Rafa Galindo centenario
Se le conoció como el trovador de la radio y como el trovador sinfónico. Rafa Galindo fue símbolo de una era de grandes orquestas de Venezuela.
Durante más de siete décadas, el cantante Rafa Galindo se mantuvo activo en los escenarios, logrando una de las carreras más longevas y fructíferas de Venezuela y el Caribe. Su cálida voz dotó de un brillo especial al bolero, llegándosele a conocer como “El trovador de la radio”, y con motivo del centenario de su nacimiento hemos querido hacer recordarlo.
INICIOS
Sus primeros pasos en la música los da en la ciudad de La Victoria, donde había nacido el 24 de octubre de 1921. Su abuelo paterno quien para entonces se desempeñaba como sub director de la orquesta presidencial del general Juan Vicente Gómez, sería el principal impulsor de las inquietudes musicales de aquel muchacho aun de pantalones cortos. Su debut ante el público ocurriría cuando contaba con tan solo 14 años, siendo anunciado por su abuelo sorpresivamente en una fiesta, donde interpretaría un viejo vals criollo.
Luego de la muerte del dictador, ocurrida en diciembre de 1935, Rafa y su familia se mudan a Caracas, siendo allí donde se vincula de manera formal con la música, primero tomando clases de canto con el profesor Moleiro, para luego debutar profesionalmente en 1937 en la estación de radio capitalina La Voz de la Philco.
LA PRIMERA REPÚBLICA DE BILLO'S
Desde finales de los años 30, Rafa había logrado forjar cierta reputación como cantante en agrupaciones de discreta popularidad, como las orquestas Tropican Nights, Hermanos Rivas y la Venezuelan Boys, donde entra en 1940 para sustituir al cantante César Espín, quien para entonces había sido seleccionado para engrosar las filas de la naciente Billo’s Caracas Boys, puesto al que Rafa también había aspirado, siendo rechazado por su corta edad. Sin embargo, las vueltas del destino hicieron que la estadía de Espín en la Billo’s fuese por demás breve, siendo llamado tres meses después por el músico de la orquesta Ángel Briceño para sustituirlo, debutando Rafa con la Billo’s el 28 de noviembre de 1940.
Es junto a la orquesta del dominicano Billo Frómeta que Rafa logra la consagración artística como el cantante melódico más joven de Venezuela. No obstante, en sus primeros años en la agrupación no se limitó a la interpretación de boleros, incursionando con mucha solvencia en géneros como el merengue caraqueño, los joropos y las guarachas.
En 1941 la voz veinteañera de Rafa debuta en el plano discográfico grabando para la firma Victor los boleros La cita y Dulces sonrisas, ambos autoría de Freddy Coronado y los merengues Lenguetera y Menea la olla, firmados por Ángel Briceño.
Pese a la gran popularidad alcanzada por la orquesta amenizando bailes en lugares como el Sans Souci, el Roof Garden y el Pabellón del Hipódromo de Caracas, y la buena acogida de las primeras grabaciones realizadas por la orquesta, a nivel discográfico vivieron un silencio de tres años, a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, que limitaba el uso del vinilo para los discos. Sin embargo, en 1945 la voz de Rafa volvería a escucharse en discos, plasmando el bolero Ven y la guaracha Al fin y al cabo que, temas que se convertirían en emblemas que lo acompañarían el resto de su carrera.
La estadía de Rafa junto a la orquesta de Billo Frómeta culminaría a mediados de 1946, cuando el cantante decidió atender una invitación para realizar actuaciones en Colombia, dejando como sustituto en la orquesta a su cuñado Miguel Briceño.
NUEVOS SENDEROS
Luego de cumplir con varios compromisos en Colombia, Rafa regresa a Caracas y junto a su amigo y ex compañero de la Billo’s Víctor Pérez, se embarcan en la difícil labor de constituir una orquesta propia que llamaron Rafa-Víctor. Para ello encargaron la dirección y los arreglos al joven Aldemaro Romero, quien contaba con 19 años de edad. No obstante, la inexperiencia en los asuntos administrativos, hizo que aquella aventura durara tan solo pocos meses.
Luego de aquel fracaso, Rafa se dedicaría por cerca de un año, a realizar presentaciones como solista en varios programas de radio, entre ellos: Bingo Alas, animado por Víctor Saume; Serenata, bajo la conducción del músico Eduardo Serrano; y Brindis Musical Santa Teresa, acompañado por la orquesta de Radio Continente.
A principios de 1949, el ambiente musical caraqueño se estremece con la separación de la orquesta Hermanos Belisario, siendo Pedro José el primero en conformar su agrupación aparte. Para ello reunió catorce músicos, que respaldarían a las voces de Víctor Piñero, Enrique Villasana y Rafa Galindo, quien de esta manera retomaba el trajín propio de actuar con una orquesta de baile.
SANS SOUCI
Después de una pasantía de poco más de un año en la orquesta de Pedro J. Belisario y otra de dos años con la orquesta de Rafael Minaya, Rafa regresa de manera triunfal a la Billo’s Caracas Boys, y con su reingreso también vuelven los éxitos discográficos, siendo el primero de ellos Mattinata, canción napolitana adaptada al ritmo de bolero, con letra en español de René Esteves, libretista y productor del programa Fiesta Fabulosa.
Al poco tiempo de su retorno a las filas de la agrupación, Rafa comenzaría a sentir malestares a consecuencia de un aparatoso accidente que había tenido unos años antes. Por ello tuvo que ser ingresado en un hospital psiquiátrico para recibir el tratamiento debido, siendo Billo el encargado de costear todos los gastos médicos de su bolerista estrella.
Esta segunda estadía de Rafa en la Billo’s, duraría al igual que su primera estancia, cinco años, terminando su relación laboral de manera abrupta en 1957, cuando el director se vio en la necesidad de disolver su orquesta, debido a los problemas legales y sindicales que atravesaba. Este hecho llevaría a Rafa a emprender una nueva aventura musical, esta vez al lado del guarachero cubano Manolo Monterrey.
Con la disolución de la Billo’s, “la yunta” Rafa y Manolo forman un pequeño grupo musical basado en el repertorio que los había consolidado en el ambiente como los cantantes de mayor popularidad de Venezuela, logrando ser contratados en primera instancia por el Hotel Tamanaco de Caracas y luego enviados por la misma compañía hotelera a realizar actuaciones en El Salvador.
Finalizados los compromisos en Centroamérica, Rafa retorna a Caracas a finales de 1958, recibiendo de inmediato la invitación de César Roldán, dueño de Discomoda, para que se sumara al elenco del proyecto conocido como Orquesta Sans Souci, que tenía como principal misión, retomar los temas puestos de moda en el salón del mismo nombre por la Billos en los años 40. Aprovechaba así el vacío dejado en el ambiente musical por la disolución de la agrupación del dominicano.
La principal gracia de la orquesta Sans Souci, residió, en la reproducción casi exacta de los arreglos originales de Billo, así como la utilización de las mismas voces que habían hecho populares esas melodías casi dos décadas antes. Todo esto grabado con un sonido mucho más fiel que las versiones originales, logrando calar en el gusto del público; llegando incluso a animar un sinfín de bailes con mucho éxito; lo que llevó a Rafa a mantenerse en la agrupación hasta 1962.
RAFA Y LA NUEVA OLA
La década de los años 60 fue una época de cambios y desafíos para las orquestas de baile en Venezuela, teniendo que competir con las bandas de rock y los éxitos de la nueva ola que se adueñaban de los primeros lugares de popularidad. Para entonces Rafa Galindo, ya con cuarenta años de edad y proveniente de una corta pasantía por la orquesta de Chucho Sanoja, ingresó en 1963 a Los Melódicos, una agrupación de igual popularidad que la Billo’s, pero con una visión más cercana a la juventud de entonces.
En esta orquesta Rafa siguió cultivando el género del bolero, incursionando también con bastante soltura en la interpretación de temas de corte más juvenil como el caso de Dominique.
En las filas de la agrupación de Renato Capriles, Rafa volvería a reunirse Manolo Monterrey, lanzando en 1964 el álbum 25 años con Rafa y Manolo, en el que una vez más, ambos intérpretes rescataban lo mejor de su repertorio, esta vez en versiones acompañadas por Los Melódicos.
Después de cinco años con esta orquesta, Rafa regresaría por tercera y última vez y por un lapso de un año a las filas de la Billo’s, cerrando de esta manera en su vida el ciclo de las orquestas de baile.
EL TROVADOR SINFÓNICO
En los años 80, Rafa se unió a sus amigos de la música Víctor Pérez y Manolo Monterrey, con el fin de realizar actuaciones en los llamados Show del Recuerdo, presentados en los centros nocturnos de Caracas. Sin embargo, con la muerte de sus compañeros, el proyecto perdió razón de ser y todo parecía indicar que la hora del retiro había llegado para “El trovador de la radio”. Pero a principios del nuevo siglo, un octogenario Rafa Galindo es contactado por el productor musical Federico Pacanins, quien revitaliza su carrera artística al invitarlo a cantar junto a la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, conectando su legendaria voz con las nuevas generaciones.
Durante casi una década, Rafa se mantuvo actuando con la sinfónica bajo la batuta de Rodolfo Saglimbeni en el proyecto Música para la ciudad, presentándose en diversas salas de teatro de Venezuela, así como en conciertos al aire libre, en los que su aún potente voz se paseaba por los temas clásicos de su repertorio; esta vez vestido de etiqueta.
Rafa realiza su última actuación el 11 de octubre del 2009. Ese día en el Teatro Municipal de Caracas se despide de los escenarios, falleciendo pocos meses después ,el 25 de mayo de 2010, y dejando como legado sus canciones y la chispa de su buen humor.