Algo pasa con el flamenco
El flamenco es un arte que va capturando a cada espectador de uno en uno, cada cual con sus gustos y sus motivaciones.
El flamenco es noticia y los viejos medios de los que hablaba Mario Pacheco sólo encuentran escándalos y, en el mejor de los casos, aniversarios. Son incapaces de ver la revolución que está ocurriendo por que no hay banderas al viento y porque ocurre lo mismo que te recomiendan los maestros del periodismo como Alfredo Grimaldos: Hay que saber escuchar.
Esa es una de la razones por las que no se habla aquí (en estas sesiones de DJ, playlist, o como lo quieran llamar). Lo urgente, de nuevo, es poder escuchar y poder elegir sin verdades inmutables, sin moldes.
Y cada vez que encontramos un molde en el que nos sentimos cómodos, lo rompemos para buscar uno nuevo. No se trata de ir a la contra. No, no es eso. Se trata de estar a la altura de lo que está sucediendo en varios estilos musicales que nos apasionan. Llevamos dos meses en Madrid celebrando la música y la amistad con Enrique Morente en la suma flamenca y en la memoria. La música de Morente abarca muchos estilos y distintas épocas. Solía decir Enrique que no quería estar preso de sus propios palabras. Quizá por eso rompía el molde, como lo hizo Miles Davis en varias ocasiones. Solo que Miles lo proclamaba a los cuatro vientos y Morente se conformaba con cambiar las cosas y los cantes. Por eso es tan fácil escuchar a Enrique hoy. Así que pasen diez años.
Me dice Santi Camuñas (el creador de los “Lunes Flamencos”) que hay que explicar lo que ocurre en Madrid ¿Por qué hay tantos conciertos flamencos? Le digo que eso que dice me suena a los buenos jefes de cultura cuando había cultura en los periódicos. ¿Por qué va tanta gente al flamenco con la que está cayendo?
La primera respuesta es que a la abundancia de talento que hay en Madrid se corresponde con las visitas de los talentos de fuera. Así que uno nunca llega a captar todo el arte que hay por aquí, entre otras cosas porque si llenas tu cabeza de flamenco y sólo flamenco no te acabas de enterar de lo que pasa ni en el mundo ni en tu cabeza.
El flamenco no es un arte de mayorías a pesar de todos los espejismos. Es un arte que va capturando a cada espectador de uno en uno, cada cual con sus gustos y sus motivaciones.
El flamenco nunca ha sido un gran negocio. Ni para los artistas, ni para los que están detrás de los conciertos. Es un arte inolvidable que se llevan turistas y viajeros cuando visitan España. El flamenco es lo que alimenta nuestro jazz más personal. El flamenco es eso que nos cuentan que se está muriendo (como el teatro, como el jazz) pero que resucita con cada espectador, con cada oyente. Quizá por eso conviene romper el molde, cada vez.
Los poetas han salvado más de una vez la lírica de los flamencos y aquí llega Fraskito con Francisco de Quevedo en una mano y un eco de La Internacional en la otra. La música en directo es indispensable para el flamenco y para el jazz. También lo es "La Alegría de Vivir" grabada en el Hotel AC Recoletos por Juan Laguna. Fraskito y Lin Cortés se encontraron en el Café Berlín y compartieron compás y canciones en una semana inolvidable que siguieron en el Clamores. El violonchelo de Matthieu Saglio nos convoca a la segunda parte de "La Alegría de Vivir", la canción de Ray Heredia que hoy es más necesaria que nunca.
Rycardo Moreno es otro talento indiscutible de nuestra guitarra. Esa que es flamenca y es jazz y aquí se va de boda mostrando de donde viene la inspiración. A ella le han dicho muchas veces "Lo que te Falta" y Soleá Morente ha construido una rumba imbatible. Vuelve Rycardo Moreno por soleá, ambos son discos recientes. Wanes canta en francés y español con autotune y sabor afro. Es lo que hay, es lo de hoy. Vuelve Alba Molina con Lin Cortés, ambos "Dicen" en una espléndida madurez. CMS son Colina (Javier), Miralta (Marc) y Sambeat (Perico), que han grabado en directo para recordar que llevan 15 años en la aventura y volvemos a escuchar "Si te Contara", de Felix Reina, para volar a Cuba sin moverte del salón.