Iñigo Pastor (foto: Bea Sánchez).

Hace poco, por motivo del 20º aniversario del sello Vampisoul, sello referencia de la reedición en vinilo de la buena música -y latina en particular- visitamos sus oficinas en el barrio madrileño de Carabanchel y no estuvimos decepcionados. Estanterías rebosantes de vinilos, cintas magnéticas por doquier con grabaciones totalmente inéditas, una lámpara casera de la marca, un cartel del mítico club Galo’s de Santurzi… fue como adentrarse en un rastro idílico o un templo perdido de la cultura underground, cuyos paganos iconos fueran el monstruo de Frankenstein, Daniel Johnston, Lyn May y Los Cramps. Y para colmo ahí estaban laborando el gran digger y DJ Javi Bayo y el mí(s)tico Murky López de “Melodías pizarras”. Nos recibió Íñigo Munster Pastor, maestro de ceremonias y fundador del sello. Vampi entrevista.

Tommy Meini: Aquí se nota mucha pasión por el formato vinilo. ¿De dónde te viene?

Iñigo Pastor: El vinilo es el formato de nuestra generación. Dentro de las casas siempre había algunos, era lo habitual. Recuerdo un primo que solo tenía discos de los Beatles y ya desde muy pequeño nos los prestaba. A los 13 ó 14 años empecé a salir a clubes o bares donde ponían música y descubrí que no sólo me interesaba escucharla sino también saber quién estaba tocando. En mi pueblo había un club cuyo DJ viajaba con frecuencia a Londres para gastarse un dineral en discos. Me enseñó lo que era el post-punk, el Paisley Underground, los Cramps. En entrevistas, todos esos grupos se referían a otros grupos que habían existido antes, y es cuando realmente descubres que la música de los años 60, y sobre todo el rock, no solo eran los Beatles sino millones de grupos más. Empecé a devorar de manera fanática las compilaciones bootlegs como Back From The Grave o Highs In The Mid Sixties y a desarrollar una correspondencia con esas personas que las producían, como Tim Warren de Crypt Records o Greg Shaw del sello y la revista Bomp. Eso fue lo que a mí me nutrió de muy joven de esencia musical y espíritu.

TM: ¿Y cómo te lanzaste en el mundo de la publicación de música en vinilo?

IP: Todo eso derivó en un fanzine, La Herencia de los Munsters y de ahí la discográfica Munster Records. Cuando empiezas te fija mucho en lo que hacen los demás y en Reino Unido había la revista Bucketfull of Brains que contenía un flexi-discos. Eso era la perfección máxima y parecía factible. Di con una fábrica en Reino Unido que era sumamente barata en la época y empecé a hacer la revista con flexi-discos. Hasta que me cansé de la labor editorial, que es mucho más costosa y trabajosa que hacer un disco, y decidí lanzarme en la producción discográfica a través del sello Munster. Era la época del CD, pero era carísimo producir un CD. Lo curioso fue que eso engulló toda la industria; todo el mundo se pasó al compacto. Nosotros fuimos de las únicas compañías en España que mantuvimos el formato vinilo. Y es más; con las muchas relaciones que tenía fuera empecé a firmar acuerdos con sellos que sólo editaban CDs para hacer discos de vinilo.

TM: ¿Podías vivir de las reediciones al principio?

IP: No, al principio, cuando llegué a Madrid, era estudiante y no dejé de estudiar y trabajar. Ponía música en bares, clubes y discotecas. Trabajé un año y medio en el Rock Club de la calle San Bernardo, montado por gente de la Rockola. Pasaba discos de Dream Syndicate, Iggy Pop, Primal Scream y toda la sicodelia. Lo más increíble es que los sitios donde pinchaba tenían todos estos discos. En esa época compaginaba mi actividad de disc-jockey -para pagar el alquiler- con la actividad del sello. Hasta que muy poco a poco pude vivir de esta última. Pero al principio me parecía un sueño inalcanzable.

TM: ¿Cómo un vampi-rockero como tú se acerca a la música latina?

IP: Primero por la línea rock de los años 60, del garaje y de la psicodelia. Viajé a México a principios de los años 90 y compré muchos discos de ese rollo. Allí llegaban muchos discos de otros países latinos. Descubrí Los Speakers de Colombia, Traffic Sound y Laghonía de Perú… Te das cuenta que es un mundo inabarcable, muy rico y super interesante. Aunque ya había un coleccionismo muy potente.

Pero al hábito había otros discos con portadas muy sugerentes, muy artísticas, muy bonitas de música tropical, música lounge, exótica, mambos, medio jazz… Esto sí que era muy asequible y era para investigar, porque no había nada. Y en ese mar de discos había cosas maravillosas y en todos los países que me motivaron a empezar la reedición de discos tropicales, no tan blanquitos como el rock. Lógicamente no era una maniobra mercantil, aunque luego se convierte en un negocio.

TM: ¿Es cuando surge el sello Vampisoul?

IP: Eso es. En Reino Unido, la gente de Soul Jazz y Harmless había publicado excelentes recopilatorios de latin soul y boogaloo, muy americanos. Yo empecé en 2002 con Back to Peru, una recopilación de rock peruano, y con una reedición del LP de latin jazz californiano Yazz Per Favore, de Emil Richards. Pero enseguida tuve los primeros escarceos con la Fania y su representante que vivía en Francia. Más allá de la compilación nos dio la posibilidad de publicar álbumes de artistas completos, como Eddie Palmieri, Joe Bataan, Louie Ramírez, Monguito Santamaría, Harvey Averne o la Fania All Stars. Y trabajar con un sello de esta categoría te permite de acercarte a otros parecidos o mayores. La verdad es que nos abrió muchas puertas, fue una punta de lanza muy bien metida. Hoy todavía me preguntó cómo ocurrió.

TM: ¿Cómo surgió el disco de Joe Bataan Call My Name?

IP: Fue a raíz de las reediciones del sello Fania. El productor Daniel Collás, relacionado con el sello Daptone de Nueva York, me contactó y me envió una demo de dos temas suyos que había escrito especificamente para Joe Bataan y grabado con él. Me pidió una implicación, si interesaba, para poder editarlo. Fíjate, no había nadie interesado en eso, ni siquiera en Nueva York. En esa época, Bataan andaba un poco perdido, haciendo escasos conciertos con sus antiguos hits.Y fue así como primero, en 2004, sacamos el single con los títulos Chick-a-Boom y Cycles, y al año siguiente el álbum con otras composiciones de Collás. La pena es que ninguno de esos temas fue interpretado en vivo jamás; Joe Bataan puso su voz, cobró y adiós. Lo positivo es que después de esto, pasaron cosas muy buenas para él, como conciertos y grabaciones de sus clásicos en Barcelona con los chicos de la Fundación Tony Manero, Los Fulanos. Para mí, definitivamente es uno de los mejores cantantes de baladas soul.

TM: ¿Cuáles son tus discos Vampisoul preferidos?

IP: Además de los discos de Fania, que hoy en día no se podrían reeditar por cuestión de coste de licencia, estoy muy orgulloso de la serie Gózalo, que son recopilatorios de música de baile total, y de la serie Cumbia Beat, de onda más psicodélica, de cumbias con guitarras peruanas. Son discos que han sido muy apreciados por el público y he podido escucharlos en un montón de eventos y fiestas. Eso me llena. También las recopilaciones Afro-Sound, hechas por Pablo Yglesias, tienen su mérito y fueron un gran éxito. A tal punto que el 80% de la banda sonora de la primera temporada de la serie Narcos proviene de estos discos.

Otro de los discos que mejor nos ha funcionado y más alegría nos ha dado es la recopilación de Elia y Elizabeth Fleta. Era un disco sacado totalmente de la nada, inesperado, que comisionó Carlos Icaza “Tropicaza” de México, un genio y una gran influencia en mí. Él se empeñó y se empeñó hasta que contacté con la compañía Codiscos. Allí era una cosa que tenían totalmente olvidada y no querían ni siquiera tocar los masters porque era demasiado costoso. Y resultó que ese disco de mucho sabor, con su estilo vocal pop femenino mezclado con una base rítmica de latin funk, le ha gustado a un público muy variado desde el más indie a los DJs y funkones más exigentes. También ha sido una de nuestras reediciones más solicitadas para licencias, anuncios, series o películas en Francia, México, Australia, Canada, Estados Unidos… Todo un fenómeno.

TM: ¿Y un Vampisoul maldito?

IP: Pues no sé, si lo hay lo borré de mi mente. De hecho sí, hay uno, aunque no puedo decir que sea maldito. Sólo que no funcionó como esperábamos. Se trata de Macondo revisitado, una recopilación de música tropical uruguaya. Se hizo con mucho esmero. Es tropical, sí, es underground, sí, pero era una cosa muy localista y a pesar de que musicalmente estaba bien, simplemente no conectó. Hay discos así que sólo interesan a cuatro personas, pero eso no es ápice para no hacer discos. Al final todos los discos se van. Sólo que algunos tardan un poquito más. Incluso hay muchos discos nuestros que ni tengo yo. Cuando llegan, en lugar de coger tres o cuatro, empiezan a salir y ya se van.

TM: ¿Técnicamente, se puede reeditar un buen disco a partir de un vinilo?

IP: Sí, a veces es la única opción. Hay muchos compañías por las que en su época producir un disco era trabajo de obra. Ni siquiera contemplaban pagar royalties a sus artistas, entonces ni te hablo de los masters. No se conservaron. No es el caso de Fuentes y Codiscos de Colombia, o de Discos MaG de Perú, cuyo archivos hemos comprado recientemente. Pero aún así… Por ejemplo el LP de Mita y su Monte Adentro, que es de MaG, la cinta no existe; lo hemos reeditado de vuestro disco, de la Colección Gladys Palmera. Es una producción con guitarras eléctricas y un sonido dinámico que se presta a ello. Pero eso de reeditar siempre a partir de masters es una cosa idílica. La mayoría de ellos han desaparecido.

TM: ¿Cómo adquiriste el catálogo MaG?, una joya.

IP: Aquí hay un mérito y un crédito que debo dar a mi amigo peruano Paul Hurtado de Mendoza, una persona muy ligada a la música de su país en los años 80 y que se vino a vivir a Madrid para trabajar en Nuevos Medios con Mario Pacheco. Fue él quien me abrió el panorama de la música peruana y armó nuestra primera recopilación de rock garaje Back to Peru, en la que había muchos temas del sello MaG. Fuimos de los primeros en trabajar con esta compañía y establecimos una buena relación con su dueño Jaime Guerrero. Llegamos a reeditar todos los álbumes de rock de su catálogo que nos interesaban: Traffic Sound, Laghonia, Telegraph Avenue, We All Together, Black Sugar

Con la serie Gózalo vi que había otra perspectiva y seguimos trabajando con ellos. Todo se hacía por email. Durante la pandemia, tuve una especie de impulso y dije “hace mucho que no sé de Jaime, voy a llamarle”. Me dijo que había empezado un proceso de venta con una gente de Miami sólo interesada en la parte tropical de su catálogo. Para él, MaG es mucho más que esto, es una cosa que no se puede romper en pedazos. Imagínate, es hijo del fundador Manuel Guerrero, su hermano Carlos Guerrero fue cantante de We All Together, su hermana Monik también grabó para el sello…

Además el comprador se había echado pa’ trás. Para mí fue cómo ¡zum! Le hice enseguida una oferta que él aceptó y así me quedé con el archivo. No fue muy caro, pero luego ponte a sumar el traslado, el proceso de la digitalización… y la parte más interesante, la de contactar con los artistas o sus herederos para llegar a un acuerdo que permita hacer reedición y sincronizaciones. A raíz de eso, empecé muy modestamente con el pianista Alfredito Linares, que tocó con los MaG All Stars y está activo. A todos esos artistas les dices MaG y se emocionan, porque pertenece a una época de su vida muy tierna, muy creativa, cuando empezaban. Y es cierto que esos discos suenan francamente bien porque el señor Guerrero se preocupó de tener un buen estudio, una buena sala, una buena consola… Entonces hicimos un acuerdo con Alfredo Linares, con Coco Lagos, con Nilo Espinosa, con los Traffic Sound, con Telegraph Avenue, con Laghonía, con Pancho Acosta, guitarrista de Los Kintos, con el Cuarteto Yemayá. Y toda esta gente está feliz de que el catálogo salga, y son muy motivados para colaborar en la promoción e incluso para tocar algo. De hecho hay un proyecto muy bonito que estoy intentando llevar a cabo con Coco Lagos, que es de formar de nuevo los MaG All Stars, un poco como ocurrió con el Buena Vista Social Club. Participan Alfredo Linares y Pancho Acosta. Son músicos que no han dejado de tocar ni un solo día.

TM: ¿Otros proyectos para 2023?

IP: Aparte de trabajar el catálogo MaG que tiene un montón de inéditos y multipistas, hay una series de catálogos de Venezuela que estamos gestionando y que valen la pena. Tenemos también producciones peruanas de Coco Lagos de finales de los años 70 y principios de los 80, y un disco inédito que grabó en Nueva York con figuras de la salsa. También hemos pactado con Melcochita, un sonero maravilloso, rescatar todo su legado de los años 70 y 80. Y otros proyectos que prefiero no decir de momento. Pero son tantos proyectos que me llegan que hay que saber decir que no, aunque a mí me cuesta rechazarlos.

TM: Con los años, Vampisoul ha pasado de ser un pequeño catálogo de fans a un sello de referencia y hasta imitado, para no decir vampirizado.

IP: Me alaga mucho eso, lo que dices. A mí lo que me parece interesante es que llegamos a muchos perfiles diferentes. El sello no tiene una línea estética o editorial única, estamos muy abiertos. No hemos hablado de Brasil, por ejemplo. Le hemos echado un buen bocado al sello Som Livre mientras estuvo disponible. Al final mi trabajo es esto, difundir la música que me parece interesante, de cualquier horizonte que sea. Y aunque yo no haya inventado nada, cuando me felicitan por mi criterio o se inspiran de mis selecciones, y sobre todo bailan con ellas, me llega un sentimiento de satisfacción muy grande. Siento que he cumplido con mi misión de hacer descubrir otras músicas. Y la seguiré cumpliendo, la música es infinita.

Y los vampiros eternos…

Encuentra los discos del sello en su web: https://munster-records.com/ o en su tienda en el rastro de Madrid: Satanasa, Callejón del Mellizo, 6.

Dicen que el Groove es el Swing de los años 70, una especie de sensación rítmica que se va apoderando el ambiente hasta su contagio total, y así como el Swing hacía que la gente moviese los pies, el Groove hace que todos movamos la cabeza asintiendo. Y como el Groove ha estado presente en el jazz latino, en la salsa, en el soul, en el rock y en la música tropical, pues hay especialistas en su historia y en su difusión. Uno de ellos es Íñigo Pastor, quien ha mostrado en los diferentes discos de su sello Vampisoul algunos de los mejores trabajos grooving que hayan hecho en el mundo. 

En esta playlist hay mucho groove y hacerla nos ha permitido descubrir que está presente en varios países (por no decir todos) de América. Por eso seleccionamos canciones de Perú, de Colombia, de Uruguay y hasta del efervescente mundo chicano. Incluso hay piezas panamericanas como lo demuestra La Bikina, donde una chilena y un venezolano hacen música mexicana. Entre ellos queremos destacar Mi montuno, tema de presentación del legendario programa de radio Salsa, Ritmo y Sabor, de la HJUT de Bogotá, en los años 80.

Cierra una grabación "actual" de un eterno hombre groove como es Joe Bataan, estrella de Fania y Salsoul en los años 60 y 70 y quien vivió una segunda juventud en el Siglo XXI gracias, en buena medida, a Iñigo y su Vampisoul. Pero no es el único groove reciente. Hay intercalado en algún lugar de la playlist, Helena x Aldine, de Che (Alexandre Caparroz) tema inspirado en las bandas sonoras de los "sacanagem" (porno soft brasileño de los años 70). A la medida de estas sensaciones rítmicas.

Playlist

1. Margarita Sierra - Cha Cha Twist (Madrid, 1962)
00:00:17
2. Lucho Macedo - Guayaba (Lima, 1972)
00:02:34
3. Emil Richards' Yazz Band - Oh Very Well (Los Angeles, 1961)
00:06:49
4. Machuca Cumbia - Sting Alive (Barranquilla, 1978)
00:10:46
5. Willie Bobo - He's That Way (Nueva York, 1963)
00:14:54
6. Ricardo Ray Orchestra - California Sun (Nueva York, 1968)
00:17:49
7. Jimmy Salcedo y su Onda 3 - La cumbiamba (Bogotá, 1974)
00:20:20
8. Bola Johnson - Lagos Sisi (Lagos, 1968)
00:23:20
9. Luiz Eça - Se Você Pensa (Río de Janeiro, 1970)
00:26:39
10. Monna Bell y Aldemaro Romero - La Bikina (México DF, 1970)
00:28:53
11. Tita Duval y El Nuevo Ritmo de Bobby Rey - Safari, Safari (Medellín, 1974)
00:31:39
12. Mario Allison y su Combo - Oh Yeah (Lima, 1968)
00:34:55
13. Billy Preston - Billy's Bag (Los Angeles, 1964)
00:37:25
14. Monguito Santamaría - I've God To Find It (Nueva York, 1970)
00:41:07
15. Che - Helena x Aldine (São Paulo, 2005)
00:43:48
16. Eddie Palmieri & Cal Tjader - Mi montuno (Nueva York, 1967)
00:47:23
17. Estela Magnone y Jaime Roos - Tras tus ojos (Montevideo, 1985)
00:52:40
18. Tocayo - Con Safos (Los Angeles, 1970)
00:57:53
19. Los Beltons - Cumbia Pop (Lima, 1970)
01:01:22
20. Spiteri - Hey Tono (Londres, 1973)
01:04:08
21. Joe Bataan - Chévere que chévere (Nueva York, 2004)
01:08:19

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