José Tejedor

Hoy regresamos a Radio Progreso, en la calle Infanta. Es el 20 de noviembre de 1959 y en el Estudio 1 están terminando de grabar un disco que pronto será el primer lugar en las victrolas. Es un intérprete desconocido. Un hombre negro, ciego, de más de 250 libras, que mide más de seis pies de estatura, y que sacudirá los corazones sensibles que le acompañen a atravesar las tinieblas de la noche.

Se llama José Tejedor Sibate, nacido en el barrio de Santos Suárez el 7 de agosto de 1922, y su nombre refulgirá cada vez que se hable del bolero. Nadie podrá borrar de su mente estos versos que, a pesar de sonar muy serenos, llevan una gran carga de angustia:

Me abandonaste en las tinieblas de la noche
y me dejaste sin ninguna orientación,
y con tus besos sepultaste aquí en mis labios,
el dulce-amargo de la desesperación.

Como había nacido bajo el símbolo de Leo y era invidente, todo lo que nacía en su poderosa imaginación podría lograrse, de modo que aprendió a sortear los fracasos, saltar por encima de las decepciones y continuar perseverando hasta lograr lo que quería. Tal vez por eso sus éxitos iban a conmover profundamente, porque más allá del mensaje de sus canciones había un hombre desesperado que compartía el dolor de un ser humano con unas verdades desgarradoras:

Qué importa saber quién soy, / ni de dónde vengo ni por dónde voy.
Qué importa saber quién soy / /ni de dónde vengo ni por dónde voy.
Lo que yo quiero son tus lindos ojos, / morena, tan llenos de amor.

Este primer disco de quien se va a convertir en un gran bolerista, en una leyenda de nuestra música, va a aparecer en un sello discográfico inventado. Una marca pequeña que patrocina Seeco, creado al efecto por el hijo de Rogelio Martínez, director de la Sonora Matancera. Se llamará Rosy, y Tejedor estará acompañado por Javier Vázquez, quien según el musicólogo Helio Orovio, fue su descubridor.

Pronto se escuchará su voz en todas las esquinas donde haya un bar con victrola, y la gente se preguntará de quién es esa voz que canta, con tanto sentimiento:

Con el fulgor de una estrella, iluminaron tu cara,
por eso tú eres tan bella, tan adorable, como una reina.
Tus ojos son dos luceros, tu boca es una manzana,
y tus cabellos reflejan, el sol brillante, de la mañana.
Te quiero tanto te quiero, y mi guitarra lo sabe,
y llevo dentro del pecho, amor tan grande, que ya no cabe.
Te quiero tanto te quiero, porque conmigo eres buena,
porque también tú me quieres, mi Magdalena, mi Magdalena.

El disco que graba hoy José Tejedor en el estudio 1 de Radio Progreso va a venderse como pan caliente. Es la irrupción de una nueva voz que va a enriquecer el género, y que aportará un estilo único y distinto, sobre todo en el llamado “bolero moruno”. Otras disqueras reaccionaron al éxito, y Discuba grabará un segundo LP titulado Amor en trago: Tejedor y su grupo, igual al anterior. Ya el camino estará trazado. Será en febrero 15 de 1960.

José Tejedor, se sobrepuso a todos los fracasos. Era un alma cándida, un hombre bondadoso que aprendía en su tiniebla. En 1937 se había presentado en el programa radial La Corte Suprema del Arte de la CMQ, y fue ignorado. Pero aquello no lo desesperanzó ni lo hundió. Aguardando otra luz se impuso, y nadie ha podido cantar como él ese tema de Alfredo Gil, integrante del trío Los Panchos:

Noche tras noche, esperando y esperando,
ya estoy cansado muy cansado de esperar
que le devuelvas tú la luz a mis tinieblas
y que mis ojos ya descansen de llorar.
Te espero, mi amor, te espero
porque en las tinieblas vivir no puedo.
Te espero, mi amor, te espero
porque si no vienes, mi amor, me muero.

Senén Suárez, conocido en Cuba como “El zurdo de oro”, escribió sobre la vida de Tejedor lo siguiente: “Uno de los sucesos que más influirían en su desarrollo artístico tuvo lugar, cuando unió su voz a la de Luis Oviedo”. También aclaró una gran duda musical cuando afirmó que “Luis Oviedo siempre cantó con voz de falsete”.

Tejedor se veía poco en la televisión, no así en la radio. En la emisora COCO su voz se escuchaba cada día. Su programa se llamaba “Tejedor en la tarde”, y los oyentes lo recibían con agrado.

Para todo eso faltan unos años. Lo importante de hoy, día de noviembre, es que este hombre negro, grande como un escaparate, que ve la luz de otro modo en sus ojos sin luz, se quedará en el alma de los cubanos.

Nadie sabe todavía que morirá en La Habana el 2 de noviembre de 1991, ni que será citado, versionado y antologado para siempre, y se seguirá oyendo en las calles de toda la isla con aquel canto de libertad que dice:

Tú me desprecias por ser vagabundo, / y mi destino es vivir así,
si vagabundo es el propio mundo / que va girando en un cielo azul.
Qué importa saber quién soy,
ni de dónde vengo ni por dónde voy.

Se llama José Tejedor Sibate, nacido en el barrio de Santos Suárez el 7 de agosto de 1922, y su nombre refulgirá cada vez que se hable del bolero. 

Playlist

1. José Tejedor – Un lirio en el lago (José Dolores Quiñones)
00:00:16
2. José Tejedor – Vagabundo (Alfredo Gil)
00:02:51
3. José Tejedor – Amor en tragos (Pablo Cairo)
00:05:30
4. José Tejedor – Llora corazón (Rafael Hernández)
00:08:24
5. José Tejedor – Fantasma del ayer (Guillermo Sandoval)
00:11:20
6. José Tejedor – Celos locos (Bobby Capó)
00:14:15
7. José Tejedor – Mi Magdalena (Chucho Martínez Gil)
00:16:41
8. José Tejedor – Tú no mereces perdón (Javier Vázquez)
00:18:57
9. José Tejedor – Y en las tinieblas (Alfredo Gil)
00:21:32

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