Málaga, ciudad del vicio
La Dani y Estereotipo: la libertad dentro y fuera del escenario.
“Málaga. Ciudad del Vicio”. O eso dicen La Dani y Estereotipo en uno de sus temas. Más allá del vino dulce, el Museo Picasso o los espetos de sardinas, el underground malagueño está cogiendo fuerza. El pasado mes diciembre, Jirafa Rey (hoy viral por cosas de donuts) comisariaba Laboratwerk, donde se daban cita algunas de las propuestas emergentes más interesantes de la ciudad. Danzas urbanas y de influencias afro con perspectiva filosófica y feminista, ahí es nada. Por este festival pasaron Glitch Gyals, Eskarnia,o Mimi Barbz.
Hubo de todo en ese festival, menos normatividad. Porque sí, mucha gente hace hip hop o se adentra en la escena del dancehall o el trap, pero lo que une a estas artistas es que nacen desde el empoderamiento, reivindicando su diferencia desde lo transdisciplinar. Cuerpos que se alejan del mainstream, muslos chocando a ritmo de azonto, diversidad sexual, libertad dentro y fuera del escenario.
En una ciudad donde la cultura oficial es la carta de presentación, nos alegra ver un movimiento que se gesta en los márgenes, más espontáneo que articulado y que se da a conocer a través de las redes sociales. No podemos pasear por Málaga sin toparnos con un muro de Imon y tampoco dejar de hablar de La Dani y Estereotipo, que dentro de esta escena nos llaman especialmente la atención por su elegancia excesiva, por sus producciones cuidadas, por la mezcla de seriedad y poca vergüenza que desprenden sus canciones, cotidianas pero con un brillo especial.
La Dani es dependiente a ratos y a ratos modelo, ahí tenemos la voz. Guille (Estereotipo) hace vino y además produce. Ellos lo comparten casi todo, viven juntos y se conocen desde siempre, tarde o temprano algo tenían que hacer. Su proyecto toca muchos palos y hasta se podría decir que reinventa otros, cantando al género fluido, moviéndolo como Lola Flores y como Beyoncé. Aquí hay flamenco y autotune, hay reggaetón y electrónica, hay ritmos latinos, traperos, actitud de diva y un mensaje de libertad que quizá es lo que más engancha.
Como dice La Dani, “Guille es un chico heterosexual y no duda en ningún momento si yo le digo nene, ponte esto en vestir con una camiseta transparente, perrearme en el escenario o cantar sobre lo bien que muevo el culo. Ni se plantea que eso pueda dañar su masculinidad”. Lo que ellos nos enseñan son otras maneras de ser, que dicen adiós al típico macho, que se dejan llevar con pendientes de oro y ropa de segunda mano, echan de menos los 90’s pero suenan al futuro. La Dani y Estereotipo van sin etiquetas, pero con todo. Solo hay que ver alguno de sus vídeos para darse cuenta.
En su ciudad les hemos visto en directo en Velvet, París15, el Orgullo Gay o el Contenedor UMA, que desde la institución, desde lo oficial, da cabida a muchas de las propuestas periféricas que comentábamos al comienzo, como una especie de grieta que conecta ambos mundos.
La Dani y Estereotipo han pasado también por el Puñal Dorao de Madrid y son una explosión de energía, Trapical Queer Made in Málaga a los que estamos deseando volver a ver en un escenario. Porque como La Ola del Melillero, que empapa a los turistas sin que acaben de entender bien qué ha pasado, el efecto de La Dani y Estereotipo es eso, agua fresca, inesperada que te cala antes de que puedas reaccionar.
Playlist
Noticias relacionadas
