Sónar habla español
El festival de música avanzada de Barcelona celebra su edición más iberoamericana con propuestas que van del trap al dancehall y el reggaetón.
En 2019 los sonidos latinos han irrumpido definitivamente enlos grandes festivales de música alternativa en España. Si Primavera Sound abrazó por primera vez al reggaetón con la inclusión de J Balvin entre sus cabezas de cartel, entre el jueves 18 y el sábado 20 de julio Sónar contará con Bad Bunny como uno de sus principales reclamos. No es algo nuevo: este radar de música avanzada lleva tiempo rastreando los ritmos más interesantes de Latinoamérica.
En esta 26ª edición la oferta de artistas iberoamericanos (tanto del otro lado del charco como de España) constituye en sí misma un festival con identidad propia. Más allá de las estrellas internacionales (A$AP Rocky, Four Tet, Actress, Underworld, Skepta, Vince Staples), Sónar 2019 cuenta con una larga lista de propuestas en torno al reggaetón, el dancehall, el trap, la electrónica y el hip hop, todas ellas con sabor latino.
"Yo lo que quiero es perreo"
El puertorriqueño Bad Bunny estuvo hace unos días en Madrid en el festival Río Babel donde demostró que en directo huye de las producciones bombásticas y apuesta por su faceta más cruda y gamberra. Con la ayuda de un DJ y un grupo de bailarinas, con efectos de luz y sonido mínimos, ejerce como el líder de un grupo de colegas que estuvieran de botellón: pincha temas, los interrumpe, pide coros al público… Es una ceremonia hedonista sin grandes pretensiones pero tremendamente eficaz.
Él no aspira (al menos, en este momento de su carrera) a tocar con una gran banda detrás, no le interesa preparar una lista de canciones coherente. Su jugada es la pachanga descontrolada, prefiere mezclar versiones como el Dura de Daddy Yankee con éxitos propios como Tenemos que Hablar y Otra noche en Miami. Como dice en Solo de Mí: lo que él quiere (y gran parte de su público) es perreo.
Romper barreras con el sexo
No tiene sentido juzgar los shows de Bad Gyal y Virgen María desde un prisma convencional. El suyo es un lenguaje nuevo para una generación que está transformando profundamente la industria de la música y cómo ésta se consume.
Cuando la madrileña residente en Londres Virgen María se desnuda en el escenario bajo un manto de electrónica experimental y se presenta como una muñeca hinchable con reminiscencias de la iconografía católica (su personaje juega con la idea de la pureza de la virgen) no está solo enseñando su cuerpo, sino transgrediendo tabúes. Hay mucha gente que ve el desnudo como una provocación agresiva y violenta y odian mucho no a las chicas desnudas, sino a las chicas que se desnudan, dice en una entrevista con Vice.
De la misma manera, cuando la barcelonesa Bad Gyal se abandona a un twerk hipnotizante al ritmo de las melodías jamaicanas de Fiebre o Jacaranda, no sólo reivindica su derecho a disfrutar sobre el escenario sino que está ocupando un espacio que por ser mujer le ha costado más esfuerzo ganarse. No siento el feminismo como una lucha, para mí es algo emocional: es a mí misma a quien demuestro que soy capaz de todo, da igual que sea mujer o no, me contaba cuando la entrevisté en 2018.
Cumbia psicodélica desde Lima vs. trap bogotano
En Sónar actúan tres referentes a la hora de triturar electrónica con ritmos folclóricos: el ecuatoriano Nicola Cruz, quien presenta su nuevo trabajo de sonoridades andinas y ancestrales Siku (2019); el dúo peruano Dengue Dengue Dengue, cuyas fiestas se desparraman entre la cumbia y la psicodelia, y el estadounidense de origen guatemalteco Jesse Baez, uno de los adalides del nuevo r&b con acento latino quien ha colaborado con los españoles Alizzz y C. Tangana.
Más nombres a tener en cuenta: desde Bogotá viene Ha$lopablito, quien está agitando la escena del trap local con unas rimas en las que dibuja una radiografía certera de la Colombia post acuerdo de paz; el cantante y multiinstrumentista Ca7riel se aliará con el batería Paco Amoroso para reproducir el flow que se gastan en Buenos Aires, y la brasileña Lyzza demostrará por qué se ha convertido en una de las sensaciones de la escena nocturna de Ámsterdam, colaborando con Yves Tumor y Sophie.
Hedonismo y mensaje
Frente a los estereotipos (el reggaetón es machista y violento, el trap suena todo igual), una camada de artistas ha llegado para saltar por los aires todos los clichés. Es el caso de Cecilio G, el más punk entre los traperos. ¿Qué se puede esperar de su concierto en Sónar? Caos, provocación y temas tan brutos como Million Dollar Baby y Antonio Alcántara. Cuidado, porque si el Ceci se cabrea puede que el concierto acabe malamente, como ya sucedió en Barcelona en el Festival Cara B en febrero.
Dellafuente cuenta con un show quizá menos espontáneo pero sin duda más potente, sustentado en himnos generacionales como A lo Mejor o Guerrera (junto a C. Tangana). El granadino está en constante transformación, es un organismo vivo que combina a la perfección rap, flamenco y otros sonidos de la calle. Su discurso, su coherencia y la pegada de sus temas le convierten en uno de los artistas españoles actuales con más recorrido.
Apuestas con acento español
Otras apuestas seguras para este Sónar (en este caso con acento español) son las del productor canario de reggaetón La Diabla, el rapero Dano que ha regresado este año con Istmo, el dúo ZA! y sus increíbles directos de improvisación y ruido, el cante jondo experimental de Los Voluble con su nuevo espectáculo audiovisual Flamenco is Not A Crime y las producciones con ritmos bailables de Fake Guido.
Dos voces femeninas destacan en la escena del r&b contemporáneo: las de la ibicenca Aleesha y la cántabra (de origen británico) Deva, quienes apenas acaban de superar la mayoría de edad y ya son capaces de pisar con soltura otros terrenos como el trap, el pop y el soul. Sus actuaciones en Sónar serán una prueba de fuego para ver hasta dónde pueden llegar.
Además el festival acoge varios nombres que desde la electrónica están ensanchando el circuito de la música alternativa en España: Macromassa, Mans O, Nistra, RRUCCULLA, Titi Calor, Tutu e Ylia.