Tata

Desde tiempos lejanos el descubrimiento de la auténtica rumba cubana fue un reto para visitantes, investigadores y músicos. Encontrar aquello que “no era para turistas” y se alejaba de los focos ponía a neófitos y locales a compartir experiencias, algunas veces religiosas, pero siempre musicales. Ry Cooder lo ejemplificó como una muestra de la Cuba desconocida para el gran público, aunque de su iniciativa se desprendieran proyectos que se alejaron de esa autenticidad.

Sin embargo siguen existiendo ejemplos notables de encuentros casuales. El último se llama Okuté y es el nombre de la banda y de su álbum debut, resultado del encuentro de Jacob Plasse, director de la Orquesta Akokán, y Pedro Almeida Berriel Tata, “rumbero de profesión”, como decía aquel tema de Rafael Blanco Suazo.

El cantante se había dado a conocer con agrupaciones rumberas como Conjunto de Clave y Guaguancó, Iroso Obba o Rumberos de Cuba, pero el álbum que le dio fama entre los rumberos fue Cuando los Espíritus Bailan Mambo. Este trabajo colectivo hizo parte de un proyecto editorial y discográfico del Caribbean Cultural Center de Nueva York en 2003. Sin embargo, Plasse no conocía al personaje.

Plasse llegó a La Habana para grabar con la Orquesta Akokán, un tremendo y evocador proyecto de gran banda, en noviembre de 2016, y la conexión fue inmediata. “Me quedé impresionado por el increíble cantante que era y su vasto conocimiento de las tradiciones folclóricas”, diría Plasse más tarde.

Nacido el proyecto, había que darle forma, así que se buscaron destacados rumberos de La Habana, todos conocidos de Tata, por supuesto, y entre ellos estaban la cantante Naivis Angarcia Rodríguez, el tresero Juan de la Cruz Coto, Roberto Vizcaíno, padre e hijo, más Bárbaro Crespo y Ramón Tamayo en la percusión. También acudieron el talentoso bajista Gastón Joya y los trompetistas Reinaldo Melián y Harold Madrigal.

El coordinador musical, César López, integrante de Akokan, músico de increíble talento y gran experiencia (Irakere, para no ir muy lejos), y quien ya había realizado proyectos de asociación entre folclor y jazz. Bajo su manto llegaron los violinistas Liliet Silva, María de Lourdes Pomares y José Luis Rubio.

Los arreglos estuvieron a cargo de Plasse y su “socio” Michael Eckroth, quien tocó el piano. La producción fue de Plasse para su sello Chulo Records.

En cuanto al repertorio, la idea era crear una secuencia que mostrase diferentes aspectos y estilos del llamado “complejo de la rumba”. Casi como una ceremonia, sin que se tratase de una escenificación.

Caridad es una obertura, Quiere la Rumba es un tributo musical a la tradición, Chichiribako ejemplifica la relación de lo ritual con el baile, Gaston’s Rumba muestra el aspecto más campesino de la música, Rumbarimbula es un poema sincrético, Na Na Saguey es una descarga, Orakinyongo es una mirada al paisaje y el ambiente, y Devuélvame la Voz es la conclusión melancólica de un viaje.

Okuté es, pues, la muestra de una música de origen centroafricana, que se convirtió en afrocubana, y cuyos toques y cantos fueron fuente de inspiración para buena parte de la música moderna del Caribe. Enlazando con ello toda la filosofía congo, mandinga y carabalí, y el sincretismo y los rituales santeros con sus tambores batallas.

Esta edición de Chulo Records se lanza globalmente este viernes 4 de junio, fue grabada en los estudios EGREM, mantiene el sonido acústico “añejo” que escuchamos con Akokan. Radio Gladys Palmera te presenta en exclusiva el sabroso tema Chichiribako.

Más que un canto ritual y rumbero, Chichiribako es un acercamiento de la música de tambor ancestral al son montuno urbano y contemporáneo, que tuvo a Arsenio Rodríguez como referente principal. Comienza, por supuesto, con un canto de ofrenda, sigue con un saludo santero y entra con la rumba de origen congo para dar entrada al tres y llamar al baile con la mágica palabra "zarabanda", la misma idea de movimiento a la que cantaban Chano Pozo, Miguelito ValdésMachito & his Afrocubans.

Playlist

Okuté - Chichiribako
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