¡Ramooon! ¡El guateque!
Ramón Veloz y Coralia Fernández son los pilares de una familia icónica en la música campesina cubana.
Guillermo Portables fue el indiscutible creador en Cuba de la llamada guajira de salón, y probablemente, quien primero la llevó más allá de las fronteras de la Isla. Sacó del campo aquellos sonidos, instrumentos, modos de hacer, tocar y cantar, y los hizo audibles en las ciudades y zonas urbanas a través de las ondas radiales, los discos grabados y los guateques citadinos, que, junto a los vapores de tranvías y autobuses, compitiendo con pregones callejeros, esparcían las tonadas, puntos guajiros, y asombrosas controversias.
La labor de Portabales tuvo en Ramón Veloz (La Habana, 16.08.1927-16.08.1986) a un creativo y perseverante continuador. Desde los años 40 en adelante, Portabales y Veloz, junto a Evelio Rodríguez y José Ramón Sánchez El Madrugador, formarían la cuarteta masculina de oro de la canción guajira en Cuba. A diferencia del primero, Veloz no era campesino, aunque sus padres sí; y de hecho, influyeron en la elección definitiva de su camino musical. Dicen que desde los 11 años ya cantaba temas de zarzuelas y tangos que escuchaba por la radio, pero a los 18 puso su atención en la música guajira. Veloz recogería parte de la tradición de los portadores naturales de la música campesina, cantando y tocando sus alegrías, tristezas y esperanzas, en medio de los campos de caña, los ríos y las sabanas, recreando un ambiente a veces idílico y otras con apreciable dosis de un peculiar humor. Sumó a esto el son montuno y la guaracha, que también tienen sus raíces en el campo cubano.
Los comienzos de Ramón Veloz se ubican en la radio en 1948, como actor en radionovelas y dramatizados en las emisoras Mil Diez y RHC Cadena Azul, como Leonardo Moncada, El Titán de la Llanura y Angeles de la Calle. En esta última, escrita por Félix B. Caignet, Veloz actuó por primera vez con la actriz y cantante Coralia Fernández (Regla, La Habana 23.08.1927-17.08.1988), quien también se enrumbaría hacia la música campesina. Entonces, Coralia centraba la atención en su desempeño en el programa Rincón Criollo, que transmitía la radioemisora CMQ, bajo el patrocinio de la marca cigarrera Regalías El Cuño. Pronto Coralia y Ramón se casaron y el matrimonio fue transmitido el 31 de enero de 1946 en ceremonia abierta, directamente desde ese popular programa de música campesina, en el estudio de CMQ, entonces en Monte y Prado. Eran ya una pareja mediática.
Coralia y Ramón serían en la radio y la televisión un símil del idílico y amoroso binomio Olga Chorens y Tony Álvarez. Ambas duplas reinaron en estos medios, sobre todo en la década del 50 -en versión criolla de Lucille Ball y Desi Arnaz– y, en el caso de Coralia y Ramón, tal posicionamiento sería un plus para la difusión de la música campesina en sus diferentes manifestaciones, a veces tan relegadas. Desde años atrás venía también otra pareja que sería legendaria: Celina González y Reutilio Domínguez, los inefables Celina y Reutilio, con una imagen más arraigada a lo tradicional campesino, a diferencia de Coralia y Ramón, que proyectaban un aire bucólico más citadino y contemporáneo.
Guillermo Portabales se había radicado definitivamente en Puerto Rico en 1953 y aunque su música continuaba escuchándose en Cuba, sería Ramón Veloz el continuador de ese “estilo Portabales”, como indiscutido defensor de la llamada guajira de salón. Veloz la hizo triunfar en los pequeños night-clubs y grandes cabarets, donde encontró productores y público interesados; al punto que en 1956 Roderico Neyra, el afamado Rodney, lo incluyó en dos de sus espectaculares shows del cabaret Tropicana con tema campesino: Evocación y Seis lindas cubanas, en los que alternaba con Celina y Reutilio. En 1957 y 1958 abarrotó el cabaret Sierra como una de sus principales atracciones. En el cabaret Venecia de Santa Clara, Veloz compartió escenario con Olga Guillot y Rolando Laserie y en 1959 serían muy sonados sus éxitos junto a Gina Martin, en el Copa Room del hotel Havana Riviera. En 1961 repitió éxito en el cabaret Caribe del hotel Habana Libre en las revistas Esto solo se da en Cuba y A viajar por mi Cuba, junto a María Teresa Tolón, Sonia Calero y otros artistas.
Con una poderosa y afinada voz de tenor y un estilo muy emocional, que traía a la guajira y al son montuno elementos dramáticos, usuales en el teatro lírico, el debut discográfico de Ramón Veloz ocurrió en 1952, cuando grabó con Ñico Saquito y su Conjunto para los sellos Víctor y Panart un repertorio de once guajiras, sones montunos y guarachas. Para el primero, el son montuno Compay Cotunto y las guajiras Al vaivén de mi carreta (con Manolo Fernández) y El llereyé (con Alfredito Valdés). Para Panart, Voy pa’Los Hoyos, A real y medio, El Jaleo, Cómete tu pinol, Guajira moruna, La alborada, La Linda guajira y Los penachos de las palmas; estas dos últimas junto a Coralia Fernández. Algunos de estos temas se incluyeron en el LP Linda Guajira, que publicó Panart a finales de los 50, junto a grabaciones de Los Guaracheros de Oriente.
En 1956, Mateo San Martín, fundador del entonces emergente sello Kubaney, le grabó su LP Fiesta Cubana junto a Coralia y el Conjunto de Eduardo Saborit, integrado entonces por el guitarrista Roberto González, Raúl Lima en el laúd y su director. Sería este fonograma uno de los tres primeros que produciría Kubaney, y en él Ramón y Coralia repasaron el repertorio más clásico de la música ligada a los campos cubanos, como Frutas del caney, El amor de mi bohío, Junto al palmar del bajío, Alborada, El carretero y Los penachos de las palmas, entre otros.
A estas alturas, ya la familia Veloz se había convertido en habitual y famosa en los programas radiales y televisivos, y el próspero sello Velvet decidió que este hecho quedase fijado en acetato. Coralia y Ramón, junto a sus hijos Ramoncito y Coralita, protagonizaron el LP Esto es Cuba. La familia Veloz, respaldados por la orquesta de Severino Ramos y el Conjunto de Guitarras de Miguel Ojeda.
Otros tres LPs en la discografía de Ramón Veloz: Palmas y Cañas, grabado en 1966 por Areíto, junto a Coralia e Inocente Iznaga El Jilguero de Cienfuegos, otro notable bardo guajiro. Al grito de Coralia: ¡Ramóooon!!! ¡El guateque!!! comenzaba cada domingo el legendario programa, uno de los más antiguos en la televisión cubana y en cuyo espíritu fue grabado este disco. Dos años después, Veloz registraría también para Areíto el LP En mi Cuba tropical, con el acompañamiento de las guitarras de Miguel Ojeda. Luego, en 1979, Amanecer Guajiro,con Coralia y el Conjunto Campo Alegre, en lo que parece ser su último disco.
Pero sin dudas, uno de los fonogramas de mayor trascendencia y singularidad en la obra vocal de Ramón Veloz es El trovador. Grabado para el sello Velvet, con el acompañamiento de dos tremendos guitarristas: Roberto González y Orestes Jiménez, el disco tuvo su primera edición en 1959 y en él Veloz mostró una faceta un tanto diferente, cuando se aventuró en el cancionero latinoamericano con piezas de Rafael Hernández (Traición, Silencio), Agustín Lara (Naufragio, Noches de Veracruz) y hasta el trovadoresco cubano de Graciano Gómez (En falso), o de Manuel Corona (Santa Cecilia), entre otras. Un disco poco conocido, una rareza que vale la pena descubrir.
Otras grabaciones y colaboraciones de Ramón Veloz aparecen en discos de 45 rpm, la mayoría no recogidas en LP, como los dos temas incluidos en un rara edición para el no menos oscuro sello Clave: Ay! Pobre mi Cuba (Carlos Puebla) y Sangre Mambí (Miguel Ojeda). Para Velvet con Miguel Ojeda y sus guitarras, Veloz grabó las guajiras Oye mi canto cubano, Sin libertad jamás, El alma de Fidel y Mira tus palmas, cubano, todas de exaltación patriótica. Con una orquesta dirigida por Rafael Somavilla grabó la guajira-montuno Nueva vida (sello Imprenta Nacional de Cuba).
Otras rarezas son las grabaciones de Ramón Veloz con el Conjunto Saratoga editadas por el sello Rex: Es por amarte (Juan Arrondo) y Para que te recuerdes de mí (M. Corona–H. Cabrisas) y las que hizo de los clásicos Veneración e Idilio con la orquesta de Ernesto Duarte, para el sello que regentaba con su apellido el afamado director y compositor. Linda Soroa es el título de un extended-play de 45 rpm que editaría Areíto con una selección de cuatro temas incluidos en el LP En mi Cuba tropical. De los 7 LPs acreditados a Veloz, en 4 de ellos participó Coralia Fernández, quien retiene méritos artísticos no menores a los de su esposo en la música campesina cubana.
Sus hijos Ramoncito y Coralita Veloz Fernández continuarían en diverso modo los pasos de sus padres: Ramoncito Veloz Jr. fue su nombre artístico y apenas con cinco años apareció en televisión junto a sus padres. A los siete actuó en un programa radial junto Sol Pinelli y Paco Alfonso, notables figuras del medio, y la niña Sol Aparicio. Grabó su primer LP con la orquesta de Larry Godoy: Canciones favoritas de Navidad, un disco de villancicos y temas navideños editado por Velvet en 1959 en Cuba y más tarde en Perú, y del que el sello Cubalegre publicaría en España un EP con cuatro de sus cortes. Para Velvet, Ramoncito Veloz Jr. grabó también, al menos, un sencillo acompañado por Miguel Ojeda y sus guitarras con arreglos y dirección de Severino Ramos, donde el joven Veloz se aventuró con el pregón El frutero moderno y el bolero Canto a Santiago.
Una rara grabación, al parecer producida especialmente por el Ministerio de Bienestar Social en 1959-1960 conservó la voz de Ramón Veloz Jr cantando también villancicos cubanos con el Coro de Paquito Godino. El casi niño Veloz grabaría también para el sello Duarte (Sueños de un guajirito y Yo soy guajiro de tierra adentro), respaldado por el Conjunto Guajiro de Miguel Ojeda. Ambos temas saldrían también bajo licencia Duarte por el sello Vik en México. Décadas después, ya adulto, Ramón Veloz Jr confesaría que, en lo personal, no le gustaba la música campesina y que la consideraba limitada, sobre todo en cuanto a las temáticas de sus textos, aunque reconocía su valor cultural intrínseco.
Probablemente esta opinión pesó en el futuro elegido por Ramón Veloz Jr,. Tras su paso fugaz por la música y las grabaciones, tanto Ramoncito como Coralita, probaron su talento como actores en programas televisivos y se decantaron ambos por la actuación con una destacada obra en cine, televisión, teatro, radio, donde su trayectoria ha sido mucho más sólida que en la música. No era algo que sus padres no hubiesen tentado también: tanto Ramón como Coralia incursionaron en la actuación televisiva, incluso parece ser que Ramón Veloz defendió con éxito un papel en la zarzuela Amalia Batista, puesta en escena protagonizada por la soprano Blanca Varela.
Nietos de Ramón Veloz y Coralia Fernández son la también relevante actriz Tahimí Alvariño Veloz (hija de Coralita), quien tiene un importante aval en espacios dramáticos de la televisión y el cine; y el cantante Ramón Fabián Veloz (hijo de Ramoncito), quien, en cierto sentido, ha continuado la tradición de la música cubana. En su trabajo musical destaca el CD Estuve llamándote, donde rescata parte del repertorio del compositor Remberto Bequer.
En cualquier caso, la familia Veloz-Fernández, iniciada por Ramón y Coralia, es una de esas rarezas en la música donde ambos pilares, ella y él, han contribuido por igual en la construcción de un legado cultural inobjetable y difícil de ignorar. ¡Y que siga el guateque!
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Yo no puedo escuchar bien el audio # 6. Ramón, Coralia y Ramoncito – El madrugador.
Y los demás lo pueden escuchar?