Carlos Vives

El viaje de Carlos Vives al territorio de la cumbia comienza en la Ciénaga Grande de Santa Marta, en la delta del Río Magdalena de Colombia. Allí, el músico más conocido por llevar el vallenato al mundo descubrió el origen de la cumbia en las tierras indígenas, el lugar cuyo legado sonoro ha sido el punto de partida para su nuevo disco, Cumbiana.

Vives siguió un camino al lugar de nacimiento de la cumbia que había sido marcado por José Barros, el gran maestro de estilos folclóricos quién, en una entrevista de televisión que resultó indeleble para Vives, había señalado a las raíces andinas de la música. Sus palabras llevaron al rockero del pueblo convertido en estrella de pop latino internacional a descubrir el origen de la cumbia en “un mundo que olvidamos”.

Con Cumbiana, su mapping de la historia de la cumbia abarca su periplo de ida y vuelta, conectando sonidos caribeños, africanos, americanos y europeos en una amalgamación de ritmos tradicionales, melodías pop y beats urbanos. Las canciones destacan las conexiones geográficas y musicales de la cumbia en las conocidas voces de Alejandro Sanz, Rubén Blades y Ziggy Marley, y las de cantante colombiana-canadiense Jessie Reyez y Elkin Robinson, artista de la isla de Providencia.

Los que acompañan a Vives en el disco incluyen a músicos de su banda La Provincia, además de una lista de colaboradores diversos, entre ellos el baterista Steve Jordan, guitarrista Andrés Leal, tecladista Glenn Scott y el ingeniero Manny Marroquín; con Martín Velilla y Carlos Enrique Vives, el hijo de Vives, encargados de programación y arreglos.

Tanto ha sido la fascinación de Vives por la cumbia que está terminando un libro sobre su historia. Cumbiana es el primero de una trilogía de discos que resultarán de su exploración.

Vives siempre ha estado en el punto de mira de Colombia. Sus admiradores lo alaban por lo agradable y reconocible de su estilo y sus detractores lo fustigan por ser un músico producto del entertainment y no de la investigación. Pero en esta charla con Judy Cantor-Navas, habla de su “fascinación” particular por los orígenes de la cumbia, y su propio viaje musical hacia Cumbiana.

EL VERDADERO TERRITORIO DE LA CUMBIA

En el fondo de nuestros vallenatos, de esos porros de esas cumbias, y la mezcla de lo africana con la indígena, descubrí un mundo que olvidamos. Cuando tú buscas la historia de la cumbia, la mayor cantidad de historias van a comenzar diciendo: cuando los esclavos africanos llegaron a las costas de América, a las costas colombianas, al puerto de Cartagena en los barcos portugueses, etc., etc.

Lo que descubrí era que atrás del origen de nuestras cumbias, hay un pueblo que vivía sobre el agua, y de lo cual heredamos en la música unas huellas muy particulares. En lo percusivo y en lo sonoro, en las percusiones de fricción, en los kuisis, o gaitas, nombres que heredamos de los europeos porque sonaron como las gaitas escoceses o asturianos.

Cumbiana es un mundo perdido, es un mundo anfibio maravilloso que vivió en el río grande de la Magdalena, en las ciénagas al lado de la Sierra Nevada de Santa Marta. Los taironas y los chimilas es como se conoce a esa población ya casi desaparecida, y que en las Crónicas de Indias se conoce como El País de los Pocabuyos.

Eso es el verdadero territorio de la cumbia. Y Cumbiana empieza rescatando ese mundo americano que nos hace rico en percusiones, en sonoridades muy espirituales. Muchas de nuestras alegrías residen en estos mundos anfibios que perdimos, que desparecieron en la guerra, en las enfermedades; luego en el complejo y en el menosprecio. Al final están esas huellas todavía sobre el delta del Magdalena, en lugares como la tierra de Mompox, que son territorio de la cumbia.

Cumbiana habla un poquito de ese mundo. Simplemente son canciones que están hechos con patrones de ese mundo Cumbiana. No es un disco antropológico, aunque vas a encontrar piezas que tienen algo de arqueología, pero son canciones con temáticas que me gustan, que tienen que ver con el costumbrismo, con el amor, con el romanticismo. Pero su fondo son patrones anfibios, unos muy indígenas, otros muy africanos, otros indígenas y africanas, otros indígenas, europeas y africanas. Es lo nos ha quedado en nuestro acervo rítmico, esa lluvia de todo lo que somos.

(El músicologo cubano) Fernando Ortiz dijo alguna vez que la cumbia venía de un término para un tambor africano –pensaba que venía de cumbe, que era un tambor muy importante en Cuba–, pero no llegó a nuestras costas. No está en la cultura de la cumbia. Tenemos la influencia de los cubanos, pero es muy posible que la palabra cumbia viene de palabras de origen nativo que tienen que ver con hacer música para los espíritus.

El Rio Grande llevaba barcos desde Barranquilla, que era nuestro New Orleans, y se iban con bandas de jazz, allí trabajaban los cumbieros. Así allí nace el porro, nace la mezcla, la improvisación dentro de la cumbia.

Y lo que pasó con la cumbia fue que llegó esa Era Industrial de la música y en Medellín, en Bogotá empezaron a generarse orquestas que empezaron a proyectar esas piezas folclóricas. Empezaron a tocar esas composiciones de los juglares y de los viejos compositores. Entonces un montón de orquestas emigran –esas orquestas que se fueron y llevaron esas cumbias tradicionales, como Lucho Bermudez, el super director de orquesta que se va a vivir a Argentina y se lleva un poco de todo eso por allá. Y lo mismo La Sonora Dinamita y muchos acordeoneros que se van a México. Todo sale de ese epicentro y toca allá y vuelve.

DE NO AMARRAR EL FOLCLOR EN UNA CAMISA DE FUERZA

Desde que comencé a grabar aquellos sonidos con Clásicos de la Provincia y cantando canciones de viejos compositores, yo tenía muy claro que no iba a hacer folclor. Yo buscaba ser más original en lo que hiciéramos, que era dentro del pop buscando en las raíces nuestras. Empecé con los vallenatos. Y enseguida me mostraron que eran hijos de la cumbia.

Si yo sólo canto con un tamborcito, una quica y una guitarrita o un acordeón, la gente va a decir eso es un vallenato, pero si yo lo saco del contexto folclórico, dicen: ¡Ay!, dejó de hacer vallenato.

Pero aprendí una cosa, que es que antes de los acordeones ya se usaron kuisis. Y antes de usar acordeón ya se usaban guitaras, y después del acordeón nosotros pusimos synths. Y hoy pongo loops, y sonidos industriales como cortocircuitos, no sé, toda la locura que tiene hoy este negocio de la música. Por lo general copiamos lo copiado. Es chévere el ejercicio de buscarse a uno a partir de eso, de todo fenómeno musical que deriva de nuestra diversidad.

El alma y el espíritu que viaja en (mi música) es lo que siempre fue. A veces se amarra el folclor con una camisa de fuerza. Es lo que yo siento. El rock & roll, la música moderna, viene de la música folclórica. Ese Rock de mi Pueblo.

Mis canciones te podrán no sonar folclóricas, pero vas a encontrar en las líneas melódicas sonidos muy cumbieros, muy vallenatos, muy guerreros, de la forma de decir nuestras palabras, de cantar como hablamos.

Y lo más increíble es ese matrimonio de esas culturas anfibias, de ser americanas, africanas. Nos dejan unos patrones increíbles para trabajarlas hoy en las computadoras, en las maquinas, y poner sonidos como industriales al servicio de esos espíritus. Permite agrandar mucho más, sentir esa fuerza. Ese disco tiene eso y me encanta. (Las canciones) no son folclóricas, pero están alimentadas de todo eso.

Yo siempre quería cantar, quería hacer el show. Yo vengo de la televisión, de actuar, las revistas, de vamos a hacer música y del entertainment y vamos a hacer la película y los dibujos animados… Lo que pasa es que buscamos un camino donde podemos ser auténticos.

Por ejemplo, Hechicera (a canción que abre Cumbiana), es una canción que hago con Jessie Reyez y es un cumbión, es pura Ciénaga Grande. Yo estoy conectado con este lugar desde que soy muy pequeño, porque mi papá me llevaba a unos pueblos que eran de pescadores. Mi papá era el medico que atendía a ellos sin cobrarles, eran pescadores. Íbamos un domingo a almorzar a ese lugar, y tocaban tambores y cumbias. Y hoy, poder sentarme y estar en mi estudio y traer ese patrón e inventarme cosas nuevas con eso, y cantar y nombrarlos, y hablar de esos pueblos, es lo que me llena. La gente que tiene ritmo, que tiene fuerza, que tiene mucha vida, tiene energía. Son lugares en que montan buenas historias románticas, o alegres o costumbristas o jodedoras, divertidas.

UNA GRAN TRAGEDIA

Cumbiana es rescatar para nosotros la memoria para nuestra gente, para las nuevas generaciones, con música con sonidos modernos. Rescatar un poquito de esa personalidad que tuvimos que era anfibio, y entender nuestro sistema de aguas, nuestros ríos. No entenderlo ha sido una gran tragedia.

Te estoy hablando de un lugar en el río, una delta, donde el agua dulce vive con el agua del mar. La especie de manglar más alta del mundo está en este delta, donde se encuentran más aves de especies migratorias en el mundo. Y matamos a miles de kilómetros de manglares porque hicimos una carretera a ras del piso. Hicimos una carretera entre Barranquilla y Santa Marta. Desconectamos el agua dulce y el agua salada, y eso produce uno de los crímenes ecológicos más grandes de la historia.

La cancíon Cumbiana (tema titular del disco) habla un poquito de lo que yo desearía. Es como en La Bella y la Bestia, cuando ese monstruo se convierte otra vez en el príncipe. Yo veo ese lugar y digo, esto tiene que volver a florecer. Mis sueños son que esto se ha podido ser mejor. Lugares tan hermosos merecen un mejor destino, gente tan hermosa y generosa se merece un mejor destino.

Entonces la canción es un poco eso, el romanticismo de que tenemos que darnos cariño, tenemos que dar a la gente cariño, nuestro territorio, el agua. El territorio, el mismo territorio que inspira Gabo (Gabriel García Márquez) en sus obras más importantes; este territorio, de donde viene parte de mi familia, –Ciénaga, al pie de la sierra–, refleja mucha pobreza, mucha tristeza. Se refleja la corrupción política, se refleja la violencia, se refleja muchas cosas. Pero la gente es tan hermosa, el lugar es tan divino, que tiene una gran capacidad de resistencia, de superar el dolor muchas veces.

LA CUMBIA ES TODO LO QUE SOMOS

Yo ya voy cumplir 60. Hace 27 años estoy girando con mi banda, tocando, y como actor en el teatro y televisión, 20 más. Y descubro que tenemos mucho por hacer todavía. Realmente no nos imaginábamos las historias de las cosas que han pasado en nuestro continente. Porque hemos estado de espaldas a la sierra, de espaldas al mar, de espaldas a todo.

Yo soy de Santa Marta, un lugar en el Caribe que tiene la montaña más alta, la depresión costera más alta del mundo, la única montaña con picos nevados y, por supuesto, la primera en peligro de desaparecer por el calentamiento global. Pero ha sido la cuna de una de las culturas más espirítales en las culturas americanas. De allí heredamos también muchas cosas.

Cumbiana es para nosotros algo que maldecimos siempre, algo de lo que nos sentimos acomplejados. Nos hemos sentido acomplejados de todo, de ser indios, nos hemos sentido acomplejados de ser españoles, nos hemos sentido acomplejados de ser africanos.

Y el final, la cumbia nos ha enseñado que tenemos que sentirnos orgullosos de ser todo eso. La cumbia es todo lo que somos. Especialmente lo que nos une.

Cada quien tiene una cumbia en la memoria. Para Carlos Vives es en suma toda la obra de José Barros, que en esta playlist se presenta en tres tipos de sonoridad: la tradicional a cargo de Totó La Momposina, la de salsa en manos de Santiago Cerón y la de jazz interpretada por Toño Arnedo, Ramón Benítez y Los Niños del Salado. Pero también está la música de la región del Magdalena, donde la gaita (y sus variaciones luthier) es protagonista.

Playlist

1. Los Gaiteros de Ovejas - Dolores
00:00:16
2. Carlos Vives - Cumbiana
00:05:29
3. Totó La Momposina y sus Tambores - El Pescador
00:09:14
4. Carlos Vives feat Ziggy Marley & Elkin Robinson - El Hilo
00:13:08
5. Sonora Dinamita - Ritmo de Tambó
00:16:48
6. Carlos Vives y Rubén Blades - Canción para Rubén
00:19:28
7. Santiago Cerón - Momposina
00:23:31
8. Carlos Vives - Los Consejos del Difunto
00:27:28
9. Lucho Bermúdez y su Orquesta - Taganga
00:30:50
10. Carlos Vives - Zoila
00:33:39
11. Bozá - El Gaitero
00:37:57
12. Carlos Vives - Altos del Rosario
00:41:48
13. Toño Arnedo & Ramón Benítez - La Piragua
00:45:26
14. Francisco Zumaqué - Macumbia
00:51:48

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