Kutxi Romero (Fernando Lezaún)

Si la tierra supiera hablar... cantaría por fandangos como El Cabrero

Kutxi Romero nacido en Berriozar, un pueblo de Navarra, había mamado el flamenco desde la cuna, se subió al andamio y no se bajó de ahí hasta que su grupo Marea no se asentó en lo más alto de la escena del rock. Aún quedan seres humanos que piensan que es raro hablar de flamenco con una estrella de rock. Lole Montoya le contó a un colega que uno de las mejores momentos que recuerda de los años 70 era cantar después de los Leño. ¿Se lo imaginan? Después del “Maneras de vivir” la peña se sentaba a escuchar a Lole y Manuel.
En los años 80 los “modernos” marginaron al rock duro y desecharon la rumba. La nueva ola parecía el remedio a todos los males, lo demás era innecesario. Pero el rock y el flamenco siguieron su curso.

Una noche hubo una celebración en Casa Sabicas durante el primer Flamenco On Fire de Pamplona y salí a la calle del Carmen a respirar; a diez pasos hay un bar heavy, me pedí un botellín mientras sonaba el You Really Got Me de los Kinks. Al rato volví al flamenco, ya con otra cara.

Me encuentro con Kutxi Romero en los conciertos de Rosendo Mercado y de Lole Montoya en Pamplona. Kutxi le había dedicado a Lole y Manuel una de sus canciones más emocionantes:

Aún no se ha hecho ni de día
Y Manuela ya baldea su patio con alegría
Y tararea al barrer una de Lole y Manuel
Pero suena tan quebrá, suena a ruina y a coñá
Suena a ganas de llorar…

(Manuela Canta Saetas. Marea, Besos de Perro, 2002)

Gufi: Contabas que Robe Iniesta (Extremoduro) fue el que cambió el ambiente literario en el rock.
Kutxi Romero: Totalmente.

G: Recuerdo la versión que hizo del Me Estoy Quitando (del inoxidable Tabletom). La versión de Robe era más concisa, más flamenca.
K: Robe siempre tuvo una sensibilidad especial. Me acuerdo de mi colega malagueño que venía a Pamplona a buscarse la vida por San Fermín y traía una cinta con Tabletom y yo flipaba. Y cuando la hizo Robe dije: ¡Ahi-vá! Al día de hoy muchísima gente cree que es de Extremoduro. Robe fue el que dignificó el rock. El que le dio peso a la palabra fue Roberto Iniesta. Fue decisivo en el rock urbano (por llamarlo de alguna manera) que vino después, yo incluido.

G: Por otro lado Robe es como El Cabrero. Va a su bola
K: Como dice Unamuno, el que defiende el yo, defiende todos los “yoes”, es el nosotros…José El Cabrero defiende el yo y el nosotros. El Cabrero es la voz que tendría la tierra. Si la tierra supiera hablar cantaría por fandangos como El Cabrero.

G: ¿Cuándo sientes que perteneces a esos dos mundos el rock y el flamenco que parecen tan separados?
K: Para empezar, para el flamenco tienes que tener unas dotes, unas facultades sensitivas, interpretativas o vocales… y en el rock and roll no hace falta ninguna. (risas).

G: Vale, ya sabemos por qué estás de gira en grandes recintos y no en la gira de los tablaos.
K: Nunca voy a ser… te iba a decir Camarón… pero no hay un cantaor que tenga menos facultades que yo. Por eso los grandes, grandes, del rock and roll tienen mucho de alguna de esas tres facultades (voz, sensibilidad y capacidad interpretativa). En el flamenco estamos hablando de harina de otro costal, de dolor y cultura milenaria. El rock and roll es un niño que nació antes de ayer.

G: Las letras nuevas en el flamenco tienen un problema y es que se enfrentan con las letras del abuelo, o del bisabuelo ese que se llama Popular. Así que no sabemos quién las escribió y que son… tan buenas. Por otro lado está Lorca, como tú dices en un verso “Me fui a desenterrar a Federico”. Le hiciste otro homenaje a Lorca en tu disco en solitario (No Soy de Nadie, 2016). “Vengo huyendo de los que enterraron el Romance del Amargo” (Vengo del Mercado).
K: Así es, lo has dicho tú.

G: Es que creo que no hay nada más bestia que El Romance del Amargo, “Ya puedes cortar si gustas/ las adelfas de tu patio. Pinta una cruz en la puerta/ y pon tu nombre debajo”.
K: Lorca siempre es contemporáneo. En todos mis discos cito a Lorca. En este (El Azogue, Marea 2019) hay dos referencias: la que has citado que es explícita y otra que hago referencia al prendimiento de Antoñito El Camborio. Hay un momento en el poema en el que “los cinco tricornios” le preguntan que quién es (“si te llamaras Camborio hubieras hecho una fuente de sangre con cinco chorros”). Yo en mi canción digo: “ofrezco siete mil chorros de sangre llenados de la fuente del Camborio. Los lorquianos lo pueden llegar a entender. ¡Mira Kutxi! ¡Qué cabrón!

G: Y después de haber hecho unas 237 colaboraciones (seguro que exagero) con otros grupos de rock ¿no te ha llamado ni un solo flamenco para pedirte unas letras?
K: Nunca tío, yo estoy loco por hacerlo porque los flamencos en general componen muy poquito.

G: Mientras componga el tío Federico…
K: Lo que hemos hablado antes. Me encantaría escribir un disco de flamenco. Sería un sueño para mí. ¿pero dónde encontramos a un cantaor de menos de 50 años que tenga… las cositas que decíamos antes.

G: Haberlos… “haylos”, esto ha cambiado mucho. Mira desde el otro lado. Si yo le cuento a un flamenco así en seco cómo eres tú, cómo escribes, cómo te vistes y cómo lo expresas. Me dirán: tú estás loco, es imposible que un tío como tú, con Lorca en la cabeza, cante rock and roll como dios manda.
K: Rosendo me llama “Patriarca”. ¡A mí!

G: ¡Qué cabrón! Eso lo hace para que no se lo llames tú.
K: ¿Sabes lo que pasa? El flamenco que me gusta a mí… es el de un viejo de ochenta años, eso es muy difícil de encontrar. Es lo que decían de Camarón cuando salió en la venta Vargas, “hay un niño que canta como un viejo”. Eso en el rock and roll es un insulto. En el flamenco es el mejor halago que le puedes hacer a alguien.

G: Pero lo pasas al blues y vuelves a estar en el sitio.
K: Estamos en lo mismo, flamenco en inglés se dice blues.

G: ¿Por qué no funcionó lo que hiciste con Ja Ta Já?
K: Era una propuesta muy compleja. Te voy a decir una barbaridad y la gente va a decir “este tío es gilipollas”. Lo de Omega es una obra maestra y no lo voy a comparar pero me queda esa esperanza. Si a Morente no le entendieron… Enrique nunca dejó de ser flamenco, era el más antiguo y el más moderno. El disco con Ja Ta Já era una propuesta que no iba a entender casi nadie, es el disco menos vendido de mi carrera y muy muy lejos de todos los que he hecho, está descatalogado. Es decir: mira tío, te vas a hacer las pajas en el water”. Pero bueno, trabajé como una bestia en ese disco, yo creo que lo hice con respeto, yo no canté flamenco, yo era un cantante de rock con unos flamencos tocando. Creo que traté con respeto las dos partes, no hice ninguna abominación y si alguien se siente ofendido pues lo siento.

G: Te has pasado casi toda la crisis sin disco de Marea, que no sacáis disco desde 2011. En Mi Hambre Mando Yo. Has editado una novela y varios libros de poemas.
K: Y mi disco en solitario (2016) y todas las colaboraciones que he podido hacer por el medio. En directo todos los fines de semana ciento y pico bolos con el acústico y cuando no tenía bolo me iba con Motxila 21 (un grupo de rock formado por chicos y chicas con síndrome de down) o con “Perico el de los Palotes”. En el acústico vuelve a salir Lorca y Miguel Hernández. Esta mañana me he acordado de tí y como sabía que iba a ser la entrevista sobre flamenco. Me he levantado y me he puesto al Agujetas pa’ que me ponga los pelos de gallina. La música de la fragua y del dolor. ¡Qué maravilla!

G: Yo reconozco que Agujetas me daba miedo.
K: ¿Llegaste a conocerlo en persona?

G: He estado en la misma habitación
K: Yo lo vi en directo con el penúltimo de los cantaores clásicos: Antonio Núñez Chocolate que es uno de los representantes del cante gitano, según mi entender. Los pude ver a los dos en Baracaldo. Fue como trasladarse a 1901. ¡Flipas! Con ellos se ha ido el cante flamenco que a mí me gusta. El cante flamenco tal y como yo lo entiendo. Eso no quiere decir que no haya gente que no lo haga bien. Yo prefiero mil veces ver a Ramón el Portugués con una cuerda vocal que el 99% de los nuevos chavales. Pero sobre gustos no se discute.

G: Y con flamencos mucho menos. Entiendo lo que dices, pero en lo de El Portugués, la organización del Flamenco on Fire de Pamplona debía haber explicado que Ramón ha perdido la voz y hacerle un homenaje. A mí me pareció un putada anunciarlo sin más.
K: Cuéntame algo de Agujetas. Si una décima parte de lo que me han contado de él sea verdad, flipo. Ese tío existía, era así.

G: No sé quién dijo que Agujetas era un monstruo y lo decía literal, un hombre con la mentalidad del siglo XIX, estupendo como objeto literario, pero… supongo que conoces el documental de Dominique Abel.
K: Claro, en el documental ya flipas y he hablado con mucha gente que ha estado cerca de él, todo lo cerca que se podía estar.

G: Además de los conciertos estuve una noche en la soleá cuando Luz Divina y Julián Sanz le editaron el disco. Reconozco que Agujetas me hacía sentir incómodo. Rafa Notario me contaba que en la sala Revolver saludó diciendo: ¡Viva la delincuencia! Recuerdo uno en el Suristán. Decían que era como el whisky, que el primer trago es muy amargo. A mí me gustaba el whisky, el Agujetas no. Supongo que es algo visceral. En cambio, recuerdo con sumo placer los conciertos de El Torta. Eran tan cortos y sintéticos como los de los Ramones. Uno en el Clamores no duró ni 40 minutos pero nos dejó masticando un silencio durante un buen rato.
K: El Torta era un ser humano, un niño grande. Me enamoró. Lo ví en Madrid en Lavapiés, en el Juglar, que se presentaba todos los viernes. Vas diciendo a ver que día tiene, me tocaron dos días muy buenos. Yo salía estremecido no sólo por su cante que era maravilloso, sino por el conjunto.

G: Recuerdo al Torta que se olvidaba que estaba cantando con micrófono. Cantaba en otra dimensión.
K: Con causa. Una de las pocas cosas en las que Agujetas tenía razón… A ver, lo digo con el corazón, no son justificables las barbaridades que decía sobre sus compañeros de profesión. Y puedo defender al Agujetas como artista; en eso en lo que tenía razón es cuando decía que “si no hay causa justificada, no se tiene que cantar, ni tocar, ni nada”. Agujetas estaba sobrao de causa para cantar. Si no tienes causa para qué vas a cantar. Es la España profunda, negra, donde el gitano es perseguido y prohibido. Es el dolor ancestral. El flamenco que a mí me gusta. Punto.

G: Volviendo al Omega. Antonio Arias (Lagartija Nick) me contó que le decían: “Estás destrozando tu carrera por culpa de un gitano”. ¿Te ha ocurrido algo así?.
K: No, no. A mí no. Al revés; a raíz que hiciera la versión de Como el Viento de Poniente, empezaron a asistir a los conciertos de El Cabrero cientos de rockeros. ¿Qué está pasando aquí?, ¿por qué hay tantos melenudos? Eso nunca le había pasado. Me llamaban y me lo contaban y José que ya tenía una edad decía: “toda la vida viendo las mismas caras…”. Hay muchísima gente que ha descubierto a El Cabrero por nosotros. En todos los discos nombro a algún flamenco. En este aparecen El Torta, Farruco, Morente, Paco de Lucía, Bambino, Jeros, Fernanda.

G: Tu vecino Enrique Villarreal El Drogas va a sacar un disco quíntuple.
K: Enrique es que es un trabajador de la música. No he podido escuchar nada, no sé si ha hecho un disco de boleros y otro de peteneras (risas). Estoy loco por darle un toque y ver qué está haciendo.

G: Me gusta mucho los versos “Me suena en las encias, el destino/como unas seguiriyas con bozal”. ¿Qué consideración tienes entre los poetas? No te veo en sus movidas.
K: Hombreee. A mí no me gusta sentirme un intruso. Yo soy un cantante y letrista de rock and roll, es lo que me considero, es lo que soy, y es a lo que me dedico. Me llaman para conferencias. La palabra poeta hoy en día… la masturbación hay que hacerla en la intimidad. A mi la obra completa de un poeta me parece un coñazo, no hay dios que se la trague, exceptuando a Lorca, que su obra es muy breve. Me gustan cosas de uno y de otro. Intento no moverme en círculos literarios. Cuando he ido a algún acto ha sido por amistad muy intima, es como cuando se muere un colega y entras en la iglesia por respeto a la familia.

G: ¿En esta gira habéis metido una parte acústica?
K: De momento no. Hace un par de giras lo hicimos. Vamos eléctricos.

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