Dame veneno que quiero morir
Omar Montes lanza un disco de música urbana plagado de figuras del flamenco.
El flamenco te ofrece múltiples facilidades para quitarte de encima unos cuantos prejuicios. La música popular es así. Es verdad que existe un flamenco clásico que tiende a ser elitista, por minoritario, y que al mismo tiempo alberga las principales esencias del estilo.
Es el flamenco que amamos los que amamos el flamenco y es el flamenco que buscamos cuando buscamos flamenco. Ahí está casi todo cantado y escuchado. Ha aparecido en las antologías ortodoxas y en las heterodoxas. Es la referencia y el canon.
Es verdad que hay gente que vive bien ahí sin enfrentarse con las tendencias y las fronteras. El mecanismo que permite a la música popular evolucionar y adaptarse. En este punto, cada ser humano opta por sus preferencias, lo que le gusta y lo que les disgusta. Por ejemplo, en los últimos meses he sido más consciente de la presencia del cajón en los últimos 40 años del flamenco. Pues bien, he tenido no menos de cinco discusiones con cinco personas distintas (algunas de ellas venerables) porque me dicen que no les gusta el cajón. Así, generalizando.
Así que contesto generalizando también:
-Y entonces… ¿Qué hacemos con los últimos 43 años de la historia del flamenco?
QUEJíOS DE UN MALEANTE
Omar Montes lanza el disco Quejíos de un Maleante con un puñado de figuras del flamenco: Farruquito, Israel Fernández, Duquende, Estrella Morente, La Tana, Jairo de Remache, Juan Antonio Salazar y El Capullo de Jerez entre otros.
Aquí nos enfrentamos a dos paradojas. La primera llega desde el punto de vista del flamenco ¿Quién es Omar Montes?. La segunda paradoja llega desde la aritmética: Omar fue durante el año 2020 el cantante más escuchado de España. Así que la masa “escuchante” se puede preguntar quiénes son “esos” flamencos.
Omar es ese tío al que entrevistan antes de actuar en el Festival Marbella Starlite y le preguntan que si ese es su sueño y va dice que sí que ahora tiene pa’ comer y que le ha quitado a su madre de fregar escaleras.
Omar tiene un don para contar sus cosas así que si necesitan a alguien para hacer una campaña contra el bullying en la escuela es capaz de explicarle a los chavales cómo hay que pedir ayuda sin ser un chivato y como defenderse sin ser rambo.
Omar es un experto en trolear a los profesionales del troleo, especialmente los conductores de esos espacios de entrevistas en los que el entrevistador encadena sus chistes y gracietas a pesar de lo que tenga que decir el protagonista.
Yo me equivoqué cuando conocí a Omar, me desconcertaba su doble vida como concursante en los realitys shows de la tele y su papel como cantante. Me dijo que no le preguntara de eso. Entonces no le vi el carisma y estaba (y sigo) deslumbrado por el talento de sus colegas Moncho Chavea y Original Elías. En aquel momento (primavera de 2018) metías sus nombres en Google y las únicas referencias que aparecían era en el youtube. Pensé Mil Cosas, que era una pandilla que había conseguido esquivar al señor Google con el antilogaritmo perfecto. Era cierto, habían logrado sobrevivir creyendo exclusivamente en el Youtube y en la comunidad gitana.
Omar Montes de niño era el gitano moro con las orejas grandes que se convierte en el juguete de los abusadores en el colegio. La cosa cambió cuando le echaron una mano, comenzó a entrenar y se hizo profesional, ahora le podían partir la cara, pero era por un precio y con las reglas del Marqués de Queensberry (el tipo que dictó las reglas del boxeo moderno).
Aún le faltaba la prueba más gorda de todas y era entrar en los reality shows de la televisión y salir vivo. Ahí los amigos le dijeron que eso era una bañera de pirañas, que nada de lo que ha vivido se le parece, incluidas las peleas ilegales sin normas y sin guantes.
Y TÚ ¿DE QUIÉN ERES? ¿DE FARRUKO? O ¿DE FARRUQUITO?
Total que Omar Montes se ha atrevido a mezclar flamenco y música urbana. Vale, eso no funciona así. Las músicas no se mezclan, los que se mezclan son los músicos como Farruko, uno de los clásicos del reggaetón que por muy poco no coincide en el disco con Farruquito, realidad y leyenda del baile flamenco.
FLAMENCO CON EÑE Y CON OFF
Ya saben que el flamenco en España vive como nuestra cultura entre la exportación (y la deportación). Parece un chiste pero aquí siempre han sobrado los inquisidores. Así que aplaudimos la iniciativa de la Fundación SGAE de ayudar a los flamencos a viajar al extranjero con el programa Flamenco Eñe, que este año abre una sección paralela en la que caben proyectos “alternativos”.
He tenido el orgullo (y la satisfacción) de participar en el comité de selección así que hago mía la selección colegiada que se presentará en la sala Berlanga de Madrid del 1 al 3 de diciembre con Anabel Valencia, Niño Josele, Joni Giménez, José Anillo, Juan Pérez Trío y Dolores La Agujeta.
En la sala Morocco de Madrid se desarrolla durante los mismos días el escenario off en el que participan: Cristian de Moret, Yeli Yeli, LaboratoriA, David Lagos, Isabel Do Diego, Perrate/Arbol.
Ya saben que la puñetera eñe nunca aparece en el internet. Los teclados anglosajones (y los otros) son sagrados. El español para el resto del universo es el espanol. Yo aún no he encontrado la puñetera eñe en el móvil y no cuento los años, ahora lo hago por décadas.
VUELVE LA GIPSY POWER BAND
La aparición del recopilatorio Gipsy Power sigue dando buenas noticias, como el artículo del escritor Montero González en el Diario.es: Gipsy Power, el disco definitivo de la rumba urbana y finaliza su crónica diseccionando la época: Muchos nombres de los que aparecen en este recopilatorio conocieron la gloria, la montaña rusa que sube y baja alrededor de las luces de feria del showbiz ibérico, cutre y grosero como corresponde a un sistema que fabrica estrellas de purpurina para luego pisotearlas, convirtiendo al artista en un ser de paso, en un perdedor sufriente capaz de echar raíces en lo más profundo del fango.
El día 1 de diciembre. Proyección de Colegas en el Cine Paz de Madrid con presentación especial y coloquio y desde la doce de la noche fiesta “Gipsy power” con DJGufi en el Fotomatón Bar (Plaza Conde de Toreno 2).
El día 9 de diciembre vuelve la Gipsy Power Band al Berlín Café.