Pirineos Sur camino de las bodas de plata

José Manuel Gómez Gufi. Publicado el 5 de agosto de 2015

Ha finalizado la edición número 24 de Pirineos Sur con un balance positivo de público respecto a las últimas ediciones y un notable resultado artístico. El festival culminó con la coproducción con el festival Boulevard de Casablanca, protagonizada por Carmen París y Nabyla Maan “Dos Medinas blancas” que conecta Aragón y Marruecos a través de la figura de Ibn Bayah o Avempace (Zaragoza cerca de 1080/ Fez 1135) poeta, astrónomo y filósofo. La simetría de la propuesta se hizo patente en escena con las dos protagonistas cantando en el idioma de “el otro” y compartiendo repertorios. No es un mero encuentro en el que se superponen sensibilidades parejas, es una búsqueda de un sonido nuevo que tiene múltiples conexiones con el pasado.

No es concierto, de esos deslumbrantes, para el gran público, para las masas. Es un concierto que requiere un pequeño esfuerzo de concentración, algo que no parecen tener los seguidores de La Pegatina, una banda que exprime todas las bondades del mestizaje musical de los últimos 20 años y que parece no interesar a los exquisitos. Intentaré explicarme puesto que estoy en el lado de los no creyentes.

Lo que amamos de la aventura de Mano Negra fue eso, la aventura con aciertos y errores. La pachanga multiplicada por el punk, la salsa, la cumbia y mil ritmos más que Manu Chao y compañía siguieron buscando en sus apuestas por separado. Luego llegó la generación bastarda (Barcelona, Madrid o Granada) que se hermanó con el advenimiento del rock latino de Buenos Aires, México, Caracas, Colombia o Lima. Cada proyecto buscó raíces propias y lo combinó con lenguajes universalizados fuera el rap, la electrónica, el house, el funk, la rumba o lo que fuera.

Punto de Inflexión

Ahora estamos en un punto de inflexión, las nuevas generaciones tienen referencias distintas, en América Latina lo llaman alternativo, aquí indie. Por resumir la chilena Camila Moreno parte de la oscuridad de Radiohead o PJ Harvey para buscar en el corazón de los poetas y de Violeta Parra. Aquí los Planetas andan detrás de la senda de Enrique Morente transformados en Evangelistas.

Propuestas que requieren el mismo esfuerzo que llegar a Pirineos Sur, nada de playa y barullo. Aquí se necesita ropa de abrigo y bañador, por si acaso la propuesta nos deja fríos o, por el contrario, nos entra un calentón y nos tiramos al pantano.

Lo bueno del asunto es que podemos elegir. Lo dejó bien claro Carmen París al citar el lema del festival de este año: “Fronteras, ¿Mezcla o Barrera?. “Nosotros elegimos mezcla” dijo la cantante aragonesa.

Como siempre, en Pirineos Sur nos encontramos con buenos amigos e hicimos algunos nuevos. Nos contaron que nos habíamos perdido conciertos memorables como los de Bombino y Aurelio Martínez y tuvimos un encuentro muy especial con Toumani Diabaté que rememoró sus experiencias con el flamenco.

Aún no sabemos nada de la próxima edición, la del 25 aniversario, salvo que el año que viene volveremos al monte… al monte pa guarachar.