Mil Locuras de Salazar

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Suena en Latin Fresh by Andy Grey

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Suena en Músicas del Agua by Julio Moreno

Músicas del Agua by Julio Moreno EN VIVO

Músicas del Agua by Julio Moreno

Lo decía Alan Queipo en un Mor-Disco de Radio Gladys Palmera, al comentar el lanzamiento del álbum homónimo de esta sorprendente pareja de músicos indie-electro-flamencos-alternativos: Juntos, traducen esos 1000 kilómetros que separan sus lugares de origen en un espacio en donde construir una carretera infinita que beba tanto de la música neoclásica de vanguardia y una resonancia del cante jondo recodificado. Apenas nueve canciones y poco más de media hora en un álbum en el que parecen colocarse semillas con momentos que hay ecos desde la música gótica e incluso metalera hasta la música clásica más espectral, sin perder nunca el pie en la raíz flamenca.

Por ahí está el secreto, en no perder la identidad en un proyecto que, como decía Paula Olvera en Correveidile, se fusionan quejíos, beats y decibelios. Recordemos que Salazar son la salmantina Bego Salazar y el catalán Xavi Lloses, quien afirma que Bego y yo tenemos un bagaje muy diferente detrás nuestro, cada uno su carrera, y creo que a todos los que nos conocen les sorprende Salazar y el sitio donde nos hemos encontrado.

Y ella, sincera y sólida como su música, lo reafirmaba en Status of Empire: Él viene de la música experimental y clásica; y yo vengo más de la música urbana y del flamenco. Con alma rapera. Lo que hago realmente con mi música es improvisar, probar, jugar.

La niña quedó atrás dice en algún momento del vídeo que presentamos en Radio Gladys Palmera, Mil Locuras. Un vídeo realizado por Black Bambi Studio, con make-up de Claudia de Anta, y producción de su casa discográfica, Escenamusic. Mil Locuras fue grabado en El Prat de Llobregat durante la pandemia

¿Cuánto puede haber de jondo en lo telúrico?, se preguntaba Alan. Pues en Salazar hay algo tan inabarcable e indefinible como necesario para resignificar los códigos de un flamenco etéreo y volador.

Salazar actúa en el Café Berlin este jueves 28 de octubre las 20 horas. No se puede perder esta experiencia sonora.

Salazar – Salazar (Escena Music, 2021)

Mor-discos

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¿Cuánto puede haber de jondo en lo telúrico? ¿Puede un piano de corte neoclásico sonar tan cerca de una BSO paisajista, de película de vikingos, como de una fiesta gitana en los soportales de la Triana de mediados de siglo XX? ¿Existen conexiones entre la vanguardia electrónica y un flamenco de corte sacro? En Salazar sucede todo esto y algunas cosas más: su debut es tan inabarcable e indefinible como necesario para resignificar los códigos de un flamenco etéreo y volador.

Salazar son la salmantina, mitad-paya-mitad-gitana, Bego Salazar, artista que ha sido vocalista de Las Migas y que ha compartido escenario con tótems de la talla de Jorge Pardo, Macaco o Juanito

Makandé, entre otros; y el catalán Xavi Lloses, autodenominado como “antipianista, compositor y terrorista sonoro”, productor de tótems también como Jaume Sisa, Marina Rossell o Nico Roig, entre otros, y un teclista ávido de crear universos tan singulares como los de este proyecto.

Juntos, traducen esos 1000 kilómetros que separan sus lugares de origen en un espacio en donde construir una carretera infinita que beba tanto de la música neoclásica de vanguardia y una resonancia del cante jondo recodificado. Apenas nueve canciones y poco más de media hora en un álbum en el que parecen colocarse semillas con momentos que hay ecos desde la música gótica e incluso metalera hasta la música clásica más espectral, sin perder nunca el pie en la raíz flamenca.

Hay matices que nos pueden llevar tanto a una suerte de Mónica Naranjo o Amy Lee de las 3000 Viviendas (“Échame una mano” o “Extraño”), como a tics de una suerte de indietrónica flamenca para piano (“Calle Oscura”), a una suite neoclásica tan jonda como melódicamente pop (“Fujitsu”), a un concierto a piano para bulería, pistola y cuchillo (“Tú no me conoces”) o a una suerte de encuentro entre Nils Frahm y Rosalía, entre James Blake y La Niña de los Peines (“Estrella”). El buen querer de las alianzas sonoras más raciales e impredecibles.

Alan Queipo