré a la orquesta de Billo Frómeta, pero fue un tiempo tormentoso para Frómeta.

Claro. Hay que recordar que Billo estuvo en prisión en Caracas a finales de 1956 e inicios de 1957 acusado de bigamia. En ese entonces la orquesta quedó bajo la dirección de Fredy Coronado con el apoyo de Porfi Jiménez. Cuando a Billo le imponen un insólito veto ‘de por vida’ para tocar en Venezuela se formó la Caracas Swing Boys y en sus inicios la dirigió impecablemente Porfi. Pero cuando Frómeta salió para Cuba, la Swing Boys se disolvió.

Entonces ingresé a Los Peniques de Jorge Beltrán, donde estuvieron Víctor Piñero y Cheo García. En 1960 me fui para la orquesta de planta del canal televisivo Venevisión. Fue entonces cuando junto al pianista Aníbal Abreu abrimos una oficina para hacer arreglos musicales. Luego de eso yo viajé a Boston a estudiar orquestación y al regreso, el 31 de diciembre de 1963, debuté con mi orquesta en el Hotel Tamanaco. Por eso es que los aniversarios los celebro allí.

LR: ¿Cuál era la dotación de su orquesta?

PJ: Bueno, figúrate. Yo estaba imbuido del espíritu del mambo bravo y el jazz latino; así que monté una orquesta donde tenía cuatro trompetas y cinco saxofones. ¡Qué barbaridad! Lo reconozco ahora. Después reduje esa dotación porque fui aprendiendo a sacar un sonido grande con pocos músicos. Luego la dejé en 14 músicos, incluyéndome.

Las voces de Porfi son algo legendario a nivel de orquestas bailables en Venezuela.

Nos mostró la primera foto con Kiko Mendive, el primer cantante que tuvo. En esa etapa inicial con su banda también estuvieron Chico “Sensación” Salas y Rolando LaSerie. También estuvieron con Porfi los vocalistas de la salsa, Carlín Rodríguez, Freddy “Coco” Ortega, Orlando José Castillo “Watussi” y Nano Grant, a quien tenía mucho cariño. Prácticamente lo descubrí.

De su pasantía por la orquesta de Porfi, Mauricio Silva, destacado trombonista, pianista, arreglista y director nos dice: Porfi era exigente. Muy exigente, muy serio, y de él aprendimos que la música, más allá del deleite, era una labor y como tal había que acometerla. Me sentí honrado cuando el maestro me permitió hacer arreglos para la orquesta.

Por su parte Orlando José Castillo “Watussi” nos declaró: Yo me salí de Los Satélites en 1972 en el aeropuerto de Santo Domingo cuando hicimos nuestro segundo viaje, y regresando a Venezuela tuve la fortuna de ser solicitado por el maestro Porfi Jiménez para pasar a formar parte de su orquesta. Y fueron dos años de experiencia porque allí me encontré con los mejores músicos del país y no sólo eran músicos, eran personas ya con edad y experiencia en la vida y fueron para mí maestros existenciales, personas que comenzaron a cambiarme la forma de vivir, de analizar la vida, personas que me cambiaron el comportamiento como ser humano, “El Gallo Velásquez, Rafael, el señor Luis Arias, Alfredo Padilla, que ya tenían cierta experiencia, y aparte de eso el Maestro Porfi. Fueron gente que me enseñaron a comportarme mejor como persona y como músico porque el ambiente donde nos desarrollábamos en el trabajo en esa época era el mejor.

También por la orquesta de Porfi pasaron voces femeninas, siendo la primera Clivia Sierralta. Luego vendrían varias cantantes y coristas destacando Yamilet Freitez, Minerva e Hilse Álvarez.

En el tema de las voces femeninas Porfi coincidía con Renato Capriles, el director de Los Melódicos. ¿Por qué no?

Otras voces y arreglos

Siempre me gustó arreglar porque la posibilidad de conocer bien a un intérprete expande el mundo de la creación para ambos. Recuerda Lil, que con Anibal Abreu abrimos una oficina, nos asociamos para hacer arreglos musicales. Muy cerca de nosotros estaba José Pagé, gerente del sello Velvet de Venezuela, y después de conocer mi trabajo me contrató y estuve siendo su principal arreglista durante diez años.

Allí comenzó un nuevo ciclo para Porfirio Jiménez. Asumió el reto de la orquestación y el primer resultado fue nada menos que el álbum Unicamente tú con el que Felipe Pirela se daba a conocer como solista después de dejar las filas de la orquesta de Billo Frómeta. Y si es cierto que el cantante era excelente, excelentes fueron también los arreglos de Porfi que todavía los melómanos tararean: Pobre del pobre, El malquerido, Unicamente tú, y demás.

Porfi fue arreglista de Cherry Navarro, director musical de Blanca Rosa Gil, y el arreglista del legendario tema Tú sabes que tan popular fuera en la voz de Estelita del Llano. Arregló para otras voces como por ejemplo el tema Tristeza, de Manuel Briceño para Rosa Virginia Chacín, y también generó éxitos a Mirla Castellanos con sus orquestaciones.

Para la etapa de nuestra conversación en su rinconcito, Ya Porfi había demostrado sobradamente su capacidad para el jazz, y dejaba colar en sus arreglos la influencia jazzística de la que era portador. También había pasado por la salsa y se aventuraba en el ritmo de su tierra natal, el merengue dominicano. “Rompió la liga” con temas como Dolores, Se hunde el barco y El culucucú. Y entonces construyó su sueño al organizar la Porfi Jiménez Jazz Big Band que generó un movimiento importante entre los músicos venezolanos, a los que convocó. Todos acudieron a su llamado, Desde el saxofonista Benjamín Brea y el trombonista Mauricio Silva hasta el baterista Andrés Briceño. Junto al jazz estaba  su inclinación por los temas instrumentales que siempre se colaban en sus discos. Su instrumental en jazz Venezuela es una joya por calidad y por sentimiento.

La de él fue una discografía extensa, exitosa y selecta. Porfi Jiménez partió (causas de salud) el 8 de junio de 2010. Deja una obra importante por su calidad, esmero y versatilidad. Sus familiares se han dedicado con el tiempo a recopilar esa obra. Y hay que hacerlo.

Playlist

1. Porfi Jimenez y su Orquesta - El mudo
00:00:14
2. Porfi Jimenez y su Orquesta - Se está colando
00:03:26
3. Porfi Jiménez y su Orquesta - La resbalosa
00:06:55
4. Porfi Jimenez y su Orquesta - De repente
00:09:10
5. Porfi Jimenez y su Orquesta - El exorcista
00:12:09
6. Porfi Jimenez y su Orquesta - Los estudiantes
00:14:51
7. Porfi Jimenez y su Orquesta - Africa a Go Go
00:17:47
8. Porfi Jimenez y su Orquesta - Pata Pata
00:20:42
9. Porfi Jimenez y su Orquesta - Casatchok
00:23:05
10. Porfi Jimenez y su Orquesta - Soy como quieras tú
00:25:46
11. Porfi Jimenez y su Orquesta - María Engracia
00:30:03
12. Porfi Jimenez y su Orquesta - Yo no bailo con Juana
00:33:48
13. Porfi Jimenez y su Orquesta - Bomba pa' ti
00:37:19
14. Porfi Jimenez y su Orquesta - Salsa pa' ti
00:40:17
15. Porfi Jimenez y su Orquesta - Echate pa' cá
00:43:12

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