Peret: Yo Soy La Rumba

¡Peret es más grande que Elvis Presley! Cada vez que lo digo veo caras de asombro como si estuviera haciendo un chiste o tuviera ganas de provocar. 

Soy amigo de Peret desde que una noche de farra llegué a casa, pulsé el contestador y escuché:

– “Hola soy Peret, creo que me estabas buscando”.

Me caí de culo como San Pablo camino de Damasco. Inmediatamente pillé un tren expreso y me presenté en su casa de Barcelona. Aquel mensaje del año 1989/90 era la señal.

A Peret le tenía entre ceja y ceja desde que le vi en la tele hacia el año 68 o 69. Ese sonido, esa manera de dar la vuelta a la guitarra, esas canciones americanas transformadas en otras cosas, esas palmas… 

Luego vi el concierto de Elvis en Hawái, el del traje blanco. ¡Qué decepción! ¿Ese era el rey del rock? ¿Estás hablando en serio? Hasta que no vi Viva las Vegas no me reconcilié con Elvis… pero a esas alturas ya era amigo de Peret. Incluso llegué a levantarme temprano un domingo para ir a una de esas misas que oficiaba en la iglesia evangélica de Filadelfia. Así que un domingo fui a un humilde local cercano a la plaza de España en Barcelona. 

-¿Qué es lo que quiere?

-Vengo a la misa de Peret.

-No es aquí, se reúnen todas las iglesias de Barcelona y lo hacen en un lugar más grande.

Entendí que todas las iglesias quisieran ver a Peret conectando el cielo y la tierra. Esa historia ya la conocía en las grandes voces del soul, imaginé la mezcla de rumba y religión, espirituales negros y fervor gitano, santería y chamanismo. 

Libros, agnósticos y películas

Uno, que va de agnóstico por la vida, siempre ha creído en Peret. Más grande que Elvis Presley, inventor de la rumba de aquí y la de acá.

Estaba tan obsesionado con Peret y su música que intenté indagar sobre las músicas del Caribe que Peret había transformado en otra cosa y así descubrí que las rumbas cubanas no tenían mucho que ver con las rumbas de Peret y seguí estudiando hasta que descubrí que un rumbero es una persona que se va de rumba. Aquí y en Lima. Puede que la rumba de la que estamos hablando sea distinta en Senegal, en Mali, en la Habana, en Matanzas, en Barcelona o en Hondarribia. Pero la actitud es la misma, sacarse los demonios de encima y pasarlo fetén, o como lo diga cada quién. Total que escribí un libro sobre la salsa para intentar seguir los pasos de Peret y cuando publiqué el libro, sabía muchas cosas sobre el Caribe pero seguía sin respuestas sobre cómo Peret había transformado aquellas canciones en algo completamente distinto.

Cambié de táctica, cada vez que yo asumía una pregunta concreta y cabal. Me encontraba con que Peret sentía la necesidad darme una respuesta. Peret reflexionaba sobre mis propias reflexiones. Pongamos ejemplos antes de que nos pongamos metafísicos.

El ventilador

El ventilador no existe hasta que Gato Pérez hace la canción y concreta todos los elementos que confluyen en el elemento fundamental de la rumba catalana. Pero lo hace con veinte años de retraso. Antes de el Gato no había ventilador, lo llamaban batidora, o no lo llamaban de ninguna manera. Lo recoge Paloma Zapata en su documental.

Vayamos a las pruebas. En la película Los Tarantos rodada en 1963 aparece Peret que es el encargado de contratar a los extras gitanos, es el punto de conexión entre la ficción y la realidad, el que le toca la guitarra al bailaor Antonio Gades en la secuencia de las ramblas. Peret estaba refugiado en el coche de Alberto Puig Palau, “el tío Alberto” de la canción de Serrat. Peret es el eje de la fiesta de la boda gitana pero hay dos guitarristas mayores que él que también “ventilan” sus guitarras.

Peret se acordaba de las historias pero no de las fechas. Aún llevaba el pelo teñido de negro cuando le dije que había empezado a escribir un libro sobre él. Me contó que estaba haciendo uno con su sobrina paya, Celia Sánchez Mustich que también sale en el documental Yo Soy La Rumba

Más libros y documentales

Me gusta el documental de Paloma Zapata y me gusta que utilice varios momentos y grabaciones que me parecen vitales para conocer la obra de Peret y que yo había localizado en el archivo de TVE para el encargo que me hizo Universal para el disco “De los cobardes nunca se ha escrito nada”.

El caso es que llevaba varios proyectos fallidos con Peret, el primero un libro para la fundación SGAE. Después de tres años de entrevistas Peret y yo perdimos la fe. El libro lo hizo Juan Puchades para una editorial de prestigio, yo escribí que ese era el libro más importante de la música española y Peret me llamó para decirme que sí, que yo era un amigo.

Ya había hecho el guión para un documental para Virgin cuando Peret hizo el disco del año 2000, pero aquella película se quedó sin montar. Estaban Estopa, David Byrne, Amparanoia, Ojos de Brujo, Fermín Muguruza, Los Enemigos, Jarabe de Palo, Macaco y Manuel Malou, entre muchos talentos. Me olvidé de cobrar.

Peret y la pelota vasca

Peret me contó que jugaba a pelota vasca en el frontón de al lado de su casa cuando era un chaval y vivía con sus padres en la calle Salvadors, el frontón estaba en la calle Reina Mercedes (perpendicular a la calle de la Cera). Parece que en aquellos años había un pelotari gitano que era el ídolo de la chavalería. 

Yo no me podía creer que Peret pudiera jugar a pelota (a mano) y tocar la guitarra. Me parecía incompatible. Yo tenía trece años, estaba en Murguía (al pie del Gorbea) cuando le dí por primera vez a una pelota con la mano. Pensé que me la había roto (la mano). 

-¿Qué metéis dentro de las pelotas? ¿piedras? pregunté.

Muertos de risa mis compañeros me dijeron que sí que le metían una piedra, luego me enseñaron a darle a la pelota correctamente, me pasé varias semanas con las manos hinchadas, luego decidí comprarme una pala.

Yo no podía entender cómo se podía tocar la guitarra de aquella manera y jugar pelota a mano. Un día le conté mi experiencia con la pelota y le pregunté que cómo podía jugar a pelota mano y tocar la guitarra. Peret me dijo que se había pasado al frontenis. Peret se construyó un frontón en la finca de Mataró y cuando grabó con Fermín Muguruza, estuvo peloteando con el padre de Fermín para el que Peret siempre fue un ídolo, osea en casa de los Muguruza, Peret también es más grande que Elvis.

En el año (2009) el sello Universal me preguntó si era capaz de armar un documental con las grabaciones de TVE. Peret se había rapado el pelo y ofrecía la imagen más honesta y cabal que nunca había tenido ante la industria. Me pasaron más de 200 folios con la información de todas las apariciones de Peret en TVE. Había tal cantidad de joyas que para que cupieran todas le quité el estribillo al “Borriquito”. Paloma Zapata lo ha repuesto en su película. 

Vayan a ver Yo Soy La Rumba, mientras tanto sigo escribiendo el libro sobre mi amigo.

El festival AMUA, sábado 1 de junio en el Itsas Etxea Auditoriuma de Hondarribia.

17:00 Presentación de AMUA especial rumba catalana.
17:15 Diálogos rumberos con José Manuel Gómez Gufi.
17:40 Presentación del documental Yo Soy La Rumba por su directora Paloma Zapata.
18: 00 Proyección de la película documental Yo Soy La Rumba. Paloma Zapata, 2018, 90 min.
20:00 Concierto rumbero con Arrels de Gràcia (Barcelona).
22:30 Sesión de DJ Gufi en UXOA bar.
23:30 Sesión de DJ Fonki Cheff en UXOA bar.

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