Flamenco on Fire cumple 10 años
Gufi añora la mirada de Javier Fergó y repasa una década de transformaciones flamencas.
Cuando un festival llega al número diez merece la pena repasar dónde has estado y por qué. Por el camino se nos han quedado varios amigos. Pero hoy necesitamos recordar a Javier Fergó que falleció a los 42 años. Sus fotos van de el compromiso con los seres humanos.
A Javier lo conocí en Pamplona, sus fotos flamencas ofrecen el dolor del ser humano pasado presente o futuro. Hablamos una vez de periodismo hasta que llegamos a la misma conclusión. Casi nada de lo que hacemos sirve para pagar las facturas.
No sé si el festival resume “todo” lo que le ha ocurrido al flamenco en los últimos años. Uno tiene la sensación que resulta imposible abarcarlo TODO. El Flamenco on Fire ha encontrado una manera especial de relacionarse con la ciudad de Pamplona y por el camino nos ha ayudado a entender el flamenco y cómo se relaciona con sus fronteras. Ahí va un resumen de lo vivido y/o narrado.
EL FESTIVAL CUMPLE DIEZ AÑOS
Allí en la calle del Carmen hay un bar que lo llaman “La casa de Sabicas”, un sabio con un copa en la mano me dijo: “Queremos que el flamenco sea una cosa normal en Pamplona”.
(Planeta Jondo, 2014)
Lo mejor de Casa Sabicas es que al otro lado de la calle hay un bar que pincha rock duro, así que cuando el flamenco te supera (por la razón que sea) no tienes más que cruzar la calle y cambiar de emociones básicas. Escuchas un rato a Los Kinks y cuando vuelves al flamenco se entiende todo mucho mejor.
2015, DOS FLAMENCOS EN UN TREN
Dos flamencos se encuentran en el tren destino Pamplona “¿Qué tal es el festival?”, pregunta uno. “Bien, como en Europa”, responde el otro. Esa es la percepción de un festival imaginado por Miguel Morán que revolucionó el panorama cuando inventó el FIB de Benicassim. “La primera vez que vine a Pamplona fue para promocionar el FIB, entregaba flyers en los San Fermines y nadie me hacía caso” explica. Durante años escondió su afición al flamenco mientras crecía su imperio “indie”. “Me aficioné cuando llegué a Madrid y trabajaba de camarero en Casa Patas”. En 2008 juntó sus dos pasiones al programar consecutivamente a Leonard Cohen y el Omega de Morente en el FIB. “Miguel es un hombre muy callado” explica Pepe Habichuela que abrió la segunda edición para recibir un homenaje de un festival que lo hace todo bien.
(Planeta Jondo)
2016, CUATRO PAYOS, TRES GITANOS Y UN NEGRO
En el friso de las tres horas de concierto, el público pedía más de ese jazz de aquí que habla en español, que es caribeño y es flamenco y que taladra los sentidos en una frenética versión del Caravan de Duke Ellington con los cajones de Piraña y Bandolero, las congas y la trompeta de Jerry González, el bajo de Javier Colina, la armónica de Antonio Serrano, el piano de Caramelo, la guitarra de Rycardo Moreno y el saxo tenor de Jorge Pardo. Por orígenes: cuatro madrileños, uno del Bronx, uno de Lebrija, un cubano y uno de Pamplona, Por razas: cuatro payos, tres gitanos y un negro empeñados en derribar las fronteras de la música y las entendederas.
“Cuatro payos, tres gitanos y un negro” (El Mundo)
2017, DE CAMARÓN PA' CÁ
Pedro El Granaino y Duquende pusieron en pié el baluarte de Pamplona con un concierto homenaje a Camarón, que contó con la participación del cante de Guadiana. Abrieron con Lorca en la letra y el espíritu febril de La Leyenda del Tiempo gracias a La Nana del Caballo Grande… por un lado Pedro El Granaino, cierras los ojos y te parece la misma voz de Camarón; aparece por el otro lado Duquende, un tono más grave y oscuro pero la misma fatiga a la hora del romperse en la mitad del verso y abrir las fronteras del duende.
Cantaron por Camarón esas letras que, en cuatro versos, te dejan conmocionado y tiritando de escalofríos. El patio de butacas era un sin-vivir de olés al punto de rasgarse las vestiduras por las seguiriyas que ha cantado Duquende. Se jaleaba y se aplaudía al volumen de las guitarras, al coro de Los Mellis. Lo trascendente y lo que no es tanto, eso por lo que podemos discutir y añorar.
“De Camarón pa acá” (El Mundo)
2018, EL SEXO
Se presentó la V edición del Flamenco On Fire en el Corral de la Morería que este año se dedica a la mujer. Y la consecuente reflexión ha saltado al cartel, a veces resolver el asunto del diseño es casi tan importante como proclamar la igualdad entre hombres y mujeres. Mikel Urmeneta es el autor de la “sencillísima” idea que abre un camino al diseño.
Este es un festival que afronta muchos desafios. ¿Flamenco en Pamplona? Cualquiera que haya visto nacer y crecer un festival puede estar orgulloso de la cantidad de dificultades que hay que solventar para realizar un proyecto así. Lo contó con mucha gracia la presentadora de la presentación, la segoviana Eva H. al describir a su principal hacedor, el director del festival:
-Al principio era “el payo ese”.
-Poco más tarde, “el primo Morán”.
-Y ahora es “el tío Miguel”.
“El sexo del flamenco on fire” (deflamenco.com)
2019, UN PATATÚS CON ROCÍO MOLINA
Lo de la sangre lo llevo fatal y me da un patatús, sudores fríos, cambios estomacales ¿Será ese pincho que he comido? ¿A estas alturas me van a sentar mal las vanguardias? ¿Es un cambio hormonal? ¿Será la menopausia? Pero eso… ¿no era exclusivo de la mujeres cuando se les retira le regla? ¿Eso le pasa a los hombres? ¿Soy un hombre?
Rocío Molina arrastra su pesada carga en escena. No se lo pierdan.
SOY UN MORO JUDIO QUE VIVE ENTRE LOS CRISTIANOS
Llegan Rocío Márquez y Jorge Drexler. Cantan al unísono la canción del moro judio, no creo que mejoren el original. Acaban con el “Pena penita pena” cada quién un ratito, la versión es estupenda, hasta que cantan otra vez los dos a la vez como si fueran Juanito Valderrama y Dolores Abril y a mí me suena a la Radio Telefunken de mi adolescencia. Entiendo la fascinación de Drexler por “lo flamenco”; habla como un adolescente enamorado y engatusa a un público distinto del de la noche anterior. Jorge no necesita ni cantar ni tocar la guitarra (y hace las dos cosas bastante bien). Pero lo suyo es el arte del vendedor de crecepelo. Cuando se queda solo canta la canción de la gala de los Oscar Al Otro Lado Del Río, que no está entre sus 20 mejores canciones. La ha convertido en un himno. Recuerden: pusieron a Banderas a cantarla porque Jorge era un desconocido en Hollywood y cuando recibió la estatuilla en lugar de hablar (que es lo que sabe hacer), va el tío y se canta la canción. ¡Zasca!
Me encuentro con flamencos cabreados por el espectáculo. “Si esto es un festival flamenco…”. Me acuerdo de Mayte Martín y Belén Maya el año anterior; ni un acorde flamenco. Sólo belleza.
(GladysPalmera.com/actualidad)
2020. ENCUENTRO ENTRE ANTONIA JIMÉNEZ Y SERRANITO
Ir a un festival a estas alturas de la pandemia es un ejercicio de heroísmo en defensa de la cultura popular.
Decir que el mundo de la música española ha despreciado a guitarristas, guitarreros y tocaores es quedarse corto. Tenemos toneladas de primeras figuras que apenas se asoman a las salas de conciertos. El caso de Serranito es paradigmático, sigue en activo mientras lloramos la retirada de Manolo Sanlúcar y las ausencias de Paco de Lucía o Sabicas. Embarcando hacia el hotel se produce el encuentro entre Antonia Jiménez y Serranito. Antonia forma parte de la élite de los grandes guitarristas/tocaores con muchas cosas que decir, aunque parece que no tiene prisa por grabar. El encuentro entre dos grandes de la guitarra deja en el aire una palabra: ¡MAESTRO!
(GladysPalmera.com/actualidad)
DESDE EL BALCÓN
Uno de los rasgos del Flamenco on Fire son las mañanas de concierto desde el balcón del chupinazo. El mismo bar en el que me quedé encerrado hace dos años ahora luce abierto y vacío. “Te lo tengo que poner para llevar”, me dice el camarero mientras llena un vaso de plástico. Toca Pepe Habichuela y está Kiki Morente al cante, apenas somos trescientos espectadores sentados de dos en dos, pero el flamenco en la intimidad es aún más eficaz que junto a las masas. Canta Kiki una granaina que en las manos del Habichuela me suena a los Doors (su guitarrista aprendió de Sabicas). Pero lo más impactante es el rigor con el que el pequeño de los Morente sigue los pasos de su padre sin dejarse llevar por su instinto gamberro. Canta a los clásicos como un buen aficionado, que es algo de lo que presumía Enrique Morente.
(GladysPalmera.com/actualidad)
2021, BUIKA, LA LUPE, JANIS JOPLIN. EL GRITO UNIVERSAL
Buika se apodera de la copla y la hace suya. Canta La Salvaora “por lo bajini”, casi susurrando como Caracol, y le mete un meneo de cuidado y se pone del lado de la protagonista. Su interpretación de Ojos Verdes es puro Coltrane. Concha ha escrito la mejor copla del posfranquismo; Jodida Pero Contenta y la canta a mitad de un concierto en el que cambia el guión por el camino porque no le apetece cantar una canción en ese momento. Su banda es la de confianza con Santi Cañada al trombón, Josué Ronkio en el bajo y Ramón Porrina al cajón con la participación especial de Josemi Carmona. Así que resulta demasiado flamenca para el jazz, y viceversa, pero no encontrarán en el mundo una banda con el mismo nivel de improvisación creativa.
Por la tarde estreno del proyecto de Big Lois con Frank Maza en las bases electrónicas y Piraña en las percusiones. Se escuchó la voz de Camarón hablando de la pureza y de aquello que “la gente aún no me entiende, pero yo no le echo cuentas” y un ratito después nos versificó sus influencias flamencas en un rap con un flow imponente. Sabíamos que era un cantaor poderoso, pero con la música urbana tiene la misma naturalidad que con su perfil flamenco y con la música cubana, también, al interpretar Pañuelo de Lunares, una timba con todos los ingredientes originales.
“Buika y Big Lois: la grandeza y la revelación” (deflamenco.com)
2022, TAMARA PASTORA EN LA PSICODELIA ANDALUSÍ
Dirán que estoy fuera del mundo si confieso no haber escuchado jamás a Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. Pues ya no porque ya sí. Este bandón andaluz de rock psicotrópico-progresivo y folki con bajo metalero a medio camino entre Medina Azahara, Pantera, Saratoga, Molotov o Barón Rojo, empetó el Zentral. Qué alegría volver a ver cientos de melenudos cabeceando bajo el faro de la psicodelia andalusí y un poquito de twerk. Vestuario, peinado y energías de rock antiguo con pantallas de led y decibelios de este siglo -¿podríamos replantearnos la intensidad de los volúmenes, por favor?-, le dejaron calentito el escenario a la Tía Juana, que pisaría esas tablas un ratito después.
“Tamara Pastora” (deflamenco.com)
2023, ALZAPÚA
Quizá la mayor contribución del Flamenco on Fire a la historia del flamenco sea literaria. Ya no es posible contar el flamenco desde la inaccesible atalaya de los flamencólogos, aquellos que proclamaban la muerte del flamenco verdadero a la menor oportunidad. Los guardianes de la pureza han tenido que cambiar el relato y con ello modificar sus gustos y sus puntos de vista. En el camino se han encontrado con muy buena música que no siempre se parece al FLAMENCO CLÁSICO. En ese camino han tenido que reconocer que el flamenco nunca ha dejado de moverse y mutar. Hemos tenido que aprender a escuchar de nuevo. Esa es la buena noticia.