Picasso, el arte íbero y Pepe Habichuela
Gufi desentraña a Picasso desde el Centro Botín en Santander.
Picasso Íbero es una de las mejores exposiciones que he visto. No se trata de la calidad de las obras expuestas, no es eso; no es sólo eso. Se trata de las historias que cuentan esas obras y lo que aprendes y disfrutas cuando se presentan de una manera tan educativa e inteligente.
Hasta ahora mi interés por el arte íbero llegaba hasta “La Dama de Elche” y poco más; así que me he pasado muchos años sobrevolando los restos arqueológicos de ese periodo en docenas de museos. Hasta que ahora me cuentan que, en París, Pablo Picasso fue impactado por una exposición de arte íbero en 1906 y fue ahí donde el artista inició el camino hacia el cubismo.
Contemplar esas influencias tan claras en alguien de la talla de Picasso nos recuerda aquello que en la historia del arte “después de Altamira todo es decadencia”.
Por supuesto es una exageración.
La brillantez de la expo que se ha visto en el Centro de Botín de Santander es su puesta en escena en linea con “lo crudo y lo cocido” del antropólogo estructuralista francés Levi Strauss, que contaba ideas sencillas envueltas en densas estructuras cognitivas. Afortunadamente a Picasso se le entiende muy bien y si lo canta Morente, mejor.
En la primera sala aparecen unas docenas de piezas íberas en las que inconscientemente buscas a Picasso y cuando lo encuentras, la evidencia de la relación es tan flagrante que resulta emocionante descubrir detalles e inspiraciones. Ahora cuando veo un toro íbero me recuerda el toro del “Guernika”.
No sé si esta exposición tiene un futuro itinerante, creo que no. Los “picassos” cotizan bien en el mercado expositivo. Sin embargo, ahora mismo en el museo Picasso de París (y en el de Rodin) se presenta una expo en el que se buscan (y encuentran) vinculaciones entre Rodin y Picasso.
PICASSO Y MORENTE
En 2003 se inaugura el Museo Picasso de Málaga y para la ocasión se edita Morente Canto y Cante a Picasso, una grabación que incluía “recetas de cocina por soleares” con textos de Picasso extraidos de La Llave de su Ojo Malagueño y Malagueña de Picasso, con textos procedentes de “poemas y declaraciones”. En su momento no lo entendí, o no me gustó, o estaba en otra cosa. Aquel “disquito” de 18 minutos no se puso a la venta.
Morente se identificó con Picasso a partir de ese momento. Me interesa sobre todo su libertad, contaba. A esas alturas las murallas del flamenco no corrían ningún peligro. Ya habían sdo asaltadas antes. Y sin embargo, vuelve a ocurrir el mismo milagro de La Leyenda del Tiempo (1979) y del Omega (1995). Si entonces ocurrió al adaptar los poemas vanguardistas de Lorca, ahora volvía a ocurrir con textos de Picasso en Pablo de Málaga (2008). Un disco al que no se la ha hecho justicia, en parte por el impacto de su muerte en 2010.
Si repasan la película que se puede ver en Filmin, El Barbero de Picasso (Emilio Barrachina, 2011), verán que la planificación que hizo Morente para la película no tiene sentido cuando sabemos que el cantaor ha fallecido en la culminación de un proceso creativo que nos deja una mezcla de frustración y de pena. Vale, lloramos la ausencia, pero también lloramos porque nadie ha cantado como canta Morente en esos momentos.
Hay estudiosos y amigos de Enrique que dicen que está peor de voz, eso no lo pongo en duda. Lo que afirmo es que está mejor que nunca en el cante, en cómo asume los riesgos estéticos y diluye las formas “clásicas” para reinventarse como “cantaor cubista”. Morente construyó un lenguaje flamenco propio sobre un profundo conocimiento del flamenco clásico, por eso se permitía romper las estructuras de los cantes y las formas académicas sin destrozar el sentido flamenco. Lo que los clásicos no entienden de Morente lo atribuyen a su faceta gamberra.
Así que los que piensan que el Morente gamberro, el rockero, es menos flamenco que todos los demás Morentes se pierden al mejor Morente por que ese, el último Morente es el que los contiene todos, incluido el rockero, el rapero y el cubista.
PEPE HABICHUELA PREMIO MOMENTS
Pepe Habichuela es uno de los artistas en los que se apoyó Morente para sus revoluciones y recibe el 24 de septiembre en Madrid el Premio Moments. El festival malagueño tiene la turgencia y el descaro de la juventud, pero sabe reconocer a las figuras emblemáticas de nuestro país. La semana pasada hemos asistido a los funerales de estado al actor Jean Paul Belmondo y nos da envidia ver como nuestros vecinos franceses saben valorar su cultura (y la nuestra).
No es la primera vez que se junta el arte contemporáneo, un museo y Morente. Así que en la sesión adjunta hemos tratado de seleccionar versiones que aún no hemos escuchado aquí. Es el caso de “Guernirak” que en su versión en directo pusimos en otra playlist de museo.
Es una barbaridad que nunca hubiera sido posible sin la versión grabada dos años antes en el disco Pablo de Málaga. En la sesión adjunta combinamos los trabajos en solitario de Pepe Habichuela con las adaptaciones de Morente sobre los textos de Picasso. Cabían docenas de combinaciones pero he elegido el disco de 1992, Negra Si tú Supieras.
Adiós Málaga la bella,
voy a recorrer el mundo.
No pintaré más las flechas,
ni la hora escrita en el columpio.