Entre todos ellos Beny Jr es uno de los mejor situados para hacerse un nombre que trascienda ese circuito marginal. Con 22 años, de ascendencia marroquí y desde las afueras de Barcelona, despuntó en 2020 con un par de mixtapes donde colabora uno de los referentes del movimiento: Morad, con más de tres millones de oyentes mensuales en Spotify. Canciones de Beny Jr como ‘Mariachi’ o ‘K y B’ ya son himnos a pequeña escala. Su debut no es sólo importante por la música sino por quién está detrás apoyándole.
Desde que se juntó con Rosalía circa ‘El mal querer’ (2018) para construir el primer icono global de la música española moderna, el productor canario El Guincho ha ido calculando bien sus movimientos. No saca música propia desde ‘Hiperasia’ (2016) y en los últimos años ha colaborado con artistas muy concretos: Bad Gyal, Israel Fernández y poco más. Esta grabación es la primera apuesta de su sello: RICO.
Su apuesta por Beny Jr es una muestra de que el drill -esa variación del rap inspirada en la música violenta que se hace en los suburbios de Gran Bretaña en la onda del grime- cada vez tiene más tirón en España. Su propuesta ya está a la altura de los grandes de la escena (Aiman Jr, GhettoBoy) gracias a las producciones casi cinematográficas de El Guincho, que parte de los códigos de la escena -ritmos secos y cortantes, bajos frenéticos y oscuros, velocidad desalmada- y los moldea para que todo suene más profundo y duradero.
José Fajardo.
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