Nduduzo Makhathini

La obra del pianista sudafricano Nduduzo Makhathini puede contemplarse pronto como un conjunto muy coherente, al servicio de una estética y de una ambición. Da la impresión de que cada registro funciona más como una apuesta absoluta, total, sin digresiones, que como un ensayo parcial. Un esfuerzo abarcador, también innegociable.

En Modes Of Communication: Letters From The Underworlds, su debut con el sello Blue Note, la intención queda marcada desde el principio con la potente Yehlisan’uMoya. La voz de la cantante funciona como hilo conductor de una introducción intensa, donde apenas hay tregua, y abre paso al saxofón tenor de Linda Sikhakhane, al propio Makhathini y a la impronta del alto del estadounidense Logan Richardson, que suma fuerza y brillo a una formación de talentosos músicos sudafricanos.

A la manera de un flujo, de un devenir donde no todo está fijado, hay una permanente apelación espiritual, la expresión de aquello que está más allá de nuestro poder, según señaló a JazzTimes. Una expresión que es, en esa medida, profundamente modal.

La más reciente colaboración del pianista fue, por su parte, junto a sus compatriotas de Ladysmith Black Mambazo, Msaki y Thandiswa Mazwai, para el álbum de la cantante Somi Kakoma titulado Zenzile: The Reimagination of Miriam Makeba. Sobra decir que es un tributo a la llamada “Mama África”, santo y seña de toda la música moderna sudafricana.

Makhathini, que nació en uMgungundlovu, el territorio donde un rey zulú estableció su capital en el siglo XIX, comenzó con el jazz en la universidad, intentando aprender las transcripciones del Charlie Parker Omnibook a los 17 años. Sin embargo, su punto de partida era distinto. Viniendo de una familia musical, creció escuchando rituales y ceremonias zulúes, así como los cantos de la Iglesia Sionista, que él reconoce como una de sus primeras grandes influencias.

Encontré aquello (las transcripciones de Parker) muy difícil, al yo provenir de lo que llamaría música modal, de no tanto movimiento entre acordes, contaba hace un par de años en una extensa entrevista en All About Jazz. Frustrado por no entender, el pianista descubrió A Love Supreme, de John Coltrane, y a partir de ahí todo tuvo sentido.      

La gran cumbre “coltraniana” le permitió concebir el jazz como una construcción más espiritual, además de estrechamente vinculada a sus raíces. Makhathini recuerda no solamente el “aspecto meditativo” y el “uso de escalas pentatónicas”, sino también el comping (acompañamiento de acordes a la improvisación) de McCoy Tyner, casi una revelación “proustiana”. Me hizo imaginar aquellas ceremonias con las que crecí. Tocó mi memoria física de un modo que fue muy especial, dijo.

Tyner sería desde ahí otra influencia decisiva, junto a figuras como Randy Weston o nombres fundamentales del jazz sudafricano como Abdullah Ibrahim o Bheki Mseleku: la trastienda de un sonido propio.

Y si bien Makhathini es más conocido desde su paso a Blue Note (y conciertos en el Lincoln Center y en el Winter Jazzfest en Nueva York el año pasado), su producción previa era prolífica, con siete discos desde 2014. Hay en ese corpus reflexiones sobre un sonido futuro (Sketches of Tomorrow), la lengua (Mother Tongue) o el pasado ancestral (Listening to The Ground).

Publicado cuando la pandemia ya azotaba con fuerza al mundo, Modes Of Communication: Letters From The Underworlds viene a agregar una pieza muy sólida a su trayectoria. El trabajo es candidato a los 27th Annual South African Music Awards 2021, SAMA27, en la categoría de Mejor Álbum de Jazz junto a Africado, de BandaBanda & The Crocodiles; An Open Dialogue, de Linda Sikhakhane; iHubo Labomdabu, de Sibusiso Mash Mashiloane; y Thandi Ntuli (Live at Jazzwerkstatt), de Thandi Ntuli.

A partir de su inicio robusto, Makhathini amplía su búsqueda y fija un marco de notables melodías (en eso, y en la influencia de los cantos de la iglesia, el sudafricano recuerda al mejor Tord Gustavsen) que guían y evocan, y ante las que todo finalmente vuelve. 

En esa línea, el momento decisivo llega con la hermosa Beneath the Earth, que está basada en parte en los llamados “himnos zulúes”, canciones de oración y de lamento, según contó el pianista. Son ustedes a quienes buscamos, susurra Omagugu Makhathini —figura de la nueva generación del jazz sudafricano y esposa de Makhathini— haciendo alusión a dioses que trascienden, y a los cuales parece ofrecer un canto definitivo tras las palabras recitadas del pianista. 

Un canto que sintetiza, impulsa y congrega varias voces, y que termina confundido con el fraseo de Richardson en un cierre soberbio. 

Música que alivia, que nombra y que fluye. Y que también cura, como pretende Makhathini, que cree que esa posibilidad es esencial y estructura su trabajo. El jazz, dice, pone en general demasiado énfasis en su “lado intelectual”.   

Para él, en cambio, tiene más que ver con una memoria compartida, con modos de escuchar a otros. Vibraciones ancestrales que comunican y transforman.

Su carrera es corta, pero su leyenda en cada vez más grande. Nduduzo Makhathini ha estado siempre con un pie en el jazz y con el otro en la música tradicional de su país. Sin embargo, la manera como enfrente la mezcla de ambas no es fácil y para nada complaciente. Así lo atestiguan músicos como Feya Faku o McCoy Mrubata. Esta selección de canciones comienza con un tema que canta Omagugu Makhathini, esposa de Nduduzo, y culmina con un tema que canta Sakhile Moleshe. Pero hay un factor que las caracteriza a todas: el permanente duelo entre el piano de su protagonista y el saxofón, algunas veces interpretado por Logan Richardson, otras por James Mainwaring y otras por Justin Bellairs.

Playlist

1. Nduduzo Makhathini canta Omagugu Makhathini - Yehlisan'uMoya
00:00:10
2. Nduduzo Makhathini – Amathambo
00:08:02
3. Nduduzo Makhathini - Beneath The Earth
00:12:56
4. Nduduzo Makhathini - Blessings to My Late Father (Sibusiso)
00:20:29
5. Nduduzo Makhathini – Unyazi
00:22:58
6. Nduduzo Makhathini – Okhalweni
00:32:37
7. Nduduzo Makhathini – Ubumbano
00:37:34
8. Nduduzo Makhathini canta Sakhile Moleshe – Umakhelwane
00:54:37

Deja tu comentario