Ya hemos hablado en los Mor-Discos de figuras como Natanael Cano, referente de una nueva corriente bautizada como “corridos tumbados” que mezcla la música norteña y las rancheras con la estética, los ritmos y el lenguaje del trap. Junto a él, hay nombres como Junior H, Los Dos Carnales y Carin León que están más interesados en recuperar el sonido tradicional del regional mexicano que en mezclarlo con las nuevas tendencias que escuchan la juventud. Eslabón Armado es una de las figuras más importantes de este nuevo circuito al que se empieza a conocer como “sad sierreño” y los editores de las playlist de Spotify describen como “guitarras agüitadas para cantarle al amor y al desamor”.
Este trío formado en 2017 por tres amigos de la infancia le canta, en efecto, a las chicas de sus sueños, y mezcla en sus videoclips la simbología rural de las rancherías (caballos, sombreros tejanos, espuelas) con algún guiño moderno (chándales, joyas, cochazos). Hacen música sencilla con sus voces junto al sonido acústico de los requintos (una especie de guitarra más pequeña) y los bajoloches (un tipo de bajo característico de este universo). Su fichaje por DEL Records, el sello más importante del género, les sitúa en una posición privilegiada para llegar a una audiencia generalista.
José Fajardo
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