Tom Waits: From The Heart
Asimila ser un hombre al que el tren de la vida ha arrollado, dejando su cuerpo lleno de costurones por los que brotan puros blues.
De Tom Waits se puede decir que no es lo más adecuado en épocas bajas. O quizás sí. Ahora lo que nadie niega, es que a lo largo de generaciones ha sido el poseedor del malditismo más cool. Un artista con un aura en el límite de la frontera, que sin embargo, ha llegado a viejo sin jamás traspasarla.
Suenan sus canciones en el viejo jukebox y parece que el ambiente se llena de humo y melancolía. Asimila ser un hombre al que el tren de la vida ha arrollado, dejando su cuerpo lleno de costurones por los que brotan puros blues.
Waits representa varios papeles: hermano o padre de todos los hipsters jamás vendido a lo comercial, padre de familia sin aparentar y abstemio libertario. Su música ha pasado por diferentes etapas con cambios de estilo, todos ellos repletos de madurez lírica y estética. Su voz hace temblar. Un piano, una guitarra y saxo hace que suene a otros tiempos siendo pura vanguardia.
Actor de teatro y cine, poeta y amigo, capaz de desgranar las notas de una canción en películas en blanco y negro, provoca con sus palabras todos los registros de una enciclopedia de exaltaciones emocionales.
Su garganta de timbre íntimo y desgarrado, sus declaraciones de ironía y amor, describen siempre una guía de intenciones y declaraciones: de amor, de guerra, de odio, de amistad, de independencia y de ayuda.
Al escucharlo parece que todas las grandes grabaciones se hicieron a partir de las cuatro de la mañana, cuando Tom Waits estaba con la voz lo suficientemente rasposa para dar tono al contenido. Se trataba de cantar lo perdidos y heridos que estábamos. De ahí, que consiga esa gran complicidad. Tom, manifiesta que sus primeras experiencias de estudio la grabación empezaba cuando se cerraban los bares.
Siempre aparenta estar sentado en un bar de carretera, desperezándose; oyendo melodías de vaqueros. Ahora bebe café negro (renunció a la bebida hace muchos años) y escribe en un cuaderno sus pensamientos para canciones. A los 66 años, tiene la mala costumbre de llegar al estudio temprano por la mañana. Con dos premios Grammy y una nominación al Oscar. Dice estar en una fase en la que tiene la constante sensación del abandono inminente.
En una entrevista explica. “Es la historia de siempre. Cuando era joven quería ser de mayor, ahora soy mayor y no estoy seguro de querer serlo.
Su mujer es compositora junto a él de muchas canciones y dice que se conocieron un día y se tuvo que ir al siguiente. “Volví para hacer la música de One from the Heart y me dieron una pequeña oficina con un piano, allí estuve trabajando en canciones mientras Kathleen, que era una analista de guiones estaba en el rodaje. Un día tuvo que bajar y tocar a mi puerta. Lo hizo, yo abrí y eso fue todo. Amor a primera vista. Amor a segunda vista”.
Ya llevan 33 años. ¿No suena como una letra de canción?