Aquí encontramos a una Karol G que muestra su intimidad como nunca antes, sin problemas en mostrar sus debilidades y proyectar que no siempre hace falta ser una ‘bichota’, pues también hay días en los que apetece salir a la playa en soledad aprovechando que salió el sol mientras “el cora se cura” con la certeza de que “mañana será bonito”. Ésa es la reflexión que lanza en un mundo híper competitivo donde desde diversos planos – el de la realidad, pero también en las redes sociales- hay una exigencia continua de perfección.
La ‘Bichota’ sigue siendo una ‘bichota’, que no cunda el pánico: ahí está mostrándose fuerte y disfrutona junto a su compatriota Shakira, rodeándose de mujeres y apostándole a la rumba frente a las adversidades, con un mensaje de sororidad y hedonismo que la acompaña desde sus inicios. A nivel sonoro el álbum ofrece un picoteo contagioso de todos los ritmos que ahora mismo marcan el paso de la música moderna, del reggaetón al dembow y otros pasajes más reposados. Ya convertida en la-artista-latina con más tirón, ahora aspira a ser número uno, sin necesidad de esa distinción entre géneros.
José Fajardo.
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