Flamenco Leaks

El álbum Flamenco Leaks sirve para abordar el tema del flamenco y el reggaetón en los Latin Grammy.

Por José Manuel Gómez Gufi

octubre 31, 2019

Di Geraldo, Benavent y Pardo.

Las polémicas en internet son como las tormentas en los vasos de agua. Dependen del tamaño del vaso. Nos avisaban del escándalo desde Qué Onda.

¿Cómo es posible que unos premios que pretenden representar a la música latina no tengan ni una sola categoría dedicada al reggaetón (o reguetón) en 2019? ¿Acaso están sordos los que organizan los Latin Grammy? ¿Por qué se quejan ahora los “reguetoneros”? ¿No han tenido tiempo en estos años? ¿Por qué no hay una categoría de trap?

Uno mira cada año las nominaciones y encuentra a grandes músicos y a grandes artistas. En la de este año aparecen Eddie Palmieri, Rubén Blades, Juan Luis Guerra, Andrés Calamaro o Chucho Valdes junto al batallón de nuevas caras (y viejos bailes). Lo exquisito y lo ultracomercial. ¿Dónde estás Tego Calderón?

El drama para España es que la categoría de flamenco desaparece (junto a la de bachata/merengue) por la escasa inscripción de candidatos. ¿Era eso? No sé cómo anda la cosa de la bachata… pero de flamencos vamos sobrados.

LA IMPORTANCIA DE TENER UN PREMIO

Todos los premios son absurdos hasta que te los dan. Entonces el ego de cada quien hace un salto mortal y convierten el Oscar o el Grammy en la cosa más importante y más grande de tu vida. Y se entiende, te dan el Nobel de la Paz y con el sobre, te acompaña el perdón de tus pecados (y los bombardeos y eso). Te dan un Oscar y la película se convierte en un éxito (o consigues que te la estrenen en una docena de países). Te dan un Latin Grammy y… lo pones en la Wikipedia.

THE GRAMMY LATINO EXPERIENCE

Fui un año a Miami a esa ceremonia. Era 2003, habían fallecido con unos pocos días de diferencia Compay Segundo y Celia Cruz; los recuerdo como a mis abuelos que nunca conocí. Sangre de mi sangre. Son, guaracha y guaguancó.

Ese año hubo bronca porque a los cubanos no les concedieron la visa para entrar en los Estados Unidos y no pude saludar a Ibrahim Ferrer. Había manifestaciones (a favor, en contra) y en la alfombra roja me encontré con Rosario y coincidí con Bisbal y Molotov. Los periodistas vemos la gala por la tele (así que maldita la gracia que te hace pasarte 24 horas metido entre aviones, aeropuertos y fronteras). Lo repito, estás viendo la gala por la tele en una sala con un centenar de colegas que por lo general sólo les interesa lo suyo (lo de su país). Luego empieza el desfile y nadie te avisa de las velocidades supersónicas en las que se mueven los premiados. De pronto aparece Pepe de Lucía y antes de que puedas articular una pregunta, lo sacan de esa sala hacia la de las televisiones.

Eres muy lento, me dice una colega brasileña de generosas curvas que comienza a gritar en cuanto percibe que Marisa Monte, Carlinhos Brown y Arnaldo Antunes están entrando en la sala de al lado con los fotógrafos.

ES UNA VERGUENZA

Lo mejor fue la aparición del actor Edward James Olmos, que nada más llegar soltó su discurso: Es una vergüenza que estos premios se retransmitan en inglés. Confieso que no sé en qué idioma se desarrolla este año la gala de premios el próximo 14 de noviembre. Lo que es seguro es que Rosalía se moverá como pez en el agua.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE... DE LUCíA

Por cierto ¿alguien tiene alguna duda de quién sería el ganador en la categoría de flamenco? Alejandro Sanz está nominado esta edición en ocho categorías y Rosalía en cinco. Imaginen a cuantos flamencos conocen todos esos miembros de la academia que votan. El año que yo fui a la gala, no había escuchado el disco del ganador; en cambio el disco de uno de los candidatos (Serranito) sigue siendo uno de mis favoritos.

En los Grammy gordos (los anglos) además de premiar a cantantes cristianos y otros regionales, había una categoría a la excelencia de la edición discográfica. Recuerdo que un año se lo dieron a las reediciones de rhythm & blues del sello Atlantic. Los Grammy latinos no se atrevieron a imponer esa categoría. ¡Lástima! Pasen por la renovada web de la Colección Gladys Palmera. Verán y escucharán esas portadas increíbles de los años 50. Verán cómo y cuando se hizo Arte y Ensayo Latino. Cuando los músicos latinos se codeaban con las vanguardias… en primera división.

MENOS MAL QUE NOS QUEDA… ROSALÍA

Nos han cambiado los tiempos cantaban Terremoto, Dylan y Morente. Aquí nos hemos pasado un año discutiendo sobre si lo de Rosalía es flamenco o qué, si es bueno, o malo o qué y si es latino o ¿queeé?. Recuerden que lo de Rosalía no está dirigido a un público de jazz, de flamenco, ni siquiera de copla. Lo suyo es pop. Eso que consigue que todas las chicas del barrio enseñen el ombligo de la misma manera (y que los chicos se corten el pelo así y asá).

Recuerden los efectos multiplicadores del tupé de Elvis, los flequillos de los Beatles, los trasquilones de los Sex Pistols o las variadas peluquerías de Cristiano Ronaldo. Todos ellos inspiraron a cientos de miles, millones, de chavales a cortarse el pelo por el mismo lado. Rosalía comenzó a escuchar a Camarón en un aparcamiento y luego se empollaba las conferencias y las charlas de Faustino Núñez. No digo que ese sea el camino, lo que digo es que NECESITAMOS MÁS FAUSTINOS, más clases y menos púlpitos, escuchar más y aprender mejor… Necesitamos a cientos, quizá miles, de “faustinos” que expliquen en cada colegio esas músicas que nos hablan de la vida, del amor y de la muerte.

Faustino Núñez es un musicólogo licenciado en Viena que ejerce la enseñanza (Conservatorio de Córdoba, Taller de Musicos). Fue guitarrista de Antonio Gades y sobre todo es capaz de hacer que la gente se enamore del flamenco cuando explica los “detalles técnicos”.

Estimados académicos (del Latin Grammy): Tenemos flamencos de sobra para excitar a varias generaciones. Y se pueden pasar por Madrid que aquí hay mucho pa escuchar.

NI FLAMENCO NI REGGAETÓN, SOY GITANO

Flamenco Leaks es, probablemente, uno de los discos más brillantes y complejos de la historia del jazz/flamenco, pero nunca recibirá un Grammy ni un premio flamenco, porque aquí no nos ponemos de acuerdo ni para agasajar a los indiscutibles. Hace unos años avisamos de la existencia del trap gitano; desde entonces la escena del trap ha saltado a programas de radio y televisión más o menos masivos, más o menos tendenciosos. Pero se han olvidado de la escena del trap gitano. Desde América nos llega una queja, la escena de la música urbana está muy bien (pero se olvidaron de los negros, de la bachata, del flamenco y del reggaeton).

HE VISTO COSAS QUE NO TE PUEDES CREER

Carles Benavent, Tino Di Geraldo y Jorge Pardo han vuelto con Flamenco Leaks dispuestos a desentrañar los secretos del flamenco, o no. Moncho Chavea y Original Elías siguen reactivando la escena desde el “underground gitano”, probablemente no tienen prisa por convencer al mundo mundial de su talento, mientras Omar Montes o India Martínez lo intentan desde sendas multinacionales. Maruja Limón recuerda los versos de Miguel Hernández con Rosario Dinamitera, mientras que el Daviles se encuentra con aquel tema de Las Chuches. Canelita factura otro temazo y La Mala se pasa al reggaetón (intenta perrear con eso y seguro que te ganas otro Grammy).

Y SI ME DAN UN GRAMMY... LO PONGO EN LA WIKIPEDIA

Recuperamos un viejo tema de Dellafuente (del 2017 ¿recuerdas?), y Barroso y Haze se ponen idílicos con su barrio ¿ironía? ¡Imagina! ¡en su barrio no hay paro! Aún estamos esperando que El Coleta haga una canción eterna. De momento ha recuperado un clásico de los Toreros After Olé de Manuel Malou en su etapa punki. Eso siempre descentra así que desde Barcelona cuatro mujeres nos ponen en el sitio y escuchamos un fragmento de una campaña de Factoría Cultural para recuperar orgullo y respeto en las tres mil viviendas, el Polígono Sur, que acaba fundiendo música africana por bulerías callejeras y unas mujeres gitanas encadenan cantes En el Patio durante la grabación del video clip de India Martínez. Acabamos con el Soy Gitano de Camarón.