En ¿Qué Onda? se destacó su homenaje a Luis Alberto Spinetta, un programa que también mostró la escena del rock de Bogotá en los años 90. En Achilitime tuvo mucha acogida otro homenaje. Esta vez a Enrique Castellón Vargas “El Príncipe Gitano”. Para ello Txarly Brown seleccionó un abanico de posibilidades musicales para mostrar lo polifacético de El Príncipe. Brazilab tuvo un punto alto con su especial de julio, cuando el tema del Covid-19 estaba descontrolado. Por eso Béco Dranoff decía: “La música de Brasil sigue adelante, fuerte, una luz al final del túnel”. Conexión Antillana recuperó la importancia del proyecto Pianoforte en la discografía cubana. David Virelles tuvo para ello a un invitado de lujo: Chucho Valdés. En Desmemoriados Rosa Marquetti sacó a la luz os discos a cual más importante: Sabor a mí, y Pachanga in New York y Danger, ambos con el gran Rolando Laserie como protagonista.

Don’t Kill My Vibes mostró en este año una serie de encuentros entre DJs a cual más vibrante y emotivo. El éxito de los B2B fue elocuente, en especial el que hicieron El Búho y Andy Grey, porque ambos, cada uno desde su óptica y conocimiento, mostraron novedades y lanzamientos especiales. En Enlace Funk Antena Miguel Ángel Sutil se sumergió en el ambiente de las boites que poblaron la España de mitad de la década de los años 70; un periodo que dejó hits a nivel internacional y momentos para la historia reciente de la música española. Future Beats Podcast Edition tuvo un pico altísimo en agosto, cuando Alex García Amat mostró lo nuevo de la psicodelia afrocaribeña nómada, un jazz on dub con denominación de origen, un blues portuario de raíz rebétika, un transfronterizo latin stomp de espíritu rock, y un tratado de soul y funk instrumental. En La Hora Faniática José Arteaga rescató la historia de Lucky 7 de Roberto Roena y su Apollo Sound, un álbum súper bailable y salsero, pero con toques esotéricos y alguna historia sobre la Diosa fortuna narrada por los propios músicos. Y en Músicas del Agua resonaron los ecos que proceden de África porque los ritmos de dicho continente se están desarrollando en cualquier parte del planeta bien en su concepto más purista o fusionados con instrumentos y sonoridades de cualquier lugar.