Los Dominguito

Ahora nos toca bailar en sillas, pero ocho meses atrás, antes de que todo estalle por los aires, cuando aún existían las discotecas, en las profundidades de la noche sevillana había un nombre que llevaba extendiéndose desde hacía casi dos años, inyectando el veneno del global bass en unas sesiones que comenzaban a copar los garitos no solo de la capital andaluza, sino que también se percibía a Los Dominguito como uno de los canalizadores de cómo se bailaba en el presente el baile del futuro.

Sus sesiones son auténticos oasis de la música de baile que suena en países como Ghana o Brasil: son cazadores de bailes de vanguardia que colindan con la filosofía editorial de emisoras como NTS, RINSE FM (o Radio Gladys Palmera, por supuesto); de sellos como Enchufada o Príncipe Discos; y de reformuladores del funk carioca o el after-reggaetón como Kelman Durán o el sello NAAFI.

Aunque 2020, como para todos, tenía otros planes diferentes a los que Los Dominguito tenían pensado; los sevillanos no se quedaron quieto paraos estos meses: tras poner en marcha una suerte de club virtual en los primeros compases del confinamiento; los siguientes meses idearon un proyecto llamado 20D20, que consistía en aunar el espíritu de las mixtapes con la inmediatez de las playlists y la idea de clubbing transversal. Veinte artistas haciendo veinte sesiones de veinte minutos cada una, saliendo a la caza del baile más horizontal, del reggaetón al techno duro, de la cumbia villera al dubstep, del drum’n’bass al future funk.

Hablamos con Los Dominguito sobre cultura de club, proyectos marcianos y cómo se baila cuando no se puede bailar. Y aún por encima, nos hacen una playlist de cosecha.

Alan Queipo: El año no pintaba mal para vosotros. Habías podido hacer un par de “huateques”; teníais planificada la continuidad del Club Pegao; os empezabais a hacer incluso un nombre fuera de Sevilla y Andalucía, con escapadas a Barcelona o Burriana… Pero el 2020 tenía otros planes, tanto para vosotros como para el resto del mundo. La actividad, evidentemente, se paralizó por completo. ¿Qué otros planes que os ilusionaba poder hacer se os truncaron de repente?

Los Dominguito: ¡Uf!, nos da pena hasta recordarlo, justo comenzábamos una nueva etapa muy ilusionante en la Sala X. Nuestra primera fiesta iba a tener lugar el 4 de abril, teníamos (y seguimos guardando) un cartelón de @debandolero y venían nuestras queridas amigas Las Gatas y una artistaza que teníamos muchísimas ganas de traer desde que comenzó prácticamente: La Tiguerita. Teníamos dos afters de Soto Asa cerrados y estábamos planteando otra con una artista muy conocida también de Primavera Labels… no desvelamos más.

Como te decía, nos encontrábamos en un momento muy especial para nosotros: cerrábamos una etapa en Sala Malandar y abríamos otra en Sala X con un salto de presupuesto importante. Nos habíamos planteado cambiar el modelo que hasta ahora llevábamos y comenzar a contar también con colectivos y artistas de toda España… todo llegará.

AQ: Hace unos días el periodista Nando Cruz reflexionaba sobre la situación del clubbing. Decía que para miles de clubbers salir a bailar cada fin de semana era una actividad tan esencial como ir al cine, al teatro o a conciertos; y que es un público muy olvidado dentro del panorama de las restricciones culturales. ¿Os sentís ninguneados incluso por el sector de la cultura y los eventos?

LD: Bueno, para empezar, queremos indicar que el concepto “club” nos trasmite un poco de respeto. No sabemos cómo, pero hemos acabado aceptando esta etiqueta como nuestra cuando hace un año no nos hubiéramos visto tan dentro. La cultura de club tiene un fuerte arraigo sobre todo en otros países europeos, pero también en Sevilla, donde hay una cultura muy fuerte de techno y de música electrónica con espacios como la Sala Cosmos o la admirada Prisma; y de toda la vida el concepto club se ha visto relacionado con este tipo de música. Pero es porque se lo han currado y han mimado la música, tienen los mejores locales, los mejores equipos de sonido… 

En España, las discotecas han hecho mucho daño a la música, no por el género que se escucha en ellas, sino porque ha habido cero respeto por la música por parte de los empresarios. Entonces ahora coger algunos de estos géneros y plantarlos en una sala y llamarlo club… pues a más de uno le puede picar, pero bueno, al final hemos conseguido que haya gente que vaya recurrentemente a las salas a escuchar música de una forma consciente y eso, sea el género que sea, para nosotros es club.

Nosotros personalmente no nos sentimos ninguneados porque es que directamente no esperamos ningún tipo de ayuda ni reconocimiento ni cuando estábamos activos, nos movemos en un registro muy informal, en el underground. Pero sí que estamos sufriendo por las salas de nuestra ciudad, su personal, los festivales… Comprendemos que ahora mismo no es seguro montar una fiesta en una sala cerrada de pequeño-mediano aforo. Pero no vemos normal que cuando se impida realizar una actividad profesional, no haya medidas económicas que amparen a las personas que viven de esto.

Han tenido que haber manifestaciones en toda España para que miren a un sector en el que trabajan 700.000 personas y genera el 3,2% del PIB según #AlertaRoja #HacemosEventos. Ahora empieza a haber promesas, y llegan 7-8 meses tarde. 

AQ: ¿Cómo veis el panorama de retorno? Más allá del “cuándo”, que nadie sabe nada; ¿os preocupa el “cómo”? Me refiero a que quizás la manera de interactuar dentro de una discoteca, la cantidad de público, etc., quizás no se recupere a medio-corto plazo.

LD: El cómo es precisamente el tema que más nos preocupa, porque está claro que cuando se pueda volver a las salas no será en las mismas condiciones que antes, ¿pero merece la pena volver para estar sentados? Nosotros lo estuvimos debatiendo porque empezamos a trabajar en verano para volver en septiembre, y las condiciones que nos comunicó la Sala X iban a ser: mesas con un número limitado de personas, sentadas y con una distancia de dos metros entre mesa y mesa.

Puestos a elegir diríamos que no queremos volver en estas condiciones, pero decidimos continuar porque se lo debemos a las salas. Se lo debemos porque han apostado por nosotros, y tenemos la responsabilidad de apoyarlas, apoyar a sus técnicos y apoyar a la industria que se genera alrededor en estos momentos.

El mayor problema creo que lo vamos a tener en PEGAO, que es el club que tenemos junto a Diesel Design, porque como su propio nombre apunta, el contacto es una de sus señas de identidad. La Sala X tiene una capacidad de unas 300 personas, nosotros bajamos la mesa del DJ abajo a la pista y se reduce más el espacio. PEGAO es todo calor y sudor: hay que pensar bien cómo conseguir la misma atmósfera con otras condiciones.

AQ: Más allá del parón que impuso el confinamiento, pronto os pusisteis manos a la obra, y organizasteis un par de saraos virtuales: “Los Dominguito Cloud” y el “Perreo Virtual”. No sé cómo os funcionaron esas fiestas virtuales en los primeros días de pandemia y por qué decidisteis no darle continuidad.

LD: Dominguito Cloud o Perreo Virtual, que fue la fiesta online de PEGAO en la misma plataforma, fueron unos experimentos que la verdad que le dimos mucha visibilidad al principio y que funcionaron bien. Por lo menos se cumplió nuestro objetivo, que era poner música con nuestros amigos y que cualquiera pudiera escucharla.

Lo que pasó fue que esa noche funcionó muy bien y cuando nosotros nos fuimos, se quedaron djs amigos pinchando, y cuando volvimos por la mañana seguían ahí, y tomamos relevo. Cuando vimos que habíamos anunciado una fecha de una noche pero que eso era 24h non stop creamos un nuevo evento en Facebook dando a entender que la fiesta era un experimento que iba durar lo que nos diese la gana.

Pero claro, ese mensaje no llegó a todo el mundo, aunque íbamos compartiendo stories en Instagram, porque no anunciamos djs ni nada; iban entrando según su disponibilidad ese día y punto. Al final el experimento duró como un mes hasta que se agotó. Y en ese momento tampoco lo anunciamos ni cerramos ni agradecimos ni sacamos conclusiones. Fue un error de comunicación de una fiesta que para nosotros en realidad sí funcionó, pero no supimos comunicarlo. Teníamos la cabeza en otro lado y dejamos que el proyecto se apagase lentamente.

AQ: Ahí es donde surge, entiendo, esto de “20D20”. Tiene un formato híbrido entre podcast, mixtape, vinilo de 10” y pinchada virtual. ¿Tomasteis algo o a alguien como modelo?

LD: En nuestras fiestas siempre contamos con otros/as DJs y colectivos, y quisimos tener este concepto presente, le dimos una vuelta y nos pareció muy interesante hacer un recopilatorio a lo Caribe Mix con gente que seguimos y que nos gusta su trabajo.

AQ: A mí me recuerda a la manera que en los orígenes del hip-hop la música circulaba en recopilatorios y sesiones grabadas en cintas de casete; lo que más adelante serían las mixtapes de YouTube. ¿Hay algo de ese espíritu? 

LD: Si ha habido algo de ese espíritu desde luego no ha sido algo que haya sido buscado a propósito. Tiene más que ver con cómo consumimos música actualmente, donde se ha reducido el tiempo que dedicamos a la cultura, que con cómo se consumía la cultura en el pasado.

Aunque es verdad que contemplamos la posibilidad de sacar las sesiones en cassette, quizás sí que pasado y futuro tengan más en común de lo que nosotros percibimos.

AQ: ¿Diríais que la propuesta de “20D20” crea una especie de equilibrio entre la inmediatez y la urgencia de cómo consumimos (de ahí que duren solo 20 minutos), la ‘cultura de las playlists’ y las ‘sesiones de DJ’?

LD: Completamente de acuerdo, decidimos hacer sesiones de 20 minutos porque creemos que se adapta mejor a la forma en la que consumimos hoy día. La capacidad de atención de las personas se ha visto reducida drásticamente por la cantidad de estímulos que nos rodean. Estamos sobreestimulados. Hemos tenido que adaptarnos para que el formato encajase.

AQ: Decís que la idea nació con el objetivo central de crear lazos con DJs y productores que os inspiran. Al final, ha quedado una cosa que tiene un aspecto de exposición sonora virtual, con vosotros de curadores/comisarios sonoros; y cada una de las sesiones acaba creando un clima. ¿Lo veis así? ¿La selección de DJs/productores buscaba encontrar un equilibrio o pretendíais que hubiera una órbita sonora común?

LD: Sí que parece una exposición sonora que ha conseguido hacer una pequeña foto del panorama sonoro en un momento muy concreto. No buscábamos ni un equilibrio ni una órbita sonora común. Nuestro único criterio era llamar a gente que nos mola. 

Pero al final sí que creo que hemos dado con un equilibrio, porque hay artistas que pinchan géneros muy dispares, aunque al mismo tiempo hay una órbita común, no sabemos si sonora, pero desde luego todos los participantes tienen en común formas de trabajar y de entender la música, aunque sea de géneros distintos.

AQ: Al principio estaba disponible, además de en Mixcloud, en Spotify. Entiendo que, como le está pasando a muchos podcasts que ponen muchos tramos de música, os bloquearon el contenido. No sé si se os está haciendo un espacio limitado Mixcloud, y si os gustaría que las sesiones estén en otro sitio. No sé si estáis tramitando que esté en alguna otra plataforma o si ya con Mixcloud es suficiente como hábitat para las sesiones.

LD: Efectivamente, al principio estaba disponible en Spotify; para nosotros era fundamental porque es donde se encuentra todo el mundo. Aguantamos como una semana antes de que nos tiraran todo. La verdad que no es algo que nos sorprendiese, ya le había pasado semanas antes a LIE Radio, ¡pero por cabezonería lo intentamos!

Recibimos un mensaje por el que entendimos que sólo la música que está licenciada por ciertos distribuidores pueden incluirse en los podcast. Por ejemplo, el podcast de Alginato, de nuestros compañeros de Diesel Design, no tienen ningún problema. Imaginamos que Spotify quiere asegurarse de que todos los artistas cobren.

AQ: Entiendo que se os habrá quedado fuera mucha gente, e incluso que muchos os han dicho que les gustaría participar. No sé hasta qué punto esto es algo que solo lo queríais concebir de esta manera, o si estáis tramando que “20D20” tenga continuidad, de alguna manera. Incluso continuidad presencial cuando se pueda volver (que esperemos se pueda) a las discotecas.

LD: Pues sí que al principio se concibió como algo puntual. De hecho, el propio nombre 20D20 ya nos limita bastante: son 20 artistas, 20 minutos y jugando un poco con el año 2020 (que, por cierto, el naming se lo debemos a Carmen Minguito, la responsable de la imagen del proyecto, ¡te queremos Carmen!). Pero como bien supones hay mucha gente que queríamos que estuviera dentro, que se ha tenido que quedar fuera y también hay mucha gente que nos ha contactado para participar preguntándonos si habría futuras ediciones. Así que sí, probablemente haya una segunda edición de artistas, y además, tenemos previsto que sean todos internacionales.

AQ: Da la sensación de que la manera que estáis teniendo en Sevilla, sobre todo, de entender la nueva música de baile, con propuestas como la vuestra y otros colectivos que actúa de formas muy diferentes: desde Breaking Bass a Jangueo, Rawa Club, LIE Radio, Diesel Design, etc. ¿Qué es lo que está pasando allí que estáis entendiendo mejor la manera de asentar un clubbing moderno y, a la vez, autóctono, sin depender de tendencias ni modas?

LD: Lo que pasa básicamente es que Sevilla es en realidad un pueblo grande, no sabemos si por fortuna o por desgracia, pero es un pueblo y todos nos conocemos. Con todos los colectivos que mencionas tenemos relación y existe una retroalimentación brutal y creo que eso está beneficiando la imagen que se tiene de la ciudad en términos culturales. Hasta el inicio de la pandemia, Sevilla era un hervidero de propuestas y miedo me da cuando salgamos de esto. Porque el underground solo sale reforzado de este tipo de situaciones, y nos consta que nadie ha parado: estamos todos trabajando en la sombra para cuando volvamos.

Actualmente todas estas sinergias que se estaban produciendo entre los distintos colectivos han desembocado en una asociación que hemos llamado El Sindicato. En el Sindicato, además de los colectivos que has mencionado, se encuentra Industrias94 o Novia Pagana a nivel musical, están los chicos de la marca África del Norte, Alejandro Sánchez haciendo los vídeos y Javi Conde Duque como habitual embajador de cualquier proyecto que se precie en Sevilla.

Nos hemos juntado bastantes personas con muchísima afinidad, y a parte de montar fiestas, queremos ayudarnos mutuamente: avisando de las fechas que tenemos, viendo cómo financiarnos, promocionando las fiestas de unos y otros… nos gustaría en un futuro que funcionásemos como un sindicato real y luchar por las condiciones que nos dan las salas a todos los que integramos el colectivo. Vamos todos a una.

AQ: Hay una etiqueta que en los últimos años se ha puesto un poco de moda, y es la de “global bass”. Algo que a mí me recuerda un poco al término de “world music”: una especie de cajón de sastre donde meter todo lo que tiene algún ramalazo de música tradicional fuera de, sobre todo, las músicas de occidente. ¿Vosotros os identificáis con esa etiqueta? ¿Cómo la definiríais vosotros?

LD: La etiqueta Global Bass sí que es una etiqueta que usamos bastante, se podría decir. Nunca la habíamos relacionado con el world music, pero ahora que lo dices sí que podría tener la misma connotación de cajón de sastre. No creemos que lo tenga ahora mismo, pero sí creemos que la pueda tener incluso que nosotros tengamos algo de culpa en eso porque es verdad que es una etiqueta que usamos. Pero, sobre todo, cuando no tenemos espacio ni tiempo suficiente donde desarrollar o comunicar el tipo de música que nosotros ofrecemos, siempre que podemos ponemos todos los géneros que abarcamos, aunque sean 8; pero si tenemos que resumir en una sola palabra podría ser la que mejor resuma nuestro estilo.

La verdad es que es una muy buena reflexión, no lo habíamos leído ni escuchado en ningún lado. Debemos tener más cuidado al usarla porque es verdad que tiene un tufillo a colonialismo con el que no nos identificamos en absoluto y lo último que querríamos es generalizar y descontextualizar todas las músicas que suenan en nuestra fiesta.

De todas formas, el Global Bass se percibe como una evolución del llamado tropical bass que sí que lo hemos y seguimos pinchando bastante, y nosotros en cambio hemos ampliado el concepto y nos da exactamente igual si son ritmos latinos, si son de UK o son de Andalucía. Para seguir liando al personal ahora vamos a usar Local Bass como etiqueta.

Los Dominguito, uno de los colectivos de referencia en la noche andaluza; además de dinamizadores de la cultura de baile. Estos meses pusieron en marcha un proyecto muy guay que se llama "20D20", que son 20 sesiones de 20 minutos a cargo de 20 DJs/productores. Un híbrido entre una sesión virtual de música de club, una playlist y una mixtape de aquellas cintas de casete de los '90 en USA.

Playlist

1. PEDRO – Calores
00:00:12
2. Damelove Ft. Kelman Durán – Dime?
00:03:28
3. Rosa Pistola, La Tiguerita, KRISS DA KIDD – Dime klk (Remix)
00:07:51
4. La Tiguerita – Og
00:10:36
5. Anouk – Sin ser flamenca
00:13:21
6. Ama Befana – Bruja I Love U
00:16:42
7. Chico Blanco – Fantasía
00:19:40
8. Tisa Reign – Bally On
00:24:18
9. Cadenza, M.I.A. & Guilty Beatz – Up Inna
00:26:58
10. A-Star – Solege
00:30:30
11. Baiuca, Aliboria – Mangüeiro
00:33:13
12. Sen Senra – Perfecto
00:37:50
13. Maka, DELLAFUENTE, Morad – Siempre que amanece
00:40:25
14. Naza, Niska – Joli bébé
00:43:42
15. Califato ¾ - Crîtto de lâ Nabahâ
00:46:30
16. Yaeji, – One more (Nídia Remix)
00:50:15
17. Mediopicky, Adrianigual – Si
00:53:28
18. Nathy Peluso – Delito
00:56:40
19. The Gardener, SKLT SLKT – Si no puedo verla
00:59:59
20. MARIA SIOKE, Omaigold – Flexin
01:02:55
21. Soto Asa, SVJ – Klub
01:04:55

Deja tu comentario