Isaac Delgado, timba, salsa y chachachá
Judy Cantor habla con Isaac Delgado sobre música, experimentación, la Cuba de ayer y hoy, y todo el legado que dejó la timba.
Issac Delgado llegó a Los Ángeles con su familia hacia finales del 2021, justo a tiempo para recoger un Grammy Latino en Las Vegas por su último álbum, Cha Cha Chá: Homenaje a lo Tradicional, grabado en una Habana confinada, con el cantante y compositor Alain Pérez, su cuñado, y miembros de la Orquesta Aragón. Ahora Delgado se encuentra produciendo un disco de un joven cantante pop italiano, y también poniendo en marcha su propio próximo disco.
Delgado contesta el teléfono. La voz, inconfundible, transmite la elocuencia afable de su cantar; la voz que de joven le hizo ganar el apodo de “El Chévere de la Salsa”.
A punto de cumplir 60 años, Delgado tiene a sus espaldas décadas de montar la montaña rusa de la industria musical y capear la lluvia radioactiva de la política. Su carrera ha sido la más internacional, adaptable, y duradera de los músicos que salieron de Cuba a los escenarios del mundo impulsados por la timba, el clarín de una nueva generación cubana en los años 90.
No es la primera vez que Delgado sale de Cuba para vivir por un tiempo en Estados Unidos. En 2006 cruzó la frontera con México para ponerse en la boca del lobo de la comunidad del exilio de Miami. Terminó volviendo a La Habana.
Un cantante cuya obra incluye su estilo particular de la salsa romántica, un disco de versiones de los grandes temas de Nat King Cole, y, siempre, colaboraciones multi-generacionales con grandes músicos cubanos, Delgado será siempre identificado como la voz clave de NG La Banda (Los Sitios Entero), y por sus hits como solista: Dando la Hora, El Solar de la California, La Vida es un Carnaval…
Judy Cantor-Navas: Issac, nosotros nos conocimos por primera vez en La Habana en los años 90, en un momento social rompedor. La timba en ese momento fue un sonido contestatario, un sonido de cambio, además de un sonido renovador. El furor de la timba coincidió con un momento de apertura que dio la oportunidad a artistas cubanos como tú de salir de gira fuera de Cuba, y también de grabar para sellos extranjeros. ¿Como lo recuerdas?
Issac Delgado: Creo que en esa etapa lo que teníamos en la cabeza era: “nos vamos a comer el mundo”. Fue un cambio cuando nosotros empezamos con NG La Banda, al finales de los años 80 y los 90. Los años 90 fue una década de mucho virtuosismo. La timba es una música con muchos elementos jazzísticos y afrocubanos –los antecesores de eso son los Irakere, obviamente–. Irakere había triunfado fuera en una etapa (ganaron un Grammy en 1980), y eso es lo que teníamos en la cabeza.
JCN: Hiciste historia cuando firmaste con RMM, el sello de salsa fundado por el gran productor Ralph Mercado en Nueva York, a pesar que las leyes de Estados Unidos prohibieron a una compañía americana fichar a un músico de Cuba. Fue un paso histórico, no sólo para ti sino para los músicos de Cuba. Grabaste tres discos con RMM, y llegaste a actuar en el Madison Square Garden de Nueva York…
ID: A Ralphy le gustaba mucho a mi música, y me firmó para RMM a través de otra compañía de un tercer país (para desviar a las restricciones).
Ralphy me dijo: tienes dos opciones. O ir para Estados Unidos y te quedas allí, o tienes que irte a algún otro lado, porque desde Cuba es muy difícil poder promocionarte.
Yo dije a Ralphy: tengo mi familia aquí en Cuba, yo soy muy apegado, soy muy aplatanado a Cuba y tengo mi madre aquí, mi madre estaba viva… entonces Ralphy decía si yo quiero ir para España. Tenía una sucursal que se llamaba BAT Discos, y con esa gente trabajamos unos años.
JCN: Saliste de Cuba esa primera vez listo a comerte el mundo, apoyado por un éxito total en Cuba. ¿Como fue la reacción a tu música aquí en España?
ID: En Cuba nos acercarnos mucho a los bailadores. Había una preparación musical en la cabeza de los bailadores, y nos fue fácil entrar con esa música.
Al llegar a España, con mi banda nos encontramos la verdadera barrera que tenía la timba de los 90.
En España hay una especia de nostalgia con la música tradicional cubana, y además es mas fácil de bailar.
Porque el son se baila mas pausadamente, es mas fácil para el publico español.
En Cuba estábamos preparados para los 90. En España no estaban preparados para los 90.
JCN: Es indudable que existía una audiencia entusiasta, un público de culto para la timba en el extranjero, personas como yo misma, mesmerizadas por el groove. Es cierto que gozó de mayor popularidad en Miami, entre los inmigrantes recientes de Cuba. Pero en cualquier caso, la timba nunca cumplió con las expectativas de los músicos cubanos. ¿Que pasó?
ID: Realmente lo que más nosotros sentimos es que los discos cubanos no eran vendedores. La gente quería disfrutar de tu concierto, pero no era que todo el mundo te compraba el disco.
La timba es una música que impresiona mucho cuando tu estás en directo, porque nosotros lo vivimos y contagiamos a la gente. Hay una retroalimentación del publico con el bailador, con el artista y la percusión. Un éxtasis.
Pero es un fenómeno que no funciona en disco igual.
Y últimamente, lo que pasa es que para fuera de Cuba lo que se valora es la música cubana tradicional de siempre, los años 50 y los 60.
Nosotros de todas formas seguíamos con lo nuestro, porque somos la nueva generación, estamos imponiendo lo nuestro, pero esto ha tomado muchos años.
JCN: ¿Que pasa con la timba hoy en día?
ID: Hay artistas como Alejandro Abreu, Habana D’ Primera. Entonces es una continuidad. Hay un muchacho que se llama El Noro y Primera Clase.
Y Alain Pérez ahora hace una timba más refinada, para decirlo así, mucho más musical.
Esto no se ha perdido en Cuba, pero fuera de Cuba…a no ser en Perú, donde tenemos allí como una colonia de timba que consume esa música.
JCN: ¿Y que ha sido el legado de la timba para los jóvenes de ahora?
ID: Ahora en Cuba, la música cubana la llaman reggaetón, pero no es reggaetón; yo digo música urbana porque son muchas cosas al mismo tiempo.
Con los jóvenes ahora es lo que manda en la música de allá, pero en Cuba dicen “reparto”.
Muchos muchachos están haciendo el reparto.
Y ese reparto lo que tiene atrás es la timba –los coros como nosotros usábamos antes–, con el tiempo un poquito más rápido, pero con los mismos códigos que nosotros usábamos, pero electrónico. Dejamos una semilla allí.
JCN: Hemos hablado de la timba como movimiento, y una música distinta a la salsa. Pero llegó un momento cuando se empezó a llamar a la timba “salsa cubana” como un termino de marketing dirigido al público latino; y allí entraste tú. Es cierto que si había alguien cuyo sonido hacía un puente entre la vanguardia cubana y la salsa que se baila en otros países, fuiste tú.
ID: El sonido que yo trate de hacer era un intermedio entre lo que sonaba en Puerto Rico, en Venezuela, en Colombia con lo que teníamos nosotros con la llamaba timba cubana.
Mi trabajo yo lo dirijo a ser como una mezcla. Soy mucho mas fusión.
La mezcla era más familiar, más fácil de bailar fuera de Cuba. Eso es lo que hice con RMM. Trate de dar una sonoridad mas cercana a los bailadores del lado de acá. Para que fuera más funcional. Porque si te quedas con las raíces puras de como suena la timba cubana, con muchas percusiones, con mucho cambio de ritmo, complicas la vida a la gente.
Cuando estamos tocando en vivo nosotros improvisamos, y puede pasar cualquier cosa. Podemos crear cosas en el momento y eso es parte de lo bueno, lo divertido que tiene la música cubana.
JCN: La timba era, en muchos aspectos, una música de protesta, aunque generalmente no se hablaba directamente de temas políticos.
ID: Los que hacía esa música en Cuba que hablaba más de lo social fueron de la nueva trova cubana. Ellos empezaron haciendo esa música y siguen haciendo esa música.
Cuando tu haces música bailable no puedes pedir a la gente que vaya a bailar y que vaya a pensar.
La gente va a divertirse como una forma de expresarse corporalmente, como decimos nosotros, “a vacilar”. Como una expresión mas de libertad en otro sentido.
No es menos cierto que desde la música tradicional cubana nosotros usamos los códigos de doble sentido en los coros. Eso está escrito desde los tiempos de los mambises cuando la guerra de independencia en Cuba en los años de 1800, el cubano hacía unos coros como para hablar mal de los españoles que eran los colonizadores. Lo hacían con doble sentido.
Ese doble sentido ha estado siempre impuesto en el son cubano, en la guaracha. En los años 90 nosotros hablábamos de cosas sociales, cuando se hablaba en Cuba de las jineteras, o diferentes cosas. Cuando NG La Banda hubo temas que nos censuraron en la radio, pero era más bien porque tenían palabras que, digamos, eran ofensivas al oído de la gente.
JCN: Fue en el 2006, cuando cruzaste la frontera de México y fuiste a vivir en la Florida…
ID: Yo tuve ciertos problemas personales que me hizo irme de Cuba en 2006 y vivir fuera en Estados Unidos, pero siempre tratando de crecer como persona y como músico.
¿Porque siempre a los cubanos nos hacen la pregunta: oye, porqué te fuiste de tu país?
Siempre me han querido involucrar (en la política) y he tratado de extrapolarme y hacer que la gente me respete a mí lo mismo que yo respeto a ellos.
Es bien difícil. Esto ha sido un freno para los músicos cubanos.
Ahora los políticos empiezan a reactivar otra vez la cosa. Hay una división increíble entre los cubanos. Y esto es lo que mas me duele a mí. Porque no vale la pena dividirse. Hay que unirse y podemos tener pensamientos diversos. El tema de Cuba lleva muchos años sin tener un punto común.
No soy ciego. Si veo que unas cosas están mal, estoy a favor de que todo el mundo tenga libre expresión, de que los jóvenes, los viejos, los artistas se puedan expresar. La libre expresión es un derecho humano universal.
Lo que no puedo permitir es que la gente exige que yo hable de lo que ellos quieren que hable.
Yo respeto el derecho de cada uno de expresarse como quiera. ¿Allí en los Grammy me preguntaron: ¿qué tu crees de la canción Patria y Vida? Mi respuesta es que está súper bien que ellos se expresen. Pero está bien también que (los periodistas) preguntan: qué piensas del chachachá y de Issac Delgado y Alain Pérez.
JCN: Hablas de la música bailable como una zona libre de conflictos, del optimismo y hasta éxtasis. Me hace pensar en La Vida es un Carnaval…
ID: La Vida es un Carnaval fue un éxito como todas las cosas en el arte, de suerte. Porque Celia Cruz grabó eso primero con un arreglo de Isidro Infante (productor del sello RMM). Entonces coincidió que yo había firmado con RMM, y me había ido para Madrid. Ralphy Mercado me llamó por teléfono, y me dijo: Celia va a estar de gira con este disco en España y necesita que la orquesta que tú tienes allá sea quien acompañe a Celia.
Y yo dije, ¡wow, que bendición!, entonces entre los arreglos que me mandó Ralphy, me mandó los arreglos de La Vida es un Carnaval. Nosotros ensayamos el tema. Pero como es una canción que tiene tanta letra, pues cuando ella llegó dijo: no, en esta gira no lo voy a cantar’ y ni un día la tocó.
Entonces yo me quedé con el arreglo para la orquesta, y cuando yo después regresé a La Habana con la orquesta tenía esa canción, y la toqué. Y en el momento que la toqué funcionaba perfectamente con la gente, y dije: vamos al estudio a grabarla. Entonces la grabamos y la gente en Cuba se hizo con la canción.
Después se hizo famosa por Celia mundialmente. Pero tuve mucha suerte con esa canción y todavía la sigo haciendo.
JCN: Ya te encuentras en Los Ángeles. ¿Estás trabajando en un disco nuevo?
ID: Con Alain nos estamos reuniendo un grupo de músicos, no solamente cubanos. Tenemos ganas de hacer un pequeño… no me gusta decir All Stars, pero una reunión de músicos de primer nivel. Vamos envisionando, a ver si podemos trabajar juntos, siempre alrededor de los estándares. Y no solamente los de la música cubana, sino de la música latinoamericana.