Moto Kiatu: La electrónica viene de África
El colectivo de DJs tiene como misión impulsar la electrónica africana en la escena madrileña.
Su nombre ya es una declaración de intenciones: en suajili significa “zapatilla caliente”. Y es que, si vas a alguna de sus fiestas, verás que se quema suela a ritmo de kwaito, kuduro, afrohouse o dancehall. Moto Kiatu es un colectivo y espacio pionero en música, cultura y baile que surge del movimiento tropical y la electrónica más alternativa, difundiendo sonidos africanos y producciones electrónicas poco conocidas en Madrid.
Moto Kiatu son cuatro DJs que se consideran trabajadores culturales, “es posible entretener y educar al público simultáneamente“, dicen adoptando como suyo el “Ngoma manifiesto” del DJ chino-alemán Zhao. Además, musicalmente se complementan a la perfección. Malaria tiene claras influencias de la música de club inglesa y en sus sesiones suenan ritmos duros y más electrónicos como el afrohouse. Sinsistema es quien no olvida esas raíces más Latin con las que no podemos parar de bailar. Savannah viene de ritmos como el kuduro y aporta siempre el punto de sorpresa e innovación. Veinn, además de una gran DJ, es el nexo con Wiriko y aporta contenido y un marco teórico a esta aventura que comenzó en febrero de 2017.
Bajo el lema “electronic Music began in Africa”, Moto Kiatu ya ha acercado a la capital las propuestas de jovencísimos productores como Dotorado Pro o Jowaa y bandas como Batuk. Sus fiestas son impredecibles, puro baile y energía. Como dicen Savannah y Malaria: “nosotros no pinchamos afrobeat, nosotros pinchamos electrónica. Hay muy buen bass y sobre todo cosas nuevas, hemos creado una fiesta con los sonidos que a nosotros nos gustaría escuchar. Si vienes es para descubrir música que no conoces”.
El viernes 25 de mayo, con motivo del Día de África, Moto Kiatu trae por primera vez a Madrid a Gato Preto, un dúo lisboeta-ghanés con una propuesta electrónica afrofuturista y estética steampunk que no deja indiferente a nadie. En su último álbum Tempo, encontramos la esencia del funk favela de Río de Janeiro, el Hybrid Tech de Angola y ritmos del township sudafricano.
Gato Preto nace en Alemania, pero su productor, Lee Bass, es originario de Ghana y Gata Misteriosa, la voz, tiene raíces mozambiqueñas. Su recorrido musical es también un viaje en busca de sus raíces y un grito que muestra al mundo la diversidad africana. Hay que desprenderse de la idea de que lo africano es solamente lo tradicional y lo estereotipado. “Los verdaderos africanos escuchan punk, quieren ver ciencia ficción, estudian, son doctores. Podemos convertirnos en lo que queramos,” dice Gata Misteriosa.
En definitiva, Moto Kiatu no espera a que lleguen nuevos sonidos, va a buscarlos y nos los ofrece en sus sesiones. Como DJs han participado en festivales como el Nyege Nyege (en Jinja, Uganda) donde converge lo mejor del panorama electrónico del país y alrededores como Kenia, Ruanda, y Tanzania. Como promotores se la juegan y buscan el equilibrio entre la calidad y lo “digestible” de sus propuestas. No es una tarea fácil en un Madrid lleno de estímulos que a veces malentiende o mercantiliza lo multicultural, se repite hasta la saciedad y machaca patrones sin aportar nada nuevo “entre el organic y el housete nos van a dejar sin fiestas”, bromea Sinsistema.
Como señala Chimamanda Ngozi Adichie en “El peligro de la historia única”, existen muchos discursos y necesitamos conocerlos todos para poder conformar una visión que se acerque a la realidad. Gato Preto es un ejemplo más de lo que se está cociendo en esta escena africana que es también global. Veinn resume: “estamos abriendo una escena, con todo lo que eso conlleva”.
Y es que Madrid no tiene una escena tan definida, ni tan potente como Londres, Ámsterdam, Lisboa o algunas ciudades francesas. Claro que hay propuestas interesantes, como el afrotrap de Afrojuice 195, enmarcado en la música urbana de los barrios de la periferia o las cuidadas producciones de Lex Nevl que reinventan las raíces, lo viejo, a través de la electrónica. Ya encontramos, por ejemplo, fiestas africanas folklóricas o de ritmos house, pero los sonidos que más interesan a este colectivo, que vienen de países como Angola o Sudáfrica no abundan, quizá por la escasa inmigración de estos países en la ciudad. Destacan también la labor de difusión que están llevando a cabo los grupos de baile, que contribuyen al intercambio cultural y la expansión de los ritmos afro y que miran al futuro con ganas de que este movimiento siga creciendo.
Moto Kiatu lo tiene claro, es cuestión de tiempo que la escena crezca. Su próximo paso, de hecho, es más allá de la pista de baile y crear un sello discográfico de novedades que en España (de momento) son desconocidas. Espéralo en el otoño.
Y ahora querrás saber a qué suena Moto Kiatu. Pues oscuro, desde luego. Aquí una pequeña muestra de los ritmos con los que puedes sudar en sus sesiones. Desde el precursor sudafricano Dj Mujava hasta el joven angoleño Dotorado Pro. Coupé-decalé remezclado por Uproot Andy, el afrofuturismo de Gato Preto o aires un poco más comerciales de la mano de WizKid. Kuduro, afrohouse y electrónica que viene, inevitablemente, de África.
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