Celia Cruz en Venezuela: la talentosa desconocida
Celia Cruz llegó a Venezuela en los primeros años de su carrera musical. Esto es lo que hizo, lo que grabó y lo que vivió.
Ángel Pintado, el empresario que trajo a Celia Cruz a Caracas en 1948, no tenía muchas intenciones de contratarla. La poca popularidad de la futura reina de la salsa no parecía ser un buen negocio. Sin embargo, el 2 de octubre de ese año Celia salió de México y diez días después llegó a Venezuela.
La cubana se encontraba en el país azteca trabajando con un conjunto creado por Juan Bruno Tarraza. Formaba parte de Las Mulatas de Fuego. Para ese momento ya tenía un tiempo siendo la voz que acompañaba a estas mujeres de siluetas perfectas mientras bailaban al ritmo de la música.
En Venezuela, los inicios del mes de octubre de 1948 estuvieron signados por rumores de un posible golpe militar al presidente Rómulo Gallegos. En los círculos políticos se comentaba que el Estado Mayor le exigía expulsar del país a Rómulo Betancourt, quién había encabezado la anterior Junta de Gobierno.
En medio de ese clima enrarecido, los caraqueños pasaban el tiempo divirtiéndose en el Coney Island, un parque ubicado en el este de la ciudad. El cantante cubano Kiko Mendive y la bailarina criolla Yolanda Granados, eran algunas de las estrellas que presentaban su show.
Las salas de cine del oeste de la capital exhibían películas como Los siete jinetes de la victoria con Gary Cooper y Madeline Carrol. Por su parte, el cine Ayacucho anunciaba el estreno de Señora tentación, con Susana Guízar, David Silva y Ninón Sevilla. A pocos metros de esta sala, se encontraba el Hotel Majestic, cuya taberna anunciaba el próximo debút de un grupo de bailarinas cubanas junto a una cantante que haría historia.
Celia y Las mulatas de fuego
Roderico Neyra Rodney, coreógrafo del cabaret Tropicana de Cuba, tuvo la idea de convocar en 1947 a un grupo de jóvenes vedettes para crear un cuerpo de baile que se llamaría Las Mulatas de Fuego. Aunque algunas de estas mujeres tenían aptitudes para el canto, paralelamente había que buscar una voz solista femenina de carácter potente y envolvente que las representara.
Para ese entonces Celia Cruz ya cantaba y gozaba de cierto reconocimiento en el medio. Había conocido a Elena Burke, una de las integrantes de Las Mulatas en 1944 cuando ambas trabajaban en la emisora Mil Diez, cantando con la orquesta gigante de Kiko González Mantici. Tres años después, Cruz demostraría su capacidad para formar parte de la agrupación junto su ex compañera de trabajo. En 1948 debutó como parte de este grupo en el teatro Fausto de la Habana con la producción Serenata mulata de Bobby Collazo.
Debút en Venezuela
El 20 de octubre de 1948 Celia Cruz se presentó en La Taberna del Majestic junto a un grupo de hermosas mujeres: Mercedes Montaner, Olga Socarrás, Anita Farías, Mercedes Lafayette, Elena Burke, Vilma Valle y Virginia Morales. Tal fue el impacto que generó Celia que al día siguiente, en coincidencia con su cumpleaños número 23, apareció como solista en la radio venezolana.
Celia va a la radio
En la misma emisora caraqueña donde pocos años antes había cantado Mirtha Silva, Celia Cruz se presentó en su primera temporada en Venezuela. Estuvo en Radio Cultura el 21 de octubre de 1948 a través del programa Eslabones de oro, en horario prime time de las 8:00 pm.
Poco tiempo después, los rumores de principios del mes de octubre empezaron a cristalizarse. El 24 de noviembre, el gobierno de Gallegos dejó de tener el respaldo de las Fuerzas Armadas a través de la sublevación del mayor Tomás Mendoza. En ese entonces, estalló un movimiento que detuvo al presidente y a su gabinete para darle paso a una Junta Militar presidida por el coronel Carlos Delgado Chalbaud.
Esa noche, Celia Cruz encabezaba el cartel de actuaciones de Radio Caracas Radio en el espacio Bingo alas de las 7:30 pm. No obstante, el toque de queda instaurado por los sucesos políticos detuvo las jornadas musicales desde ese día. Estaba aquí cuando hubo el toque de queda. A las seis de la tarde nos recogíamos en casa de los hermanos Soteldo, Elisa, Salvador y Antonio María, para reunirnos a cantar toda la noche, contaría Celia en 1980.
Grabaciones en Venezuela
El gobierno democrático de Gallegos, signado por el respeto a las libertades públicas y buenos ingresos petroleros, dio pié al desarrollo económico del país. De esta situación se benefició la industria del disco.
A través de la marca REX de J. M. Benarroch & Cía, Venezuela se aventuró por primera vez a la fabricación de discos para fonógrafos, teniendo en su plantilla de talentos a la orquesta Leonard Melody del trompetista venezolano Leonardo Pedroza.
Antes de irme de Venezuela hice grabaciones con la orquestas de Leonardo Pedroza, Luis Alfonzo Larrain y la Sonora Caracas. Esas fueron las primeras grabaciones de mi vida. Aunque no trascendieron, algunas no salieron, contó Celia Cruz en 1980.
Entre esas primeras grabaciones se encuentran: Mambé, El cumbanchero, Quedate negra y La mazucamba con la orquesta Leonard Melody. También las realizadas con el sello discográfico de la orquesta de Luis Alfonzo Larrain: Comparsa barracón, Morumba, Se acerca la comparsa y Rareza del siglo.
Mención aparte merecen las que hizo con la Sonora Caracas, en un inicio concebidas para el también incipiente sello disquero local Verco, manejado por el productor Miguel Angel Piña (quien tuvo éxito años más tarde con el Palacio de la Música) y el empresario argentino Isidro Galán. Éste último se dedicaba a la fabricación de discos para ser procesados y distribuidos desde Estados Unidos.
De las cuatro grabaciones hechas por Celia Cruz con ese conjunto local, Un poquito de tu amor, Rumba columbia, Que jelengue y Pa gozá, sólo vieron la luz pública las dos últimas.
Celia terminó su primera gira por Venezuela el 25 de diciembre de 1948.
Su segunda visita al país no se dio precisamente en la capital. Para el 5 de marzo de 1950 estaba cumpliendo actuaciones en Maracaibo –provincia situada al occidente del país– como vocalista de la Orquesta Anacaona, también conformada solamente por mujeres. Estas fueron contratadas en esa oportunidad para hacer bailes en el Centro Social Mara y el Standard Sport Club, en eventos transmitidos por la emisora local Ondas del Lago. No existen evidencias de grabaciones discográficas en este período.
Celia Cruz aún no lo sabía, pero en pocos meses formaría parte de la Sonora Matancera. Esta orquesta le permitiría realizar grabaciones masivas y hacer giras internacionales en plan de estrella, como su tercer viaje a Venezuela para los carnavales de 1955 en mancuerna con el cantante Nelson Pinedo. de allí no pararía hasta llegar a la cima.