El guitarrista Camilo Medina y el bajista Javier Forero, ambos bogotanos, conectaron al llegar a Chicago con la escena indie rockera local, pero ya desde sus inicios su mirada era distinta. Su gusto por la psicodelia y las melodías saltarinas y crepitantes se enriquece ahora con una mirada mucho más transversal, que conecta con su origen latinoamericano, en una decisión que va más allá del sonido, pues la mayoría de las canciones de su nuevo disco están cantadas en español.
‘Last Spa on Earth’ es una obra bizarra en el sentido de que no se parece a nada que estén haciendo los artistas de origen latino en Estados Unidos; nada tiene que ver con el pop lisérgico de electrónica acuosa y folk acústico de Helado Negro o con el dream core de Juan Wauters y Tall Juan, con los que quizá al principio sí tenía más similitudes. Ahora mismo Divino Niño camina solo por un camino tan fascinante como desconocido.
José Fajardo.
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