Briela Ojeda en su Templo Komodo
La cantante nariñense Briela Ojeda presenta Templo Komodo, su primer trabajo de estudio. Nace una estrella al pie del volcán Galeras.
¿Cuántas permutaciones u acentos puede tener un arpegio? eso me pregunto cuando escucho a nuevos cancionistas, sobre todo los que trabajan con arpegios, porque están los que trabajan más la técnica del rasgueo, y eso que, los materiales para hacer una canción son esos, no más. Por eso algunos dicen que hacer una buena canción es mágico; es casi como hacer un buen huevo frito.
Ahora, Briela Ojeda tiene toda la depuración técnica tanto en su guitarra como en su voz, y con eso ya, creo, tiene más del 90% ganado en términos de éxito sonoro, tímbrico. Ahora, la otra parte, el contexto en que sale el disco, no podría ser el mejor, sobre todo para la región. Si no me creen, busquen a La Muchacha a ver dónde salió recientemente en prensa colombiana.
Si bajamos un poco más en el continente, nos encontramos con una buena cantidad de cantantes “under” en Perú, Ecuador, algo de folktronica como es el caso del Astro de Mateo Kingman, o el estilizado Nicolas Jaar con su sonido de club neoyorquino. Todos y cada uno de ellos tienen o se alimentan en cantantes del tipo de Ojeda: Camila Moreno, Maria Rita, Las Añez… en fin la lista puede ser gigante y todas tienen los mismo materiales musicales. Discúlpenme ser tan reiterativo sobre esta idea, pero me parece que muchos ahora no logran “copiar” bien a los maestros y luego “decir” algo con eso que copiaron.
En Templo Komodo además encontramos una buena dupla productor/productora, donde la experticia sonora fue muy bien ejecutada, desde qué tipo de captura hacer, con qué micrófonos, para qué, por qué, dónde, y con eso luego que se puede hacer, hasta: ese acordes está flojo…o en Liviana usemos una solo guitarra fender stratocaster porque de pronto la tele no funciona con el trasteo, necesitamos limpieza, etc… Santiago Navas logró otra vez un gol de tres puntos (en el deporte que quieran). Además del Rick Rubin local, el señor Santiago Álvarez Mendez en la producción ejecutiva del sello In-Correcto, fundador y todero.
GaBriela Ojeda Castañeda, nacida en Inglaterra, pero criada en San Juan de Pasto como Javier Apráez, Lucio Feuillet y tantos otros cultores de la canción de raiz nariñense a lomos de una guitarra, sigue entonces, aunque a su manera, la estela de La Muchacha y la onda de las nuevas cantautoras colombianas. En ellas no hay un signo común, pero ni la agitación social ni los cambios de vida generados por la pandemia, han afectado su marcha.
Tampoco hay influencias determinadas. Briela se ha criado con La Lupe y Donna Summer, con Celia Cruz y Amy Winehouse, con Boney-M y Alabama Shakes. Sin embargo es imposible no notar ecos de Lucía Pulido y Marta Gómez en su voz, en su tono y en sus versos. Rock, blues, son cubano, ambient, disco music, todo fluye en su obra, desde que cantara hace un tiempo en Pasto con la banda Los Kamikazes.
Desde que la diera a conocer al gran público el siempre recordado Miguel Camacho en su programa Jazz con Sabor Latino, Briela, “la hija del Pecoso”, se consagró a la canción, aunque esta inicialmente no estaba en sus planes. Pero la vida cambia y como dice ella misma respecto a su canción Liviana: canto al soltar y andar liviano, soltar preocupaciones, anclar el ahora. Y ese ahora es Templo Komodo.
Templo Komodo, que te presentamos en Radio Gladys Palmera, se compone de ocho canciones que exploran el trance, el misticismo, la intimidad, la percepción y la reconstrucción de la realidad hacia la calma mediante la conciencia de la sutilezas aparentemente imperceptibles como de la más evidente tierra húmeda bajo los pies.
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Increíble producción. Bravo!