Canción triste de otoño-invierno
En el hemisferio sur es primavera-verano y eso no nos consuela. Necesitamos la danza ritual del fuego.
Cumplimos diez años sin Enrique Morente y en los últimos días han fallecido La Susi, Dolores Abril y Parrita. Nos salen crónicas tristes y la segunda ola del Covid-19 mantiene cerradas las salas, clubes de jazz y los tablaos. Con los flamencos encerrados en nuestras fronteras y sin posibilidad que los turistas alimenten los negocios en torno al flamenco, va siendo hora que reconozcamos el talento que tenemos más a mano, el de la vuelta a la esquina. Las programaciones culturales se abren paso con la consigna #laculturaessegura.
Comenzó la suma flamenca en Madrid hablando de Enrique Morente en la academia Amor de Dios y en la fundación Casa Patas que siguen con su labor docente. En el flamenco, como en la vida, nunca se deja de aprender. Y así, José Luis Ortiz Nuevo habló de Morente en estéreo, Pedro Calvo hizo un recorrido por la poesía y Faustino Núñez habló del Morente compositor y para ello utilizó una de sus obras maestras, unas alegrías tridimensionales. Si mi voz muriera en tierra. También merece la pena que escuchen la explicación de Faustino en vivo y en directo.
MORENTE Y MIGUEL HERNÁNDEZ, POETA
El Ayuntamiento de Madrid anda borrando versos de Miguel Hernández y Ortiz Nuevo nos recuerda el momento en que un amigo le puso al cantaor un libro de Miguel Hernández en la mano, uno de esos libros que había que comprar en mercadillos semiclandestinos. Coincidió un día de huelga de actores con el magnicidio de Carrero Blanco y Enrique suspendió su concierto en “El Johnny”. Tuvo tiempo de cantar un fandango, Pa ese coche funeral y le cayó una multa y muchos palos.
A Morente, Miguel Hernández le parecía un cantaor, y siguiendo sus versos se fue quitando el corsé de los estilos del flamenco y así fue recibiendo más palos de “grises” y “flamencólicos”. Luego se empapó con Lorca y con su obra y fue experimentando desde el Alfa hasta el Omega. Una de las últimas colaboraciones fue cantar por Miguel Hernández Josefina con Fraskito.
LA SUSI, DOLORES ABRIL Y PARRITA, ETERNOS
Falleció La Susi, una cantaora a la que se llegó a conocer como “La Camarona” por su querencia al cante de José Monge. No sé si es justo presentarse como el reflejo de otro artista, el caso es que La Susi fue una cantaora muy personal, incluso cuando se metía en la piel de Roxanne. También se fueron Dolores Abril (compañera inseparable de Juanito Valderrama) y Parrita, otro artista mejor reconocido por el personal de a pié que por los repartidores de diplomas y de honores.
FUEGO EN EL TEATRO REAL
La compañía de Antonio Gades presentó en el Teatro Real de Madrid Fuego, un espectáculo de 1989 que no se había estrenado en España hasta 2014. Antonio Gades fue en los años 80 un fenómeno de masas del baile flamenco, llenaba espacios como el Palacio de los Deportes de Madrid y sus películas con Carlos Saura renovaron las maneras de rodar y ver el baile flamenco. Fuego es un ballet que nació después de una de esas películas (El Amor Brujo, 1986) y como explicaba Gades: La versión escénica es muy diferente a la cinematográfica. Nos servimos de la banda sonora cantada por Rocío Jurado, pero cambiamos el orden de los extractos a los que yo he añadido flamenco y numerosas músicas populares que no figura en el filme…
La obra merece, aquí y ahora, estar en cualquier repertorio de la historia del baile flamenco. A destacar los movimientos corales de todos los intérpretes (incluidos guitarristas y cantaores) y las persistentes referencias del solista Álvaro Madrid hacia las formas y gestos de Antonio Gades, su manera de componer y bailar, que se entienden hoy desde el homenaje a su figura. Pero el rasgo más reconocible de Antonio Gades creo que es la disciplina con la que se mueve ese ejército de músicos y bailaores que, reconvertidos en palmeros, protagonizan una genuina sinfonía.
JORGE PARDO, PREMIO MOMENTS
Jorge Pardo recibe en Málaga el premio Moments el 12 de noviembre y ahí estaremos para ver la exposición fotográfica de Paco Manzano y para charlar con Jorge sobre la música que nos apasiona. De momento escuchamos a Jorge Pardo en un disco de jazz para piano y flauta junto a Gil Goldstein y escuchamos una composición de Hoagy Carmichael.
¿Hoagy qué? Carmichael, el pianista que canta Georgia On My Mind, una canción que hizo suya aunque la firme otro. Hoagy es el tipo que canta con un palillo entre los dientes con Lauren Bacall en To Have Or To Have Not (Howard Hawks, 1944) y compositor de algunas de las canciones más populares de la historia del jazz. Incluidas las que suenan aquí de los discos nuevos de Rycardo Moreno y Jorge Pardo: Skylark, cantada por Tony Romero y Stardust.
MOON RIVER
Los festivales de jazz se han quedado huérfanos de estrellas internacionales, pero nunca antes tuvimos un plantel de artistas de un calibre similar. Así que, si pueden, vayan a ver a nuestros músicos. Merece la pena. Por ejemplo, hay varias maneras de entender Moon River; una es muy bella, la de Melody Gardott; la otra, es la nuestra, la de Antonio Serrano, Josemi Carmona y Javier Colina.
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