Pablo Milanés (foto: David Estrada para Wikipedia Commons.

No fueron pocas las veces que Pablo Milanés (fallecido el 22 de noviembre de 2022 en Madrid, España) estuvo en Venezuela.

El primer artista de la nueva trova cubana que estuvo en Venezuela fue Silvio Rodríguez y recorrió prácticamente al país enterándose de sus problemas y corroborando lo que Alí Primera cantaba en sus tan incendiarios como poéticos temas de denuncia. Pero si Silvio fue el primero de la nueva trova en llegar a Venezuela, en el caso de Pablo Milanés con Lilia Vera la historia es intensa, plena de sorprendentes matices.

Apenas se conoció del fallecimiento del respetado trovador cubano el pensamiento venezolano voló hacia Lilia Vera, una de las cantoras mayores del país suramericano, quien tuvo una estrecha relación de amistad y música con el nacido en Bayamo el 24 de febrero de 1943.

Habla Lilia

La primera vez que supe de Pablo fue acá, en Venezuela. Había muchas personas en el entorno. Estaba la entonces directora del Ateneo de Caracas, María Teresa Castillo, (esposa del escritor  Miguel Otero Silva), estaba Alí Ko, quien cantaba en esa época, y muchas personas conocidas, entre ellas Orlando Montiel, productor discográfico. Pablo estaba allí y así nos conocimos. Yo conocí a Silvio (Rodríguez) primero que a Pablo, pero recuerdo muy bien que conocí a Pablo en la casa de María Teresa Castillo.

Habría que acotar que María Teresa Castillo siempre propició los encuentros culturales desde la presidencia del Ateneo de Caracas. Lilia Vera recuerda que siempre llegaban los trovadores nacionales e internacionales y se presentaban en el Ateneo de la capital venezolana. 

Estando en Venezuela hubo un encuentro con unos amigos y Pablo fue a ese encuentro. Él había escuchado algo de un proyecto que yo tenía y que estaba realizando: El nuevo canto de Lilia Vera, que era el del pentagrama con un pajarito cantando. Ahí estaba buena parte del material que se grabó posteriormente porque Pablo se empeñó en grabar varias canciones de ese proyecto.

Él se fue para Cuba y se llevó la cinta y no me dijo nada porque no la había escuchado completamente, pero desde Cuba me mandó a decir con Alí Ko y con Orlando Montiel que él quería grabar conmigo. La idea de grabar juntos salió de Pablo y él escogió el material que quería grabar y resulta que era el material de mi proyecto. Yo le repliqué: ¿Cómo vas a hacer esto? ¿Me vas a fusilar el disco, que no lo he sacado todavía, y tú lo vas a grabar? y entonces Pablo me dijo que lo que quería era grabar conmigo, hacer él temas venezolanos y que yo cantara algunos de sus temas. Entonces hizo una lista con cualquier cantidad de canciones que quería que yo le grabara.

Cuando se dio el temario de yo ir a Cuba, él lo organizó con la idea de que fuera por espacio de un mes, en 1980, para grabar el disco, sí, pero que yo hiciera una pequeña gira por el oriente del país, de Cuba, y luego al regresar a La Habana hacer el disco. Así fue. Luego cuando él regresó de su también gira cubana nos reunimos en su casa y me dijo:  Tengo una canción que es para ti: Te quiero porque te quiero.

Lilia Vera manifiesta que se desconcertó. Con semejante declaración de amor cualquier mujer cae en la gloria emocional, pero ella dijo que no fue por ese lado. Yo me desconcerté porque se trataba de un ritmo pop y me estaba enfrentando a algo que yo por mi naturaleza no había ejercido y no sabía cómo lo iba a ejercer. Ahí comenzó el trajín de grabación. Él me preguntaba qué quería grabar y yo le decía lo que quería grabar de sus temas. Así fuimos canjeando.

Recuerdo que Sara (González) y él estaban ensayando un poema de Nicolás Guillén que Pablo había musicalizado. Y entonces le dije: Yo quiero cantar Canción, y él respondió ¿¿¿Qué???. La cosa es que ese era el tema que iba a grabar con Sara. Le hice lo que él me hizo a mí y al final me dijo: Está bien. (Lo que es igual no es trampa) De qué callada manera/ se me adentra usted por dentro…

Al final de la escogencia discográfica Pablo iba a hacer un tema para los 25 años de la Revolución, que fue justamente cuando yo estaba allá. Hizo Canción por la unidad latinoamericana. Él hizo su versión para el aniversario pero luego la grabamos en el disco.

El disco se grabó en Cuba porque Pablo era artista de Egrem y eran Derechos Reservados de Egrem. El sello Integra, de Venezuela, era asociado.

En Venezuela nos presentamos en varias ocasiones y en Cuba nos presentamos en un Festival (en Varadero) pero hubo un detalle: yo había perdido la voz por los cambios de clima. En la habitación no tenía aire acondicionado pero en el lobby la cosa era una nevera. Perdí la voz y Pablo mismo me llevó al médico y el médico le dijo que había pérdida de voz total. Pablo le dijo que yo tenía que cantar a las 5 de la tarde y el doctor le dijo que sólo sería posible si yo no abría más la boca. Yo entré en pánico, pero llegó la hora. En una tarima estaban Chico Buarque y Silvio Rodríguez y en la otra Pablo y yo. Y sí, sí cantamos juntos en Cuba. Mi voz salió perfecta.

No me llegué a plantear hacer otro disco así, aunque me llegué a plantear un disco de temas cantados con otros compañeros como Joan Manuel Serrat, que en varias ocasiones trabajamos juntos, y con Ana Belén, pero con las dificultades que planteaban las casas discográficas, eso no se pudo hacer. Lamentablemente uno no tiene ni el poder adquisitivo ni la proyección para poder hacerlo. Yo quería hacer algo así con Sonia Silvestre, querida cantora dominicana, y con Víctor Víctor, compañero también del discurso que hemos acompañado. Todo se quedó en “Vamos a hacer”. Bien sabes que los artistas venezolanos no hemos sido apoyados para estos emprendimientos. Te digo que las ganas siempre están de hacer con compañeros que están en la distancia, en otros países, así como en Venezuela.

Y es que Lilia Vera está muy activa aunque adolorida por la partida de Pablo Milanés, un gran referente cultural y musical, y su eterno amigo.

El productor: Orlando Montiel

Orlando Montiel merece por mérito propio un capítulo aparte en la historia discográfica de Venezuela, y particularmente en esta historia.

Para la etapa que estamos abordando ya Montiel había dejado su cargo de Gerente del sello CBS y también de la BASF. Acometía la empresa de dar solidez al sello Inter Americana de Grabaciones. Integra, sello que se ocupó de promover la discografía de Cuba en Venezuela, resultando exitoso ese emprendimiento. Ya Montiel había sido productor nada menos que de Guaco, de El Trabuco Venezolano y de el Sonero Clásico del Caribe, además de Francisco Pacheco en su primer disco como Solista bajo la égida (todavía) de Un Solo Pueblo.

Al comunicarnos con él, que está en Madrid, nos dijo: Pablo Milanés fue mi mejor amigo en Cuba. Te puede parecer increíble, pero de toda esa camada de artistas y productores, ninguno me dio acceso a sus hogares. Puedo entender las razones, pero Pablo no. Pablo era abierto como el cielo y siempre me pedía que cuando viajara de Caracas a La Habana (lo hacía con frecuencia) le llevara su botellita. Y la botellita era un litro de ron Cacique, que le gustaba mucho. Claro, cuando yo viajaba para verlo le llevaba no uno sino varios Cacique. Buen ron. Disfrutábamos mucho porque no sé si sabes que Pablo Milanés tenía un excelente sentido del humor y le sacaba lasca a cualquier situación volviéndola jocosa. Además tenía unos arranques de sarcasmo que asombraban por sus formas, digamos, literarias. Era excelente conversador y muy ocurrente.

Con el tema del disco de Lilia Vera y él, de Pablo, ciertamente ellos discutieron bastante pues a Pablo le había gustado mucho un repertorio que Lilia tenía para un nuevo disco, casi que se lo quitó, pero en verdad era un repertorio muy hermoso y representativo de lo tradicional y popular venezolano. Por su parte Lilia escogió los temas de Pablo para esa producción. Al final yo, como productor aprobé la escogencia. No tuve objeciones y comenzamos a considerar los músicos para ese álbum que se grabó en La Habana en los estudios Egrem, sello que le dio licencia inmediata al sello que yo representaba, Integra, para reproducirlo en Venezuela.

Conciertos juntos

Sí. Lilia Vera y Pablo Milanés se pudieron presentar juntos en Cuba, tal y como lo señala Lilia, y también en Venezuela. Memorable fue un concierto en el Teatro Municipal de Caracas donde retumbaron Montilla y la Canción por la unidad latinoamericana. También Lilia y Pablo se presentaron en concierto de calle en Caracas, con una multitud esperándolos y en ciudades del interior de Venezuela donde se dieron encuentros de cantores. Por ejemplo a Mérida, ciudad andina, al sur occidente venezolano llegaron Joan Manuel Serrat, Pablo Milanés, Daniel Viglietti, Mercedes Sosa, Gloria Martín, el original grupo Madera y otros cantores y cantoras, no solo para cantar ante el pueblo de Mérida, una ciudad eminentemente estudiantil universitaria, sino para debatir en torno al canto latinoamericano. Posteriormente en Caracas se conocerían Pablo y Facundo Cabral, y aquello fue una reunión como de dos horas. Quien escribe los presentó.

Venezuela, y se puede entender que América y el mundo sintieron las vibraciones musicales de Pablo Milanés, pero en Caracas fueron muy especiales porque estuvo en la capital venezolana muchas más veces que lo que le exigían sus presentaciones. Quería a Venezuela, y con propiedad podemos decir que quería mucho a Lilia Vera, su voz y su donaire.

Ya Pablo no se encuentra entre nosotros, pero se deja constancia de su afecto por Venezuela, de su relación con ella y de su historia con Lilia Vera, una venezolana a la que admiró y con la que hizo un disco memorable, para la historia.

Lilia Vera y Pablo Milanés

El contenido de este antológico álbum de Lilia y Pablo es el siguiente: El pregón de las flores, de Rafael Salazar; Pueblos tristes, de Otilio Galíndez; La muerte del animal, de Henry Martínez; Mi tripón, de Otilio Galíndez; Montilla, del folclor de Venezuela; Te quiero porque te quiero, Para vivir, El manantial, Canción, El primer amor, de Pablo Milanés; aunque Canción tiene letra del poeta Nicolás Guillén.

Entre los músicos que participaron de esta maravillosa experiencia estuvieron Eduardo Ramos, Frank Bejerano, Willians Montesinos, Mao Fermín y Frank Fernández, con la producción de Orlando Montiel y Alí Ko, y las históricas voces de Lilia Vera y Pablo Milanés.

La canción latinoamericana o trova, según se quiera llamar, enlazó talentos de diferentes países. En este caso de Venezuela y Cuba para hacer un álbum, cuyas canciones pasarían a convertirse en estándares memorizados por generaciones. "El nacimiento de un mundo se aplazó por un momento, un breve lapso del tiempo, del universo un segundo" o "Muchas veces te dije que antes de hacerlo había que pensarlo muy bien, que a esta unión de nosotros le hacia falta carne y deseo también". Imposible no repetirlas y cantarlas siempre.

Playlist

1. Lilia Vera y Pablo Milanés – El pregón de las flores (Rafael Salazar)
00:00:21
2. Lilia Vera y Pablo Milanés – Pueblos tristes (Otilio Galíndez)
00:03:09
3. Lilia Vera y Pablo Milanés – Mi nostalgia (Dámaso García)
00:06:45
4. Lilia Vera y Pablo Milanés – La muerte del animal (Henry Martínez)
00:09:42
5. Lilia Vera y Pablo Milanés – Mi tripón (Otilio Galíndez)
00:12:35
6. Lilia Vera y Pablo Milanés – Montilla (Popular venezolana)
00:16:24
7. Lilia Vera y Pablo Milanés – Te quiero porque te quiero (Pablo Milanés)
00:19:33
8. Lilia Vera y Pablo Milanés – Para vivir (Pablo Milanés)
00:24:28
9. Lilia Vera y Pablo Milanés – El manantial (Pablo Milanés)
00:27:21
10. Lilia Vera y Pablo Milanés – Canción De qué callada manera) (Nicolás Guillén, Pablo Milanés)
00:31:42
11. Lilia Vera y Pablo Milanés – Amor (Pablo Milanés)
00:33:40
12. Lilia Vera y Pablo Milanés – Canción por la unidad latinoamericana (Pablo Milanés)
00:36:13

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