Carlos Quintana es, sin duda, uno de los grandes maestros de la salsa venezolana. Nacido en Caracas en 1943, era alto y muy delgado, lo que le valió el apodo de “Tabaco“. Limpiabotas y vendedor ambulante, a la edad de 18 años se enamoró de la noche caraqueña y pasaba sus días escuchando los ensayos de un grupo musical al que terminó ingresando, gracias a la intervención de su amigo Elio Pacheco. Ese grupo se llama Sexteto Juventud.

Tabaco pasó por casi todos los puestos musicales dentro de la banda hasta convertirse en cantante. Fue el parecido de su voz con Ismael Rivera y sus dotes de intérprete lo que le valió un puesto permanente en aquella banda mítica.

Después de dejar el grupo en 1973, creó su propio sexteto, Tabaco y su Sexteto, y luego formó Tabaco y sus Metales, dos grupos que lograron reconocimiento internacional y se convirtieron en elementos básicos de la escena musical venezolana hasta mediados de los años 80. A lo largo y a pesar de su fama, Tabaco fue

Siempre tuvo claro que la música tenía un papel social que desempeñar, y solía cantar en las cárceles venezolanas. Lamentablemente falleció joven, el 30 de mayo de 1995, a causa de una afección pulmonar. El público desbordó las calles para acompañarlo a su último baile.

Esta compilación de canciones de Tabaco se titula simplemente Tabaco, y tiene como subtítulo “Tabaco y su Sexteto, Tabaco y sus Metales, 1974-1985“. Una compilación realizada por El Dragón Criollo y El Palmas, y se trata de un intento de arrojar luz sobre este ícono musical y mostrar su versatilidad, habilidad vocal y conocimiento inigualable de los ritmos musicales.

El álbum lo componen doce canciones, cada una con enfoque y tratamiento diferente por parte de Tabaco: El Tren de Porky bien podría llamarse “El tres de Porky” al centrarse en la interpretación de este instrumento cubano. San Juan Guaricongo, que es la canción que presenta Gladys Palmera, es un tributo afro a San Juan Bautista. Ponte en Ritmo es un montuno típico de la “salsa brava”. A Millet es un tributo al inolvidable arreglista salsero Jorge Millet. Yo Soy Sonero tiene una variación sinfónico-romántica al estilo de Ricardo Ray. La Libertad es una delicia “con moña” y al mismo tiempo una evocación de Celia Cruz. Una Sola Bandera tiene aquel fabuloso coro que dice “El negro y el blanco deben tener sólo una bandera”. Arrollando y su introducción de piano. Lino y su canto social al estilo Tite Curet Alonso. Cuando Llora el Indio es una cumbia colombiana. Imollé que podría tener perfectamente el sello de Arsenio Rodríguez vía Larry Harlow. Y Casamiento presenta un juego de cuerdas in crescendo.

Pero como dicen sus compiladores: “es la voz magistral de Tabaco la que se adapta sin esfuerzo a los requisitos de la melodía y la letra, manejando cada ritmo con maestría”. Tabaco es imperdible, un viaje embriagador a la esencia de la salsa y los ritmos del Caribe.

Escribía Lil Rodríguez que las fiestas de San Juan Bautista en Barlovento, Venezuela, marcan el inicio de la temporada de lluvias y hacen que parrandas y cofradías de toda la región se unan en un ciclo festivo lleno de tambor, sudor, fervor y baile popular a partir del 23 de junio de cada año. 

El Palmas Música recupera dentro de la obra de Tabaco y su Sexteto una canción que te presentamos ahora, San Juan Guaricongo, dedicada al santo y a su festividad tradicional. San Juan Guaricongo es una canción hecha en dos tiempos: afro al comienzo y descarga después. Ritmo incesante para nao dejar de bailar y despejar. ¡Candela!

Playlist

1. Tabaco y su Sexteto - San Juan Guaricongo
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