La palabra akokán viene del corazón de África, de esa línea que divide el sol del Sahara de la humedad de la jungla. Cuando se habla de akokán se habla de corazón, y por ello desde el tiempo de los esclavos en Cuba, esa es la traducción literal en lengua yoruba. La traducción referencial nos habla a su vez de alma, de sentimiento, de aquel factor que en la música afroamericana se conoce como soul. Akokán es el nombre de esta orquesta maravillosa.

¿Cuando nace el proyecto Akokán? Técnicamente en 2016, pero las intenciones vienen de muy muy atrás. A comienzos de los años 50 se extendió por el mundo una fiebre bailable llamada mambo. Aunque el origen del ritmo aún es motivo de discusión, resultó evidente que su principal estrella fue el pianista y director de orquesta matancero Dámaso Pérez Prado, llamado con justicia El Rey del Mambo. Pérez Prado, que tenía su centro de acción en México DF, se convirtió en el artista más vendedor de RCA Victor latina por sus creaciones y el manejo orquestal que les daba.

Esto era: riffs sincopados en los saxofones, fraseos de las trompetas en cuarta o quinta escala y percusión marcada como una marcha militar, profundizando cada acorde.

Ese estilo creó escuela y se universalizó desde La Habana hasta París, provocando una gran cantidad de imitadores, pero también de admiradores notables como Stan Kenton con su big band experimental en Estados Unidos y de alumnos destacados como Benny Moré con su banda gigante en Cuba. Y Benny establecería a su vez una escuela de interpretación orquestal en la Cuba de los siguientes años. De hecho, acabaría convirtiéndose en una marca sonora de la isla, que se impuso a su aislamiento político.

El estilo de Pérez Prado fue muy distinto al estilo de mambo neoyorquino, en gran medida creado por Mario Bauzá para beneficio de Machito y sus Afrocubans. Tan es así, que cuando Pérez Prado le mostró a Bauzá su proyecto de mambo, este no le puso mucha atención, pues estaba trabajando en “otra cosa”: el afrocuban jazz.

Ese tipo de mambo neoyorquino tuvo como principal estrella al timbalero y arreglista Tito Puente, quien al frente de una super-orquesta, pasó de ser llamado El Rey del Timbal a ser conocido como El Rey de la Música Latina. En palabras del pianista Hilton Ruiz, el secreto de Puente estaba en saber arreglar: “El tocaba en octavas dobles, lo que hacía que la cosa sonara enorme.

Esto, en otras palabras, era: riffs permanentes a cargo de piano y bajo, fraseos alternados de trompetas, trombones y saxos, y percusión acompañante y muchas veces, improvisatoria.

Claro, en esas dos escuelas había una diferencia adicional. En Nueva York, donde pululaban los estudios de grabación, la práctica extendida era grabar por secciones. Primero la sección de ritmo y luego la de metales. Y aunque algunos de esos estudios ofrecían grandes espacios, no eran comparables a los gigantescos estudios de grabación existentes en México DF y La Habana, donde habría sido un “pecado” no poner a tocar a la orquesta al completo.

Hubo mucho de economía al respecto, pues se requieren más horas de estudio al grabar por secciones. Pero también hubo consideraciones técnicas. Grabar una sección es infinitamente más cómodo para un ingeniero de sonido, que grabar una orquesta al unísono. Y en este punto entran dos de los tres personajes fundamentales del proyecto Akokán: Jacob Plasse y Michael Eckroth.

Cuando Jacob Plasse fundó su banda de estilo Arsenio, Los Hacheros, utilizó para grabar su primer álbum una Tascam 388. Su intención era evitar la frialdad digital, pero también la intermediación de un computador y de los mismos auriculares. Y de la misma forma, quería aprovechar acústicamente el espacio. Sin un espacio adecuado no hay esa sensación de suelo retumbando, de eco amortiguado, ese sabor a madera o a barrica como dirían los enólogos. Un sonido áspero y soulful. Los Hacheros grabaron en un local en Chinatown, recordando a Orlando Cachaíto López, cuando en 2001 hizo en los estudios Egrem el inolvidable Cachaíto, grabado por Jerry Boys para World Circuit.

© Orquesta Akokan

Dotado del espacio y las condiciones ideales, Michael Eckroth se empezó a sentir como pez en el agua. Este antropólogo de la música nacido en Phoenix, tiene un PhD en Jazz Performance y una tesis de grado de la universidad de Nueva York sobre el sonido de la banda gigante de Benny Moré. Es su ídolo, de la misma manera que lo es Arsenio Rodríguez para Plasse. Ese fue el detonante del proyecto.

Mike, que está loco por la música de Benny me decía que lo escuchara, cuenta Jacob, pero a mi me gusta Arsenio y eso no era Arsenio. Pero Mike insistía y me decía: oiga un poco más. Yo había escuchado Yiri Yiri Bom y toda esa cosa en otras versiones, pero cuando cuando yo escucho estas versiones de Benny, esta otra cosa, digo ¡wao!.. Eso es magia.

Pero claro, le faltaba una guinda a este pastel. Y ella es José “Pepito” Gómez, cantante de Camagüey, ex Maravilla de Florida, ex La Charanga Latina, ex Colé-Colé, ex Habana Ensemble y ex Pupy y Los Que Son, Son. Ya en Nueva York, Pepito solía cantar con el Guasabara Combo de José Lugo, y solía sustituir a Papote Jiménez, cantante principal de Los Hacheros. Wilmer Zambrano, del portal AcaLibre dice: “Pienso, sin miedo ni desmayo, que es la mejor voz que existe actualmente en la música cubana, va del bolero a la timba sin perder su sabor y contundencia, un sonero completo, una voz inmensa.” Pepito es para Akokán lo que Benny Billy es para Ska Cubano: la voz perfecta de Benny Moré.

Pepito me hacía también escuchar cosas, continúa Jacob. Y yo me decía: cómo puedo ser tan ignorante de esta música. Incluso grabamos algo en Nueva York. Estaba bien, pero dijimos: vamos a dejar esto un poco. Y un día Pepito se fue de concierto con Pupi y Los Que Son Son, y me dice: oye, vamos a tratar de hacer esto en Cuba. Y yo: está bien… Pero cuando estás haciendo un proyecto con tanto músico y viajando no es fácil, porque nada es fácil en Cuba con los apagones y todo eso… De modo que dije: vamos a tratar. Es un sueño y hay que tratar.

Orquesta Akokán

Jacob Plasse y Michael Eckroth tienen una larga relación, tan larga que dio origen a Chulo Records and Productions, un sello dedicado a grabar el mejor talento latino en vivo de Nueva York en cinta analógica. Por sus manos han pasado Peliroja, Los Hacheros, Melaza y Flor de Toloache. Para ambos, entonces, la idea fue simplemente encontrar una manera de hacer un disco de música cubana antigua con Pepito Gómez. Así llegó el 7 de noviembre de 2017 a los históricos estudios de La Habana con aquel pasado tan glorioso y esa exigencia de sonido.

Yo soy un obsesivo de esto -confiesa Jacob- es obvio que las bandas de Benny y de Tito Puente no suenan igual. Bueno, algunas veces tienen los mismos instrumentos, pero como suenan son diferentes. Y yo vi que ese cuarto era muy importante para el sonido, porque es un cuarto grandísimo que no existe en Nueva York ahora. Es casi como un gimnasio o como medio gimnasio. Yo lo estudié… Bueno, la cosa es que cuando tú tienes un micrófono por cada instrumento y todo está separado, suena muy diferente a si tienes un solo micrófono y todos los instrumentos están por este micrófono.

Se siente el aire en el cuarto. Cuando tu grabas por separado no sientes ese aire. Es una cosa increíble. Y eso es algo que se escucha en Benny: las trompetas están atrás y las percusiones están atrás, y en cambio los saxofones y las voces están delante. Eso me influencia mucho y también cuando tu estás haciendo cosas en cinta. A veces tu pierdes cuando tienes la cosa muy alta, la frecuencia. Para mí es mejor sin la frecuencia, porque hay güíro y campana y maracas, hay una frecuencia muy alta.

Claro, mucho del sonido encontrado es a causa de los arreglos de Mike. La cosa es que el arreglista y el ingeniero tienen que trabajar juntos, para así saber donde van ubicadas las secciones y los instrumentos.

Y ese mismo encanto, esa misma magia que descubrieron Jacob y Michael Eckroth allí, es lo que hace 40 años descubrieron los músicos de la Fania All Stars cuando visitaron y actuaron en Cuba. Enrique Plá, baterista de Irakere en aquel entonces, recuerda que gracias a Jerry Masucci se mejoró el estudio de grabación de Egrem con una nueva consola importada desde Nueva York.

La Orquesta Akokán está conformada por Michael Eckroth, piano; Jorge Reyes, bajo; Jacob Plasse, tres; Carlitos Padrón, timbales; Otto Santana, timbales y congas; Eduardo Lavoy, bongoes; Santiago Ceballos y Harold Madrigal, trompetas; Carlos Álvarez, Heikel Trimiño y Yoandy Argudin, trombones; Jamil Shery y José Luis Hernández, saxos tenor; Evaristo Denis, saxo barítono, César López, saxo alto; Itai Kriss, flauta; Eddie Venegas y Luis Soto, coros; César Pedroso, pianista invitado.

Daptone Records la presenta con orgullo con la producción de Chulo Records. Radio Gladys Palmera apoya su difusión y recomienda las nueve canciones que la conforman, a cual más impactante y emotiva.

 

 

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