Kaydy Cain entre carátulas
El latin (music) lover de Carabanchel visitó Colección Gladys Palmera con un Héctor Lavoe tatuado en la pierna.
¡WTF! ¿Qué pinta Kaydy Cain, el gamberro madrileño de Carabanchel en Colección Gladys Palmera con su mezcla de reguetón, R&B y dancehall? Pues mucho. Y de hecho lo inquietante, aunque no lo parezca, es que GP y KC tienen demasiados puntos en común. Primero, compartir diseñador gráfico, otro gamberro del arte y también samuraï de la tipografía, Edi Jiwnani. Segundo, y tal vez lo más importante, la pasión por la música afro-latina y la estética chulesca, y hasta mafiosa, de las portadas de discos de salsa de finales de los años 60 y principios de los 70.
Para Dani -así se presenta Kaydy Cain, algo tímido, en la esfera privada-, no es un capricho pasajero: el barrio, esté de Nueva York, La Habana, Madrid o Barcelona, es lo que le mola. La gente dura, los “Watusi”, los “Pedro Navaja” y otros Scarface del vinilo son sus ídolos. No sabe de Izzy Sanabria, el gran gurú de la imagen Fania, pero naturalmente, su inquietud y exploración musical le han llevado hasta el descubrimiento de los primeros discos de Willie Colón con sus portadas tan atrevidas por la época.
Lo conocí, me dice sonriendo, ahora es sheriff. De malote a hacer la ley. Hasta tengo fotos de él en el móvil. De hecho, versioné una de sus portadas para una mixtape. Y añade, como para disculparse: Lo hicimos de manera un poco artesanal, y nos la enseña. Artesanal tal vez, pero qué brillante idea y que buena onda. Se trata de la portada de Cosa Nostra, del año 1969. Kaydy Cain hace de Willie Colón sustituyendo el traje mafioso por un chandal de la marca de las tres rayas. Y el cadáver que está a sus pies, ya no está descalzo sino que lleva unas zapatillas en el puro estilo urbano actual.
Pero unos minutos después descubrimos quién es su verdadero ídolo. Dani no alardea, ni presume de nada. Ni siquiera exige o pide nada. De hecho cuando se despide, la botella de agua que casi le fuerzo a aceptar, ha quedado intacta en la mesa. Así que al final se delata mirando portadas y escuchando decenas de discos.
Pasamos My Ghetto de Kent Gómez, el LP de La Cosa Nostra en sus múltiples versiones, el Power de Ghetto Brothers, casi toda la discografía de Joe Bataan hasta su Rap-o-Clap -que parece interesarle más a Edi (¿80’s addict?), que a Dani- y mucho más. Cuando llegamos al De ti depende de Héctor Lavoe, la mirada de Dani se ilumina y dice:
A él me rindo, la foto de esta portada la tengo tatuada en la pierna. Lavoe es el más grande de todos. Espero que tendrá más sitio libre en la piel, porque no sale de su asombro cuando descubre las portadas de Fruko y sus Tesos. En particular El violento, A la memoria del muerto, y sobre todo Tesura, el disco debut de Fruko y sus Tesos, con Fruko y el cantante Humberto Huango Muriel luciendo puros, cadenas de oros y pistolas. ¿Cómo es que no conocía este grupo?, dice, modesto, fijándose en la varias versiones y los diferentes tipo de papel de las portadas. También le encantó escuchar Chango, el guapo de la rumba catalana, y saber que existía una portada de disco tan sanguinolenta como la del mítico La leyenda de Rubby Haddock: Qué fuerte, pero mola el atrevimiento de la época.
En Colección Gladys Palmera quedaba mucho más para ver y escuchar cuando nos dimos cuenta que las horas se habían ido volando. Promete otra visita. Ese templo da para muchas más. Kaydy Cain, ojalá tu admiración por la salsa dura llegue a tus próximas producciones y se trasmita aunque solo sea a un puñado de tus millones de seguidores. A mí personalmente tu arte me resulta un enigma -eso sí, mi hijo te adora-, pero mi respeto ya lo tienes ganado.
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Este Kaydy Cain es el mismo que jalea Moncho Chavea en oh Mama?
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