El grito de La Muchacha sentada
Más dura y directa que nunca la cantautora colombiana La Muchacha lanza un mensaje contundente en su nueva canción La Sentada.
La Muchacha lo dice claro, La Muchacha no se esconde. Isabel Ramírez Ocampo es una de las nuevas voces colombianas más directas a la hora de describir con sus canciones cual es la realidad del hombre pobre colombiano y de lo que le toca sufrir por culpa de una realidad histórica, que no es de ahora, sino que viene desde tiempos pasados sin que nada cambie para bien.
La Muchacha habla de lo trivial y cotidiano de la vida en el campo y, como afirma Sebastián Narváez, de lo doloroso y frustrante que sucede ahí mismo como la sobre-explotación de los ríos o los asesinatos de líderes sociales. Es esa Colombia que sufre por la violencia de los grupos armados y la incapacidad gubernamental para frenarlos. La Muchacha saca a relucir en sus canciones la vileza de un sector de la sociedad corrompida por la vieja hidra del narcotráfico y sus incontables cabezas.
La canción se titula La Sentada y es el primer corte del tercer álbum de estudio de esta activista musical nacida en Manizales y que comenzó defendiendo los ríos de la contaminación, los manglares de la depredación y los paisajes naturales del urbanismo salvaje. En su letra dice: Yo aquí parchada y todo tan mordido, tan desaparecido, tan por debajo e’ la tierra, con un lenguaje popular colombiano, donde parchada significa sentada, mordido es corrupto y desaparecido es lo que es.
La imaginación siempre será nuestra arma cargada de futuro, para imaginar realidades menos terribles.
La Sentada estará disponible en todas las plataformas musicales a partir del 25 de septiembre, tras una realización y producción del sello discográfico In-Correcto, dedicado a los talentos independientes de la región.
Tenemos el privilegio de estrenarlo en exclusiva, acompañado de este vídeo grabado en el teatro Libélula Dorada.
Playlist
Recordamos la reseña de José Fajardo sobre su primer álbum, Canciones Crudas
En las canciones de esta artista de Manizales se puede adivinar un trasfondo contemporáneo (los nuevos aires de esperanza en su país tras el proceso de paz en 2016, las marchas de los estudiantes, las revueltas indígenas, la lucha feminista, la legalización de la marihuana) pero hay en su música una fuerza que atraviesa épocas y fronteras. Como la poesía que perdura para siempre sus letras juegan con conceptos en apariencia sencillos pero cargados de significado.
Su referente más cercano es la folclorista chilena Violeta Parra, no sólo por las melodías de canciones como la conmovedora ‘La cara’ sino también por su lucha por la dignidad y los derechos de la gente del campo (hay ecos en ‘Que me devuelvan la tierra’ del expolio y los desplazamientos forzados), así como por su reivindicación de los recursos naturales frente a la explotación abusiva (‘Los ríos’).
Al mismo tiempo su música suena actual y fortalece las redes invisibles de una escena todavía sin nombre en Colombia a la que también pertenecen Briela Ojeda, Cachicamo, Gato e’Monte, Bella Alvárez y Oso Pardo: propuestas todas ellas que reivindican las tradiciones y la diversidad con un marcado trasfondo social. El Festival de la Tigra, organizado por Edson Velandia (un referente para todos ellos) en la localidad colombiana de Piedecuesta, es uno de los puntos calientes donde este circuito se está cocinando.
Jose Fajardo