Enrique Jorrín

ID Colección: 1544
Formato: Fotografía
País origen: Cuba
Año: 1956
Featuring:
Enrique Jorrín - Violín, Director(a) de orquesta
Descripción:

O se llevó su imagen publicitaria, esa de estudio fotográfico desde La Habana, o se hizo la fotografía en México, porque para 1956 Enrique Jorrín estaba en la capital mexicana y allí se mantuvo hasta finales de 1958. No logramos identificar a José María Zambrano, por más que hemos indagado en México y en Cuba, a nivel de fotografía.

Está muy sonriente, pero es que Jorrín siempre sonrió. Era muy afable el hijo del  sastre de Candelaria de Pinar del Río  donde nació Enrique el 25 de diciembre de 1926. Dos hermanas y dos hermanos y el padre que además de sastre era clarinetista. Primer aviso, porque comenzó a inculcar a su hijos el amor por la música. Con Enrique primero fue el piano, pero a los 15 años, en 1941 el muchacho dio tremendas notas sobresalientes y notables con el violín en el Conservatorio de la ciudad. También estudiaba técnica musical porque le gustaba componer. Detallen por dónde venía el posterior creador del Cha chá chá. Para el año de 1948 pasaría por las orquestas Peñalver y  La Ideal , una Charanga que le permitió foguearse mejor para militar en las filas del Danzón, su ritmo preferido. Casi inmediatamente pasó a la legendaria Arcaño y sus Maravillas para aterrizar en la orquesta América de Ninon Mondéjar, y entonces sí delinear su futuro. Fue con esa agrupación tan llamada a los salones de baile donde Jorrín comenzó a detallar a los bailadores, que esperaban el montuno del danzón para bailar libremente. Chas chas chas. A Prado y Neptuno/ iba una chiquita…

No había cantante solista. Todos los músicos cantaban y eso evitaba protagonismos que terminaban en fracturas orquestales.

Cuando La Engañadora de Jorrín saltó al ruedo obteniendo el triunfo que hasta hoy dura comenzó la rivalidad entre Mondéjar y Jorrín, pues Mondéjar decía que el chachachá era de la Orquesta América. Todos sabían que era de Jorrín, quien se fue de la orquesta y salió rumbo a México, desde 1955 hasta finales de 1958.

Jorrín cuenta que no tenía nombre para ese ritmo creado. Para él era una rumba danzón, pero el incesante baile con el ruido de los zapatos,  y el güirero, que se fajaba con el compás de los bailadores, acentuaba el asunto. Sonaba chas repetidamente, chas, chas, chas... Se quedó Chachachá y la gente lo bailaba y lo cantaba por aquello de no ser tan complicado. De hecho el ritmo permanece hasta en la salsa, y se coló en manifestaciones modernas de la música cubana como el Songo de Juan Formell.

Enrique Jorrín hizo carrera en México y le fue muy bien. Retornaría a su país al triunfo de la Revolución, en 1959.

Jorrín falleció joven, cuando estaba por cumplir 60 años, el 12 de diciembre de 1986. Había nacido el 25 de diciembre de 1926.