Delirio colombiano de sonidos
La potente escena alternativa colombiana está viviendo sus años más prósperos con trabajos dignos de celebrar.
Antes de empezar, una acotación coyuntural que creo pertinente y que no debería dejar pasar por la simple idea que se tiene de que la cultura y la política no comparten espacios:
Octubre en latinoamérica fue un mes de rebelión en el que se sintió el despertar de una generación que no se conforma con las injusticias y que pide un cambio. Una lucha que se tomó las calles en países como Ecuador, Chile y Bolivia para exigir condiciones dignas y trato justo por parte de sus gobiernos, una exigencia apenas lógica de parte de una ciudadanía en democracia que pide a los mandatarios que eligieron respeto por sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.
En Colombia habiendo tantos motivos para generar una movilización masiva frente a temas tan diversos que van del respeto a la vida de los líderes sociales asesinados, a la corrupción en la educación, pareciera demorarse todavía esa gota que rebosa la copa de la indignación y solamente un sector de la educación en Bogotá salió a hacerse sentir en las calles.
En medio de todas estas manifestaciones y de unas elecciones políticas que acapararon la atención en los principales medios de comunicación —y que marcarán el destino de estas tierras en los próximos años—, hubo ciertos momentos en los que la música fue ese refugio para abstraerse de una realidad que pareciera nunca dejar de ser caótica. Esta selección —caprichosa, como suelen serlo casi todas las compilaciones— es un recorrido por aquello que nos dejó la próspera escena alternativa nacional, con algunos de los lanzamientos que entraron por nuestros oídos para alivianar nuestra existencia y desconectarnos, al menos por el tiempo que dure una canción o un álbum, de este frenesí que implica vivir en constante incertidumbre.
Los Pirañas - Historia Natural
Cuando tres mentes desbordadas en genialidad —Mario Galeano (Frente Cumbiero, Ondatrópica), Eblis Álvarez (Meridian Brothers, Chúpame El Dedo) y Pedro Ojeda (Romperayo, Chúpame El Dedo)— se juntan para darle vida a Los Pirañas, algo en el cuerpo se fracciona y se derrite. Su tercer disco, Historia Natural, publicado por el sello alemán Glitterbeat Records, es una reminiscencia a los procesos investigativos de la música que cada uno de sus integrantes ha tenido desde su adolescencia y que ha venido impactando cada uno de sus trabajos, desde Toma tu Jabón Kapax, hasta La Diversión que Hacía Falta en mí País. Según Eblis Álvarez: esta vez tratamos de orientarlo hacia un concepto más melódico, más formal, eso fue el enfoque especial (…); hicimos lo que siempre hacemos, mandarnos al estudio a ver que sale a partir de nuestras idiosincrasias. En las diez canciones que hacen parte de Historia Natural no solo está la tropicalia latente del trío con su característico sonido de sintetizadores fantasmagóricos, riffs lisérgicos y percusiones bestiales; también se encuentra la visceralidad que muta entre canciones como Puerta del Sol, que tiene una referencia clara a Alfredito Linares y su canción Tiahuanaco; Todos Tenemos un Hogar, que evoca un sonido quizás más campesino y andino, o Palermo’s Grunch, que pareciera un junte entre el House of the Rising Sun de The Animals, con la libertad creadora de Santana en Woodstock y el latir del boogaloo candente, además de otras exploraciones rebajadas como en Quedar Bien con el Oyente. Es, en últimas, una creación salida de los estudios Isaac Newton en Teusaquillo que refleja no solo el virtuosismo de este trío, sino ese sentimiento de rareza encantadora que siempre inspiran y agradecemos de Los Pirañas.
Mitú -Tandem
Ante todo es una declaración. Es como poner a flor de piel un sentimiento y decir ‘esto es lo que siento’, sin rodeos. Así, concreto y literal, describe Julián Salazar la quinta placa de Mitú, dúo que comparte junto a Franklin Tejedor Lamparita, y que para esta ocasión contó con la participación de artistas como Ela Minus en No te Vayas sin Decirme a Dónde y Salta; Marsha Waris en Perla y Verdes Ojos Chinos; y Yiset Pérez en Volando. Tandem es el resultado de un proceso evolutivo en el sonido de la banda que se alejó de la etiqueta de “techno de la selva” que los acompañó en un principio y que fue migrando a unas revoluciones más rebajadas en Cosmus (2017) y una creación paisajista y ambiental en Los Ángeles (2018). Sin embargo, para esta ocasión, hubo un elemento adicional y fue la literalidad del discurso, esas letras cortas pero concisas que reflejan un sentimiento ahogado que necesitaba ser dicho. Es una oda a la distancia, a las despedidas, a la lejanía latente, al si tuviera otra vida, toda entera me la gastaría volviéndote a encontrar, que sale de la voz arrulladora y nostálgica de Ela Minus, y al vuelo alto con mi mente, y creo que aterrizo sobre ti. Cruzo el mar para verte, mientras tu duermes pensando en mí, de Marhsa Waris con ese anhelo de reencuentro, con ese afán de deseo.
La Muchacha - Los Ríos
La Muchacha se llama Isabel. Isabel Ramírez Ocampo. Carga en sus manos una guitarra a la que acaricia igual con dulzura que con rabia. Su voz es la de una muchacha cuya canción brotó hace tres años de las montañas manizaleñas, pero con una esencia de nómada que va tomando de los territorios que transita las historias que luego convierte en relatos. Relatos que después musicaliza. En 2018 hizo su debut con el disco Polen, y a punto de acabarse el 2019 compartió Los Ríos, el primer sencillo que se desprende de su segundo disco que tendrá por nombre Canciones Crudas y que verá la luz en febrero del 2020. La canción, comenta ella, está dirigida a quienes se quieren robar el río y amputarle su condición. Es un reclamo y un canto al agua. Y así como el agua, escucharla es profundamente refrescante, no solo por lo enviciante que resulta su canto latinoamericano, sino por lo que representa para una escena independiente que está ávida de descubrir y mantener en el radar estas nuevas voces.
Las Hermanas - Masajes
Masajes no pudo haber sido un mejor nombre para el nuevo disco de Las Hermanas. Una suerte de ambient contemplativo, con la esencia ritual de percusiones, bases antillanas y una abstracción sintética que acaricia las neuronas de una forma dulzona y elevada. El quinto trabajo —sin contar discos colaborativos y EPs— de Diego Cuellar a.k.a Las Hermanas, es una búsqueda interna de paz, con sonidos meditativos y una conexión de dos mundos: el vaporwave y la salsa romántica. Yo me empecé a encarretar un poco además del ambient y todo eso, con el vaporwave. Yo sé que esa onda ya dejó de ser tendencia, pero quería a partir de ahí hacer una cuestión ‘tropical’, sobretodo porque el vaporwave y la salsa rosa comparten un sintetizador digital —el Yamaha DX7—, dice Cuellar del otro lado del teléfono. El resultado son trece canciones que se desmarcan de todas sus exploraciones anteriores, mucho más cortadas, ruidosas y frenéticas. Masajes es un soundtrack perfecto para tirarse en el piso a mirar el techo y perderse de todo el caos que abruma al mundo actual.
Stefficrown - Bazuco
En un mundo donde el trap gringo fue apropiado por artistas mainstream latinos y se volvió tendencia en lo urbano durante un tiempo, pareciera difícil encontrar alguien con una propuesta alejada de la pretensión comercial y aferrada a la esencia de mantenerlo under, de nicho y certero. Desde las profundidades de la capital de la salsa en Cali, Stefficrown lleva un par de años cocinando una propuesta que responda a eso. A veces imprimiéndole un aura espiritual y a veces asumiendo riesgos y soltando veneno de frente. Bazuco es uno de los sencillos que se desprende de su mixtape 3WK (Third World Kings) y que ella misma define como una mirada a la doble moral que existe en un entorno muy cristiano, pero a la vez con una falta de humanidad. Es una mirada a lo crudo, el deseo, la culpa, la pena pero a la vez la pasión de ser ese ser humano y ardiente en una sociedad que juzga esa crudeza y la oculta. En su Instagram la imagen de una virgen de velo rojo sobre un fondo rojo se extiende sobre una simbología que representa el trago, el sexo, las pastas, lo químico y la religión. Es un tema que pareciera ser una declaración del deseo, pero que a su vez funciona como una declaración a la adicción.
Sr. Pablo & Thomas Parr - Polar
Cuando Sr. Pablo y Thomas Parr —dos de los nombres que hacen parte de la próspera nueva sangre en el rap paisa— sueltan sus flows en Polar, sobre un beat minimalista y con cadencia boombap, parecen hacerlo surfeando entre nubes densas y de aroma dulzón. Esas que producen tos después de inhaladas. Más que una colaboración es una complicidad, el complemento de dos estilos y el lenguaje musical en el que se encuentran para hacer introspección y asociación libre. El sencillo es la primera muestra de un EP que llevará por nombre Levitar, producido por Thomas Parr y que verá la luz en noviembre. Además de esto, según Sr Pablo ‘Polar’ fue paradójicamente el último tema que creamos para el EP, pero luego de crearlo lo pusimos ahí y salió de primero porque es el único tema que es con boombap, rapero, de resto todo son exploraciones musicales, en cuanto ritmos flows, temáticas.
Latencia y Varios - Instrumentos remixes
La música suele entenderse como un lenguaje universal, un cliché repetido un millón de veces, pero en pocas ocasiones reconocido realmente como tal y puesto al servicio de la sociedad. Instrumentos, del trío bogotano Latencia, conformado por Enrique Melgarejo, Andrés Bongie Giraldo y Andrés Emilio Mira, es una declaración sutil a ese poder transformador de la música y su papel en las coyunturas actuales. Para Melgarejo, este que es el primer sencillo de su segundo disco, es una una reivindicación del presente, una celebración de estar vivos en estos tiempos en que la cultura se reinventa y se reinterpreta a cada instante gracias a las tecnologías existentes. Por esta razón tiene sentido que su naturaleza haya mutado a través de la visualización de seis productores locales dentro de los que se encuentran Junn, Santiago Navas, Ordig, Sonique, Andrés Santa y Analogías, quienes desde cada uno de sus rincones sónicos le dieron una nueva vida a esto que tuvo como resultado “Instrumentos Remixes”: las canciones como instrumentos, como excusas, como motivaciones de otras causas.
La BOA - Máquina
La Bogotá Orquesta Afrobeat está de vuelta después de dos años desde su último disco Volumen. Su regreso está marcado por una actitud contestataria más latente, como una respuesta al aquí y el ahora en sus letras y una evolución sonora donde todavía permanece marcado el camino del afrobeat y el sonido caribeño/antillano, pero donde también se exploran las conexiones con lo electrónico y conviven para crear una sensación de futurismo y psicodelia. Daniel Michel, uno de los fundadores del ensamble, opina sobre Máquina, que es un álbum que se equilibra entre temas instrumentales y canciones con letras que retratan acontecimientos recientes de la realidad colombiana y que aluden a la convulsión de los tiempos que vive el planeta, algo que se ve en canciones como Mancha Negra, Sin Ley y otros más motivadores como Por Eso. Un trabajo que no solo muestra la inquietud por intervenir su propio sonido, sino la intención de narrar su realidad contemporánea.
El Último Meridian - Muere una Flor
En la voz de Rafael Orozco, en 1980 con el Binomio de Oro e insertada en el álbum De Caché del mítico conjunto vallenato, Muere una Flor es un derroche de poesía nostálgica arrullada por ese acordeón que evoca al Caribe y que se ha insertado como un himno de cantina, de calle, pero sobretodo, de pasional recuerdo sin importar la hora o el lugar. En la voz de Eblis Álvarez, reemplazado el conjunto vallenato por máquinas de sonidos disparatados, esta versión del clásico vallenato adquiere un sentido delirante, como una balada amorfa pero igualmente bella. El Último Meridian, para Álvarez es simplemente unos covers tratando de ser electrónicos de esas canciones del Binomio que a mí me parecen muy bonitas. El proyecto está dedicado a una especie de una simulación de ghettos de distintas clases, dentro de una especie de contexto lo-fi podría decirse. El proyecto, aún en construcción, espera ver la luz en el 2020, así que pendientes al ghetto lo-fi.
Soul AM - AM Life
Después de su celebrado Jazz Affair de 2017, el beatmaker paisa Soul AM vuelve al ruedo de las instrumentales cálidas con AM Life, publicado por el sello independiente alemán Vinyl Digital GmbH. Con un sonido único en el que su gusto por el piano, el contrabajo, los vientos y la naturaleza de las percusiones libres en las jazz ballads, el free jazz, el bebop y el cool jazz atemporal, Soul AM deconstruye por medio de samples y vuelve a construir piezas que evocan paisajes que invitan a la abstracción y la contemplación dedicada. Para el beatmaker paisa este disco suena a jazz, suena cálido, un álbum realizado sin pretensiones donde definidamente prima el arte, la música y el sampling. Vale comentar también que este trabajo que para muchos puede pasar desapercibido, salió de Medellín para colarse en el top 20 en ventas en las tiendas de Europa.
Granuja - Vergüenza Propia
En los relatos de Granuja habitan dos personajes: el que analiza, señala y discute lo que pasa afuera y el que se sienta, se mira y se construye a través de la introspección. En ambos hay algo en común y es un estilo que ha venido mejorando a través de cada disco, su facilidad para descontextualizar una idea, un refrán o una frase y acomodarlo a sus pretensiones, para que casen en su discurso. El resultado es siempre un deleite. Él mismo describe su último trabajo como una búsqueda del significado del hombre en la existencia desde su punto de vista y agrega que es un disco que a pesar de ser introspectivo, sigue reflejando la realidad social, teniendo en cuenta al hombre como punto de referencia. En medio de todos los procesos, cambios y exploraciones que hay en el rap de Medellín en la actualidad, Granuja es un elemento que vale la pena escuchar de manera detenida, no solo por la calidad de su pluma sino por la manera en la que esto se hermana con sus beats pesados.