Carlos Argentino

El siglo XX fue el conector entre el feroz avance de la tecnología del sonido, el viaje de las músicas que se trasnacionalizaban y el apogeo de los grandes sellos discográficos internacionales y locales argentinos que competían por un mercado de ficciones sonoras de las revueltas aguas del Caribe y Latinoamérica, todavía patriarcal y masculina. Así desde los años 30 hasta fines de los 50, el tango de Buenos Aires viajaba a las Antillas, y las fantasías caribeñas llegaban al frío sur en sus navíos valvulares: las radios. Sin duda las protagonistas de este nuevo viaje fueron las grandes orquestas de música popular de la región, que comenzaban a fusionar instrumentos y temas, de la mano de compositores, arreglistas y cantantes pugnando por el pedestal del éxito y la consagración. En torno a esta realidad, se reúnen músicos e intérpretes de diferente procedencia y formación, donde aparece Carlos Argentino Torres, un cantante y compositor que brilló en este paradigmático tiempo.

Memorias de una radio

En el año 2000 llegué al estudio Benny Moré de Radio Progreso, “la onda de la alegría” en La Habana. Esta radio fue fundada en el año 1929, cuando el avance tecnológico permitía a los sonidos desprenderse de sus lugares de origen, cambiando el sentido de las músicas populares del Caribe y Latinoamérica.

Quedé sorprendida por las transmisiones radiales en vivo, con orquestas de “Todos estrellas” que podían verse a través del vidrio separador de la cabina de sonido y un inmenso escenario donde iniciaba un programa muy popular conducido por Eduardo Rosillo, quien a viva voz decía: ¡Alegrías de sobremesa!, incitando con su mano al aplauso. Al instante la famosa e histórica Orquesta Aragón, comenzaba su rutina frente a los micrófonos, interpretando la popular cortina musical al son de sus violines, set de percusión, piano y flauta que acompañaba a los tres cantantes abriendo la emisión, frente a un público que desprendido de sus butacas disfrutaba una “tremenda gozadera”.

Mientras presenciaba esa escena, me encontré rodeada por reconocidos productores, artistas de renombre y curiosos allegados comentando anécdotas de antaño vividas en esta misma radio. Entonces se acercó lentamente uno de ellos de mirada celeste y cabellera plateada. Me preguntó:

-¿Usted es argentina?
-Sí, estoy esperando mi sesión de grabación.
-¿Y sabe que por aquí anduvo Carlos Argentino?
– No, ni sé quién es.
-Bueno, fue un cantante de su país muy famoso aquí en Cuba, cantor de la Sonora Matancera antes que Celia Cruz.

Ese dato quedó como anécdota entre los imborrables recuerdos de ese momento, donde por primera vez comencé a preguntarme cómo fue que estuvieron conectadas La Habana y Buenos Aires a través de sus músicas en las primeras décadas del siglo XX. Y como la música, las energías buscan donde colarse eligiendo el momento, fue recién en el año 2019 que al enviar un disco a la gran Colección Gladys Palmera de España vuelvo a encontrarme con Carlos Argentino, ¡El rey de la pachanga!, a través de un simple registrado por el famoso sello argentino Music Hall en los años 60, cuando este cantante ya había vuelto de su larga travesía junto a grandes orquestas que lo consagraron en los años anteriores.

Su vida artística transcurrió dentro del paradigma de la música tropical, una fantasía caribeña de cantantes y grandes orquestas que difundían los sellos discográficos para expandir un sabor antillano de rítmicas, sensuales y despreocupadas canciones como brebajes de ensueño, por la radio y los discos. Uno de sus éxitos con la Sonora Matancera (y uno de los más grandes de esta agrupación) fue el merecumbé del colombiano Pacho Galán, Ay cosita linda.

Un pibe de Buenos Aires

Israel Vitensztein Vurm nació en Buenos Aires en el seno de una familia de acomodados comerciantes de la gran comunidad judía en 1929. Entre estos nuevos ciudadanos argentinos de la inmigración europea, se consideraba un honor tener universitarios entre sus hijos. “Mi hijo el doctor” sintetizaba los anhelos de padres y abuelos en su nueva tierra de posibilidades. Y aunque él ingresó a la Facultad de Medicina, pronto desobedeció el mandato y se fue de su casa buscando otro destino por los mundos del sonido, entre sensuales temas que conquistaron a millones de escuchas.

Quizás porque había sido acunado por los sonidos de las viejas radios a válvula que solían formar parte del mobiliario casero de su infancia, cuando por fin se escuchaban las milongas argentinas de tiempos sincopados, hijas de los toques congo que Argentina solía esconder, y como un eco distante, eran el sonido de las periferias y el bajo fondo donde bailaban guapos y compadritos. Lo cierto que este pelirrojo de clase media, dio rienda suelta a la aventura por exóticos mundos del ritmo de los tambores “pa’ Changó”, deidad del panteón orisha afrocubano, para identificarse con la palabra “pachanga”. Si bien su repertorio perteneció a la música “comercial”, fue la conexión del mundo afro-rioplatense con los toques heredados de la diáspora africana que seguían su viaje en el navío que a todos nos coloca mientras cantemos y bailemos.

El cantante de orquestas tropicales

Carlos Argentino provoca en mí un “déjà vu”, con urbes cosmopolitas en Latinoamérica y Caribe. Buenos Aires, Bogotá, La Habana, Lima, Veracruz, entre otras, eran los espejos sonoros de la “tropicalidad” que viajaba entre bronces, maracas, bongós, pailas, claves, tumbadoras, contrabajo, piano, coros y solistas que atravesaba fronteras y proponía nuevos y exitosos territorios sonoros para la época. Cantantes, intérpretes, arreglistas y compositores, entraban a nuestras casas haciéndose parte de la vida cotidiana. Nuestros cuerpos seguían los “meneítos” al compás de un mambo, una guaracha o un bolero-tango. Pero pensemos que era un mundo que experimentaba las primeras conexiones virtuales, sin posibilidades inmediatas de ver a los artistas, por lo tanto, la llegada de las orquestas con sus nombres rimbombantes, eran esperadas por miles de concurrentes a sus presentaciones que llenaban teatros. compraban discos y se esperaban ávidos la próxima presentación. Así, desde los años 30, y hasta el apogeo del género en los años 50, varias orquestas alojaron a este cantante que comienza a internacionalizar su voz.

La orquesta del pianista uruguayo Luis Rolero y la orquesta del argentino Raúl Marengo lo llevan por Argentina, Perú y Chile. Viaja a La Habana y se presenta con la orquesta de Felo Bergaza, quien junto a otros grandes pianistas deja complejos arreglos junto a recordadas improvisaciones en guarachas, sones y mambos que llevará por el mundo. Con la orquesta de Arnoldo Nali grabó en Medellin. Uno de los temas ¡Qué amargura! (1954), nos permite constatar la hibridez del género, que introduce tumbadoras tropicales, voces argentinas y formaciones orquestales pioneras del jazz latino que aún hoy merecen un reconocimiento especial.

Con la Gran Orquesta de las Américas del colombiano Efraín Orozco realiza presentaciones tanto en Buenos Aires como en Colombia al igual que otros músicos argentinos. Y es en ese país donde lo escucha Rogelio Martínez, director de la famosa Sonora Matancera de Cuba, que llevaría a la fama el nombre Carlos Argentino por todo el Caribe.

Una voz argentina, una orquesta cubana

Según relata Carlos Argentino: Llegué a Bogotá donde nos conocimos con la Sonora Matancera. Coincidimos en un espectáculo, ellos me escucharon y me dijeron:

-Oye, ¿de dónde eres?
-Soy argentino.
-Pues tú eres un argentino con sabor a Cuba, tienes que venir pa’ la isla y montar nuestro vehículo.
-¿Qué vehículo?
-El vehículo nuestro, un blanquito pelirrojo, ¡tú sabe’ el lío que forma!

Era 1955 y a los tres meses de ensayar con ellos, grabé un tango del gran director de orquesta y bandoneonista Aníbal Troilo, Una canción, en bolero que tuvo gran aceptación, y del otro lado, ya en guarachero, el tema Las muchachas, del dominicano Billo Frómeta. Y la gente ya me gritaba por las calles. ¡Oye argentino baja la legua! Y después vinieron los éxitos, Tu rica boca me identificó por toda América. A estos padres nuestros artísticos les debo todo lo que he sido. Imagínate, es el sueño de la vida de todos.

El primer single con la Sonora Matancera

Lado A: Otra vez los ritmos congos hacían lo suyo en la voz de un “blanquito” cantor. Tango –bolero Una canción, del argentino Aníbal Troilo y Cátulo Castillo. Grabada por Carlos Argentino con La Sonora Matancera (1955, Seeco Records):

Una canción, que me mate la tristeza,
Que me duerma, que me aturda.
Y en el frío de esta mesa
Vos y yo: los dos en curda…

Según el investigador y difusor René Espí Valero, hijo del recordado cantante Roberto Espí de la Orquesta Casino de Cuba, el tango inspiró a los intérpretes de la música cubana.

La primera versión del bolero Nosotros la grabó mi papá y está totalmente tangueada. Es del año 42, para RCA Víctor. O sea, todos los cantantes cubanos de los años 40 y los 50, empezaron en los 30 cantando tango porque fue una fiebre aquí que hubo.

Lado B: Guaracha Las muchachas, del dominicano Billo Frómeta. Carlos Argentino y la Sonora Matancera:

Pero cuando veo una habanera
Toda la sangre se me alborota
Y si yo veo una santiaguera
¡Entonces sí que boto la pelota!

Los éxitos

Seguirían una serie temas que fueron suceso del momento junto a la Sonora Matancera como los reunidos en el álbum Yo canto pa’ ti (Secco, 1958):

Cerca del Río Grande, En el mar, Cuando tú seas mía, Sólo tengo un amor, De ti enamorado, Cha cha chá de los feos, ¡Ay, cosita linda!, Apambichao, Cha cha chá internacional, En el Cachumbambé, Perdóname vida, Tu rica boca

La vuelta a Argentina

El mundo que rodeó a este cantante merecería capítulos de una miniserie, para poder seguir las distintas etapas de su vida. En los años 60, después de la Revolución cubana, vuelve a Buenos Aires, precisamente a su barrio, “La Paternal”. Consagrado como “El rey de la pachanga” siguió componiendo y grabando discos, tomando los temas del “turf”, pues era dueño de caballos de carrera

La espumita”, es un tema que grabó en 1960 con instrumentos eléctricos y orquestales. Este tema fue usado como “jingle” para la publicidad de Cerveza Quilmes argentina, popularísimo, y tuvo su videoclip en la TV blanco y negro.

Pero quizás el sueño más logrado para cualquier cantautor del país del fútbol, es escuchar que populosas tribunas canten sus canciones como La pachanga del fútbol. Y con su tremendo olfato para el éxito compuso temas dedicados a los distintos equipos argentinos: Estudiantes de La Plata, Rácing Club (La Academia de José), Chacarita Juniors, Argentinos Juniors y Boca Juniors.

Un productor de sí mismo

Carlos Argentino fue un visionario, anticipando las nuevas formas de comunicación a través de la canción popular dirigida al consumo masivo. Temas simples que unificaban los canturreos cotidianos. Y paradojalmente cuando las mayorías se apropian de un tema y no se recuerda quién lo compuso, es uno de los mayores éxitos para el creador.

Artista integral, Carlos Argento cantó todo tipo de ritmos de moda en su tiempo, pero siempre adaptándolos a su estilo tropical. No incluidos en esta playlist el bolero, que fue una de sus virtudes, pero si hay muchos ritmos bailables, desde la pachanga que lo volvió tan famoso, hasta el merecumbé, pasando por el blues, la zamba y el merengue. Muestras de un talento a toda prueba.

Playlist

1. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - La pachanga
00:00:06
2. Carlos Argentino y la Sonora MaGtancera - Apambichao
00:02:59
3. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - Lamento náufrago
00:05:11
4. Carlos Argentino y la Sonora MaGtancera - Ay cosita linda
00:07:52
5. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - Mi teléfono
00:09:43
6. Carlos Argentino y la Sonora MaGtancera - En el mar
00:12:48
7. Carlos Argentino y su Sonora - Mama vieja
00:15:18
8. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - Las tres P
00:18:10
9. Carlos Argentino y la Sonora MaGtancera - La pitita
00:20:31
10. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - New York
00:23:15
11. Carlos Argentino y la Sonora MaGtancera - Tu rica boca
00:26:08
12. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - Pedacito de mi vida
00:29:03
13. Carlos Argentino y la Sonora MaGtancera - La mama y la hija
00:31:46
14. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - Pico chico
00:33:35
15. Carlos Argentino y la Sonora Matancera - Ya no es blue
00:36:26

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