MiguelitoLeon y Taraf de Locos

Lo que quiero demostrar es que todo es uno, porque todo viene siendo lo mismo, tú sabes; la música cubana es todo. Es España, yoruba, arará, hasta Egipto….

Buscando esa voz: Oloju Kuele Lagwa O

Amé el videoclip Mina Mina desde el primer momento. Con sus mujeres azules danzando entre las rocas, frente al Atlántico habanero mecido por una voz que traía las lenguas de los orishas atlánticos. Era el canto de Miguelito León.

Yo estaba ahí parado en la estación del tren a las dos de la mañana esperando, ahí tenía ese canto en mente, y me salió la idea con la base de voces atrás: “tán, tan tán”…, como una cosa funky con un tiempo, no sé, y ya, le monté esa letra. La clave de ese tema la toqué con el pecho. Todo fue corporal, todo fue a capella. La razón de como lo hice es porque yo quería capturar la forma más sincera a como aprendí ese tema, y como surgió la idea. Por eso al principio tú oyes los carros, estoy en la calle, y de repente empieza: “póm, pom póm”, y la clave…

Miguelito León, percusionista y cantor, es el compositor de este tema, que incluye recopilaciones recogidas en Los Ángeles, de un maestro del tambor y del canto afrocubano, Dayan Ogbe Lara. Mina Mina es un tema para la deidad Olokum que vigila todo lo que la humanidad hace:

“Mina Mina yokode okuta oloju kuele lagwa o” es un antiguo canto yoruba dedicado al espíritu del océano. Las aguas de la vida, Yeye Omo Ejá, es la madre de todos los seres vivos. Conocida por ser feroz, indomable, astuta, tiene el poder de inundar la tierra y ahogar a la humanidad como castigo por nuestra falta de amor, respeto y consideración por ella y nuestro hogar, la tierra. Ella se sienta tranquila en una piedra (okuta) mientras observa (oloyu) cómo las aguas suben y se apoderan de lo que es suyo…

De Santa Bárbara a La Habana, cuna y folclore

Miguelito nació en California hace 26 años, en una ciudad colonial muy pequeña, antigua misión franciscana, que se llama Santa Bárbara. Sus padres y su familia entera son mexicanos.

El círculo de amistades de mi madre son boricuas, cubanos, mexicanos, gringos. Son religiosos rumberos, y yo, por suerte, me crié con toda esa gente, todos los fines de semana con la rumba y los batá. ¡Dándome de comer los ritmos! ¿Me entiendes? Dicen que toqué mi primer instrumento a los 11 meses, unas maraquitas y después un bongó. Yo me sentaba ahí en las piernas de mi papá con el bongó tocando con ellos y me dormía. Y bueno, ahí aprendí lo que es la clave, la marcha cubana, el martillo, el tumbao, el bolero. Todos los ritmos básicos cubanos. Y con el ambiente y las amistades de mi familia fui desarrollando más el folclore, la rumba, el bembé…

Las lenguas afrocubanas que lo acunaron, se fueron encarnando en su voz y su tambor. Desde muy pequeño comenzó a participar en el grupo musical del restaurante Vientos del Sur en Los Ángeles, donde su instrumento fue el tambor, el cuero, que lo acompañarían en su viaje a otras músicas: la brasileña, africana, la música gitana de España, de medio Oriente y de la región balcánica. El folclore mundial pasó por sus manos. Dice Miguel: siempre me ha atraído más el folclore que la música contemporánea.

Entre el jazz de Wynton Marsalis y la fusión de Ozomatli

En la ciudad de Los Ángeles, Miguelito “percusionista”, participó junto al grupo Mission Jazz liderado por Wynton Marsalis, junto a figuras estelares como los saxofonistas Bob Reynolds y Walter Smith III. Actualmente, suele ser invitado por el grupo Ozomatli en alguna de sus presentaciones.

Desde que era niño, siempre escuchándolos. Me gustaban porque son de Los Ángeles, son chicanos, son boricuas, son gringos, y mezclan mucho de todo el mundo. O sea, cubana, afro jazz, cumbia, trap, hip-hop y todo eso. Son muy conocidos en todo el mundo. Me identifico con ellos cada vez más.

Todos mis amigos músicos eran jazzistas, y me fui educando más en la armonía y melodía, la cosa más técnica de la música. Entonces es cuando pude ligar la música que viene siendo más espiritual, más callejera que no lleva tanta técnica, pero más corazón. Estoy empezando a ligar eso con el jazz, o con una cosa más contemporánea-fusión. A mi gusto, ¿me entiendes? Y bueno, la base para mí siempre fue la música cubana.

Entonces desde que yo supe, mi sueño era vivir acá (en Cuba). Desarrollé un poco más el canto de rumba, el canto congo ¡tú sabes!, investigando, preguntando. Gracias a Dios tuve la suerte de llegar aquí, no con gente cualquiera, sino con los viejos, que son leyendas del folclore cubano: José Del Pilar, Maximino Duquese, Lázaro Rizo, Lázaro Pedroso, Lázaro Galarraga, que han marcado historia. Para mí los viejos siempre han sido “lo máximo”. Mi corazón siempre está con los viejos y mi sueño de “chamaco” era hacer esta música.

Composiciones propias, lenguas afro y tradición

Miguelito empezó a grabar sus propias composiciones, siempre manteniendo las lenguas y melodías de la tradición, que considera, son lo más importante junto al tambor.

Para mí el tambor religioso no es música. Eso si tú lo ves en una forma cronológica, las raices de la música no son música, son espiritualidad, son religión. El primer instrumento que existió fue la voz, el cuerpo, el primer tambor que existió fue una calabaza.

Se conmueve por la espiritualidad de las performances colectivas de la música de tradición cubana que aprendió , y la rescata a través de nuevos formatos ligados al jazz y al hip-hop, entre otros géneros, en un nuevo viaje por los mares del Atlántico negro. La cosmovisión afrocubana revive en sus canciones.

Producción y difusión: Rumba All Stars

Abriendo las aguas del pasado, Miguelito mira al futuro. En la actualidad trabaja como músico independiente y es productor de su banda Rumba All Stars. Ayudado por su equipo de grabación, trabaja con grupos de artistas folclóricos como El Nauwe en el barrio Pogolotti en Marianao, La Habana, los cuales son reconocidos mundialmente por la particularidad de los toques de tambor. Promueve también nuevos músicos como parte de su proyecto. En estos momentos trabaja incorporando músicos de jazz, bailarines y realizando propuestas coreográficas y escénicas, mientras termina su disco con los tiempos que impuso la pandemia desde 2020. Fusiona la música afrocubana con ritmos y melodías de inspiración flamenca, gitana, turca, brasilera y de Medio Oriente, según los recorridos de su vida, en el segundo tema de su disco Amores sin Amor.

Pensar en que nuestro amor es como una luna llena en el cielo de las noches, y cómo la luna nos une sin importar dónde estemos, nuestro punto de conexión meditativa, como un portal directo al corazón de los demás. Esta canción tiene dos capítulos, La Luna (rumba flamenca balcánica) y Amores Sin Amor (rumba cubana) que estarán en mi próximo álbum debut que llega con 2021.

Los distintos toques son su búsqueda. Este emisario de las lenguas afro nacido a orillas del Pacífico, navega con su tambor atlántico. Mientras escucho un último simple de Miguelito León, le deseo bendiciones, y que Yemanya siga moviendo muy fuerte las olas de su mundo espiritual.

Son muchísimas las bandas y artistas con las que Miguelito León ha tocado. Colaborador habitual en la percusión afrocubana, su trabajo pasa por Wynton Marsalis, Oscar Hernandez, Septeto Habanero, El Son del Indio, Bob Reynolds, Walter Smith III, Ozomatli, Bob Mintzer, B-side Players, Kenny Loggins, Ted Nash, Luis Conte, Giovanni Hidalgo, Efrain Toro, Tata Vega, Taraf de Locos, Carlos Henriques, Walfredo Jr. Reyes, Lois Mahalia, Randy Tico, Michell Long, Jeff Elliot o Wetlands. Estas son algunas muestras.

Playlist

1. Miguelito León - Amores sin Amor
00:00:04
2. Taraf de Locos feat Miguelito León - Toro Mata
00:06:03
3. Miguelito León - Mina Mina
00:10:09
4. Daniel Revel feat. El Travieso & Miguelito León - Eyy Bebe
00:13:18
5. Miguelito León - Odúwa
00:17:31
6. Tano Brock feat. Miguelito León - Aybalam
00:21:16
7. Rumba All Stars - El Escobero
00:25:14

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