Carlos Saura y el flamenco
A la memoria de Saura, el hombre que en los últimos años ha mantenido el vigor fílmico en el flamenco con un éxito sobresaliente.
El cineasta Carlos Saura falleció un día antes de recibir el premio Goya a su trayectoria. Ha sido un ejemplo de actividad en la madurez con varios proyectos entre los que destaca el estreno en cines del documental Las Paredes Hablan en el que se habla desde las Cuevas de Altamira hasta los graffitis de Suso33.
Me gustaría concentrarme en su faceta “flamenca”, ya que ha sido el hombre que en los últimos años ha mantenido el vigor fílmico en el flamenco con un éxito sobresaliente. Hace unos años cualquier incursión flamenca de alguien procedente de Despeñaperros-para-arriba estaba considerado como un temerario.
DEPRISA DEPRISA
Rodó la mejor película del cine quinqui, Deprisa Deprisa (1980) que anticipaba su trayectoria posterior en el musical. Deprisa Deprisa se veía en los cines de barrio con el personal puesto en pié jaleando a los protagonistas y acompañando con palmas las canciones de la Marelu o Los Chunguitos. Además armó una buena banda sonora en torno al Me Quedo Contigo, en la que destaca una rumba deslumbrante compuesta por Los Marismeños y Paco de Lucía (que firmó como el gitano blanco por razones contractuales). Ganó el Oso de Oro en Berlín.
TRILOGíA CON ANTONIO GADES
Metido en la cosa de narrar historias con música comienza su relación con Antonio Gades que en aquel momento estaba revolucionando el baile flamenco narrado con las mismas armas: la música y el baile. Gades era payo y de Alicante, estrenó Bodas de Sangre (1981) en Roma. Carmen en París y Fuenteovejuna en Génova. Tras el intento de Golpe de Estado de 1981, se supo que era el segundo de la lista para ser fusilado, por comunista.
Saura ve un ensayo de Bodas de Sangre y le propone a Gades grabarlo y así se inventa una nueva manera de rodar un musical. La película obtiene un éxito inesperado en el Festival de Cannes. En 1983 hace Carmen y 1986 El Amor Brujo cierra la trilogía.
El mundo del flamenco ha mirado por encima del hombro muchas cosas y a mucha gente. Y va Saura y hace Sevillanas (1992), que parecía una provocación (en aquellos años las sevillanas era la principal ocupación de los señoritos). Escuchar y ver a Las Corraleras de Lebrija fue ver caer la venda de los prejuicios (y situar la zona cero del rap. Bueno, una de ellas); además logró la participación de Lola Flores y Camarón.
La película se muestra con una dignidad asombrosa. Repite con el director de fotografia Vitorio Storaro (Apocalipsis Now) en Flamenco (1995). Otra obra maestra. Remata por bulerías con la Paquera de Jerez que se come literalmente la cámara.
FERNANDA CUMPLE CIEN AÑOS
Esta semana Fernanda de Utrera ha cumplido cien años, no se la pierdan en la playlist. Yo soy fan de su hermana Bernarda que siempre se quitaba del foco cuando Fernanda cantaba por soleá.
Carlos Saura no recibió mucho afecto de las fuerzas vivas del flamenco, demasiado independiente (y muy aragonés). Sin embargo, nadie ha sabido hacerlo mejor y, repito, nadie ha llevado tanto público al cine (en todo el planeta).
EDUARDO GUERRERO EN EL CORRAL DE LA MORERIA
Uno le faltaría al respeto a la memoria de Saura si no incluyera en este texto (y en la playlist) a los artistas que a uno le vuelven loco. Este mes de febrero Eduardo Guerrero está en el Corral de la Morería con “Orígen”, un espectáculo de un bailaor cumbre en el mundo mundial que en las distancias cortas se convierte en una experiencia inolvidable.
LOS FESTIVALES SAGRADOS
Estaba en el Festival de Músicas Sagradas de Fes, tomando un chupito de ron con Javier Colina en los camerinos del monumental escenario de Ba Al Makina, cuando el contrabajista me ofreció un titular de los que te hacen los colegas:
“No sé si este festival será sagrado pero desde luego es divino”.
En festivales así, le cuentas los secretos a los colegas. Le sostienes el trípode al equipo de RTVE, les cuentas donde comer, comprar discos o donde está la cerveza barata (todo un enigma en Marruecos); además si llevas chorizo, lo compartes, que pecar solo parece feo. A los colegas marroquies les cuentas los secretos del flamenco y las claves de lo que van a ver. En mi época de El Mundo, Carlos Galilea (entonces en El País) me hizo de traductor. Si lo cuento en la crónica seguro que no duro 25 años en ese periódico.
EL FIAS es el festival de arte sacro de Madrid y tiene la buena costumbre de programar a artistas contemporáneos que podemos catalogar de inclasificables o “divinos”. Tiene menos que ver con los “meapilas” de lo que parece. Eso sí, abunda la espiritualidad, el trance y la trascendencia. Mi recomendación está en la playlist: Mariola Membrives, Tomás de Perrate, Moisés Sánchez y Ariel Bringuez.