Hace tiempo, en realidad, que se habla fuera de México, y no solo en Estados Unidos, de los corridos tumbados y su potencial internacional. En 2020, en plena pandemia, ya grabamos en Gladys Palmera esta panorámica para el podcast ¿Qué Onda? sobre una escena que entonces empezaba a despuntar desde el trabajo de sellos como Rancho Humilde y DEL Records y artistas como Natanael Cano, uno de los referentes, pese a su juventud, a quien se atribuye el término de los corridos tumbados para referirse a esa mezcla de la tradición musical de la frontera entre México y Estados Unidos y su fusión desprejuiciada con el hip hop, tanto a nivel sonoro como visual.
Hoy, es indudable, el género está en boca de media galaxia por el tremendo impacto de Peso Pluma, quien con este álbum sacado en el momento más caliente de su efervescente y breve carrera, está destinado a seguir los pasos de estrellas globales del nuevo pop en español como Bad Bunny, J Balvin o Karol G. Su universo particular ha sido tan criticado como aplaudido por radiografiar la realidad de su tierra. Nacido en Zapopan, Jalisco, en 1999, Hassan Emilio Kabande Laija, con familia de ascendencia libanesa, habla en sus letras del lujo y las fiestas con los ‘compas’, de las ‘morras’ que le gustan, y de fondo radiografía una realidad omnipresente en su entorno, la del narco. Su propuesta, honesta y real, logra conectar con los jóvenes. ¿Acaso él es culpable del lugar donde nació?
José Fajardo
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