Así suena la ‘Nueva Galicia’, sintiendo el latido de lo propio
El folclore de antes de ayer se reimagina desde la perspectiva de pasado mañana.
No han necesitado convocar referéndums, ni trazar nuevas líneas divisorias a nivel territorial para trazar un puente historiográfico, sociocultural, nostálgico y con un fuerte discurso político entre líneas en algunas de las propuestas más vanguardistas surgidas en Galicia en los últimos años.
Se puede tener una mirada profundamente galleguista y reivindicativa y, a su vez, profundamente universalista, sin límites ni fronteras, sin puentes ni bloqueos, imponiendo un diálogo interior que mira hacia todos lados sin dejar de ponerse la mano en el corazón y sentir el latido de lo propio.
Escucha aquí nuestra playlist ‘Nueva Galicia’:
Esa ‘Nueva Galicia’ late al ritmo de una muiñeira, de una mirada al folclore gallego sobre el que se ha sabido repensar su propia idiosincrasia cultural sin tener que emular a los iconos del pop anglosajón o del sonido occidental manteniendo su xeito. Y es que el folclore de antes de ayer se reimagina desde la perspectiva de pasado mañana con un serial de artistas que hacen las veces de médiums, de ejes conectores entre la Galicia que fue y la que, no sabemos si será, pero como mínimo debería ser.
Sin depender de los tics de los renovadores del rock gallego de los años ’80 (aquella Movida donde empezó todo, incluso antes de la madrileña) ni tampoco recurrir a la ola de Galician Bizarre donde varios de los mejores grupos de rock alternativo estatal de los últimos quince o veinte años nacieron en aquellas tierras (desde Triángulo de Amor Bizarro a Novedades Carminha, Ataque Escampe, The Homens o Galegoz, entre otros); esta Nueva Galicia de la que os hablamos consigue coger el relevo de otros renovadores del sonido folclórico gallego, con nombres como los de Carlos Núñez, Luar Na Lubre, Uxía, Berrogüetto, Milladoiro o Treixadura en el horizonte, pero desde una resignificación de los códigos folclóricos, pasando los ritmos populares por el filtro del Siglo XXI.
Mercedes Peón
Mercedes Peón es la gran dama de esa Nueva Galicia imaginada. Imaginada, en parte, por ella: lleva desde que era menor de edad recorriendo aldeas, llevando la música folclórica por todos sitios. Así lo hizo cuando formaba parte del grupo folclórica Xacarandaina, o cuando acercó la sonoridad folk a iconos de diferentes estilos como Mano Negra, Alasdair Fraser, Kepa Junquera o Budiño.
Pero desde que publicase su debut en solitario en el año 2000, Mercedes Peón dio por inaugurado literalmente un nuevo siglo para el sonido gallego: se erigió como “la Björk gallega” o “la Holly Herndon gallega”, construyendo canciones neofolcloristas a partir de estructuras y herramientas propias de la música digital. En abril publicó Deixaas (Altafonte, 2018), su primer álbum en ocho años. Su nombre debería tener mayor peso incluso del que tiene en medios alternativos. ¿Por qué una mujer como ella no está encabezando festivales como el Sónar?
BAIUCA
Nunca nadie obró con tanto tino a la hora de mezclar samples y grabaciones originales de música folclórica con una base de música electrónica de vanguardia. Nunca estuvieron tan cerca las cantareiras de formar parte del nuevo sonido de la música de club. Nunca la idea de folktrónica tan bien reproducida en América Latina (en proyectos como Nicola Cruz, El Búho o Chancha Vía Circuito) había conseguido imprimir tanto sentimiento y tanta noción como en el flamante debut de Baiuca, Solpor (Raso Estudio, 2018) [Nota del editor: el autor es socio del sello Raso Estudio y mánager del artista].
Alejandro Guillán, antes conocido por el nombre artístico de Alex Casanova, empezó a labrar bajo el proyecto de Baiuca en 2017. La distancia que ha generado en el productor vivir fuera de Galicia (en Madrid, concretamente), ha conseguido re-aprendeher la morriña, convirtiéndola casi en un género discursivo y musical. La sabiduría y madurez que genera verlo todo desde la distancia ha hecho de Baiuca la indudable revelación de los últimos años (al menos en lo que a música gallega se refiere). En su cancionero, las cunchas, las panderetas, las flautas, gaitas y voces tradicionales se entremezclan en bases que oscilan entre el house, la música de club, la experimentación electrónica y los ramalazos urban; pero con la percepción de haber mamado más aldea y más Galicia rural que un hórreo gallego.
ESTEBAN & MANUEL
Quizá en el resto de España se desconoce, pero una parte absolutamente básica de la idiosincrasia cultural más festiva de Galicia reside en ese sonido de verbena íntima, de karaoke ambulante. Eso que suena en las sesiones vermut en las fiestas de cada pueblo: ese sonido que mama de la cultura de orquestas populares (un gran desconocido en el resto de España), y que mama tanto de los tics de la cultura popular gallega como de la latina o de la canción de autor a gritos.
De ahí que sea una sorpresa y una celebración que la baja fidelidad y la cultura alternativa y a la vez patrona de los jóvenes Esteban & Manuel esté suponiendo no solo un soplo de aire fresco para el circuito alternativo estatal (van a estar en casi todos los festivales de este 2018), sino también para llevar un trocito de esa “Galicia en b” al resto del país.
HEVI
Hace 10 o 15 años, rapear en gallego podía tener unas connotaciones políticas muy sectarias. Si conociesen a Hevi, todopoderoso líder de Malandrómeda y otros tantos proyectos (Fluzo, Juanito Broders, etc.) que han conseguido redimensionar el alcance del beat urbano en Galicia (proyectos sonados en este último año como BoyankA KosotvA le deben mucho a Hevi), y mejorando sin discusión el ¿rap? que se hace en el resto del país, cambiarían de idea.
Un auténtico nihilista que se cansa de su propio repertorio con bastante asiduidad, que se ha mantenido al margen del show business, que tiene su propio estudio en una aldea compostelana y que, sin embargo, puede escribir (en gallego) los versos más profundos y a la vez bizarros de la literatura gallega de los últimos 20 años. En un rap, sí.
MOUNQUP
Nació en Francia, lleva desde pequeña en Galicia, vive en una aldea de Orense y suena tan lejos de todo como cerca de raíces radicalmente diferentes: bebe de ese sonido neogallego y abjorkado de Mercedes Peón; pero también de estructuras jazz; de aires groove-funk; de un pop del futuro absolutamente deformado; de una deconstrucción musical que marca el año cero del ritmo cada vez que impone un giro.
La Galicia imaginada de Camille Hédouin, alias MounQup, es una Galicia diferente, mejor, futurista, cibernética y, sin embargo, puramente rural.
SANGRE DE MUÉRDAGO
Viven en Alemania y son uno de los máximos exponentes de una especie de folk metalizado que crece en los bosques más frondosos de la Galicia del eucalipto. Sangre de Muérdago tiene mucho de la herencia del rock celta, cierto, pero también del forest folk de Fleet Foxes y del metal pesado irlandés de los últimos 30 años.
Su particular y oscurantista forma de abordar las canciones sitúa sus piezas en un sitio casi cinematográfico, bosquejado y, a la vez, tenebroso.
XOSÉ LOIS ROMERO & ALIBORIA
Es un auténtico lutier emocional. Pocos como Xosé Lois Romero han conseguido edificar una nueva sonoridad a la canción folclórica más salvaje. En el álbum que publicó con las voces de Aliboria estamos escuchando folk gallego, pero parece que estemos escuchando punk: gente gritando a horcajadas en nuestros oídos armonías absolutamente perfectas, orgánicas.
La sonoridad de las maderas de Romero y sus músicas parecen rascarnos las orejas por dentro. Su cancionero retumba como un gong imparable. Da igual que seas de Australia, de Hong-Kong, de Brasil o de O Barco de Valdeorras: el sentimiento que fluye en sus canciones no se rompe ni se raja, sino que reconstruye algo que todos deberíamos vivir alguna vez.
XABIER DÍAZ & ADUFEIRAS DE SALITRE
Uno de los últimos fenómenos, de esos discos icónicos que llegaron para quedarse, del mismo modo que sucedió con el absolutamente trascendente A Irmandade Das Estrelas de Carlos Núñez que el año pasado cumplió 20 años, fue, salvando las distancias, el que hace tres años publicó Xabier Díaz junto a Adufeiras de Salitre. Aquel The Tambourine Man, conseguía redimensionar el sonido de la jota, la muiñeira, el agarrado, la cantiga o el pasodoble gallego.
Ese camino iniciado tres años atrás ha tenido relevo hace escasos meses en Nóso (Músicas de Salitre, 2018), un ejercicio en donde sigue profundizando en las músicas del norte pero arriesgando mucho más a la hora de coquetear con otras texturas de la música contemporánea.
EMILIO JOSÉ
Inclasificable e inagotable. Sus álbumes son como lienzos que parece que no se revisan ni se repasan: escritura automática, sarcasmo a horcajadas, surrealismo y reivindicación, canción política y mezcla de géneros. La idea que el independentista orensano Emilio José tiene de Galicia es absolutamente libre, independiente incluso de lo sonoro: sus canciones se mueven entre la bossa nova, el rap doméstico, la tropicalia galaicoportuguesa, el falso fado, el folk naturalista, la literatura gallega hablada y la canción experimental en movimiento.
Desde Kim Kardashian al PP gallego, desde los GIFs de gatitos al vómito de la Generación Millennial, en Emilio José cabe todo lo que Emilio José quiera ser en cada momento.
NASTASIA ZÜRCHER
Una suiza con acento gallego y viceversa que canta una música de raíz soul pero que se mueve con soltura por el auto-tune, los ramalazos a la música tradicional, el afrobeat o la sonoridad de la música oriental. Su idea de “beat”, como el título de su recientemente publicado último álbum (editado por Rock CD Records, 2017), ha conseguido colocar a Nastasia Zürcher en un sitio tan indefinido que al hablar de su música se menciona la idea tan ambigua y universal de “world music”.
Su capacidad para modelar cadencias y para llevar de un género a otro su particular visión de la música negroide pero también de raíz universal lleva esa noción de “ritmo” a un estadio desde el que cualquier proyecto debería partir, como reza temazos como su Fluir.
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GLADYS EN ESCENA
Una de las misiones de RGP es descubrir las escenas musicales más emocionantes del planeta, allá donde se encuentren. Para ello, contamos con un servicio de agentes inflitrados que recuperan datos en el terreno, interrogan a los protagonistas y nos mandan informes minuciosos. El primero, como no podría ser de otra forma, llegó de La Habana, con una misiva escrita por José Fajardo.