Wagner Pa y Brazuca Matraca

Desde tiempos inmemoriales el ser humano se ha trasladado de un sitio a otro. Primero, viajando a tierras cercanas y luego, desplazándose por el mundo entero. En ese ir y venir trashumante se dieron un montón de intercambios entre las poblaciones y la música no fue ajena a estos hechos. A fines del siglo XX y principios del XXI, Barcelona se convirtió en la meca del mestizaje sonoro gracias a músicos llegados desde distintos puntos del planeta que confluyeron al mismo tiempo en la ciudad condal. En coincidencia con el nacimiento de Radio Gladys Palmera, la movida mestiza puso color a una metrópoli que ya venía envalentonada desde los Juegos Olímpicos celebrados en 1992.

Muchos señalan el asentamiento de Manu Chao en la ciudad condal –en pleno suceso de su disco Clandestino (1998)– como el hito que permitió que este movimiento despegara. Y si bien no puede desconocerse la importancia del ex cantante de Mano Negra, lo cierto es que un par de años antes ya se venía gestando una fusión cultural que tarde o temprano iba a tener eco en la música. Ojos de Brujo, formada en 1996, y Color Humano, llegados en 1995 desde Francia, fueron algunos de esos primeros grupos que comenzaron a licuar el flamenco, lo balkan, el rap, el hip hop, el rock, la salsa y el reggae. En esa misma época pero en Madrid, Amparo Sanchez creó Amparanoia y, si bien geográficamente estaba más distante, su propuesta calzaba a la perfección con lo que proponían sus colegas mediterráneos.

Con la llegada del nuevo siglo esos primeros esbozos sonoros se multiplicaron y tuvieron un eje en común: la calle. Allí, desde el seno mismo de la cultura popular numerosos músicos, principalmente latinoamericanos, africanos y europeos, mostraron y desarrollaron sus propuestas. Ya sea en Plaza Cataluña, las Ramblas y, sobre todo, en barrios como el Gótico y el Raval, iniciaron su camino artistas como Macaco, Che Sudaka, 8001 o Cheb Balowski, quienes también se caracterizaron por cantar en diferentes idiomas: castellano, catalán, inglés, francés y árabe, entre otros. 

Una característica notoria desde el inicio fue que se trata de colectivos artísticos. Eso les dio una naturalidad a la hora de presentarse, por ejemplo, en las diferentes plazas del bohemio barrio de Gracia. Y eso también facilitó su contacto instantáneo con el público, en especial con una generación de artistas y estudiantes inconformes que poblaron la ciudad a comienzos de siglo XX. Como la posibilidad de mezclas musicales estaba a flor de piel, guitarristas españoles, cantantes argentinos, músicos gitanos o percusionistas cubanos lograron una gran empatía entre sí al coincidir en locales alternativos como Paramigente en la calle Bolívar, arriba de plaza Lesseps.

Pero no sólo en Barcelona se gestó esta movida ya que en otras ciudades catalanas como Badalona y Gerona nacieron grupos como La Kinky Beat y Txarango respectivamente. En esa Barcelona multicultural, lo natural fue la mezcla y el intercambio de experiencias, por eso en casi todos los casos esa heterogeneidad se vio reflejada también en letras que abarcaban cuestiones sociales y de derechos humanos. Las vivencias tercermundistas de repente se hicieron eco en voces europeas que con empatía colaboraron para denunciar atropellos, abusos y autoritarismos políticos y policiales. Discos compilados como Siempre Fui Loco (2002) a beneficio de la radio argentina La Colifata o Barcelona Raval Sessions (2003), de Satélite K, el sello de Carles Santos, son buenos documentos de aquella época.

Si bien hubo una sonoridad propia que aunó el movimiento, lo cierto es que también hubo diferentes formas de darse a conocer. Hubo quienes eligieron un camino más electrónico como Shiva Sound y Go.Lem System, otros más cercanos al folkie como Muchachito Bombo Infierno, algunos una senda manonegrista como La Pegatina (que fue una de las últimas bandas en sumarse al movimiento) y otros más tradicionales como Fufü-Ai. En cualquier caso lo cierto es que lo mestizo vino a reemplazar por un rato al concepto discográfico de “world music” tan en boga durante la década de los 90 del siglo pasado.

Pero si algo tuvo de rico este período es que fue casi inclasificable gracias a la conjunción de estilos y géneros universales y angloparlantes como el rock y el reggae, otros más mediterráneos como la rumba catalana, o caribeños como la salsa y la cumbia, o de la Europa del Este como el balkan, que había ganado mucha fama gracias a agrupaciones como Emir Kusturica and The No Smoking Orchestra. A su vez tuvo la particularidad de que fue un movimiento gestado subterráneamente, fuera de las grandes luces y del mainstream, vivido en la calle y en los bares. Aunque algunos de sus representantes lograron pasar la barrera underground, la mayoría se quedó allí y fue un buen secreto a voces durante varios años. Incluso cuando un poco más masivamente se comenzó a hablar de esta movida, algunos de sus grupos ya estaban en vías de separación.

Tampoco hay que olvidar que poco tiempo antes de que esta Barcelona comenzara su auge, al otro lado del océano atlántico, se vivió un auge también mestizo de la mano del llamado rock alterlatino. Una vez más la figura de Manu Chao se erigió como un faro ya que sus giras con Mano Negra por América Latina dejaron una huella imborrable y contagiaron a un montón de músicos que adoptaron su actitud punk tanto arriba como abajo del escenario y se lanzaron a mezclar géneros y estilos desprejuiciadamente. Todos tus Muertos y Los Fabulosos Cadillacs en Argentina, Puya en Puerto Rico, Maldita Vecindad en México y Aterciopelados en Colombia son algunos ejemplos de esa escena que supo dominar toda una década y que, a diferencia de sus pares barceloneses, sí llegó a lo más alto del mainstream logrando alta rotación en la cadena de videos MTV.

Finalmente podríamos decir que la Barcelona Mestiza vivió su época de esplendor entre 2001 y 2005 aproximadamente y hacia el segundo lustro de esa década la llama comenzó a apagarse con la disolución de algunos grupos. Pero sobre todo las nuevas leyes de civismo implementadas por el Ayuntamiento de la ciudad, como el plan 22@ -que prohibió tocar al aire libre sin permiso- hizo que poco a poco la escena callejera fuera bajando su efervescencia. Actualmente Che Sudaka, La Pegatina, Macaco –instalado definitivamente en el mainstream- y el siempreterno Manu Chao son de los poquísimos sobrevivientes de aquella época dorada que con actitud punk y ritmos y voces pluriétnicas borraron definitivamente las fronteras de la ciudad condal.

Playlist

1. Macaco - Emitiendo
00:00:18
2. Fufu Ai - BCN
00:03:56
3. Txarango - Arriba la Nit
00:06:54
4. Cheb Alowski - El Moro Rumbero del Call
00:10:15
5. Go Lem System - Calle Go Lem
00:12:43
6. Shiva Sound - Matogrosso
00:15:48
7. La Kinky Beat - Made In Barna
00:19:38
8. La Pegatina - Petrolero (feat. Emma Calafell)
00:22:40
9. 08001 - Araien
00:25:47
10. Che Sudaka - Silence Raval
00:29:43
11. Juan Perro & Caníbala - En el Chino
00:32:35
12. Mano Negra - Indios De Barcelona
00:37:39
13. Muchachito Bombo Infierno - La Bella y el Músico
00:40:15
14. Amparanoia - Que te Den
00:44:16
15. Guardia Urbana - Mañana me Chanto
00:47:06
16. Ojos de Brujo - Tanguillo de María
00:51:39
17. Wagner Pa & Brazuca Matraca - Xino Xano
00:55:04
18. La Limoncello - Crazy World
00:58:45

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