Pelucas de colores y tacones en formas geométricas: La moda de Celia Cruz a través de los años (Fotos)
Una nueva exposición muestra los vestidos y objetos de la diva cubana. Aquí, un adelanto.
Al igual que su música, el estilo de Celia Cruz evolucionó durante su larga carrera, reflejando las modas y los momentos sociales de cada época, y sobre todo, manifestando su propia identidad como artista. El Museo de la Diáspora Cubana en Miami acaba de inaugurar la muestra más grande hasta ahora de vestuario y accesorios de Celia en la exposición Forever Celia y aquí les presentamos en exclusiva algunas de estas piezas.
Aquí en Gladys Palmera, ofrecemos un preview de la muestra con un homenaje fotográfico al estilo de Celia Cruz.
“Celia siempre decía que cuando estás en el escenario tienes que lucir diferente; es parte de tu show, tienes que vestirte como artista”, recuerda su albacea Omer Pardillo, quién, como último manager de la cantante, le acompañó por sus viajes por el mundo.
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En los años cincuenta en Cuba, vemos a Celia la vedette, con ceñidos vestidos de cóctel al estilo de las estrellas de Hollywood, con tacones altos y el pelo liso. Fue en el Nueva York de los liberales sesenta y setenta que la cantante llevó su pelo al estilo afro. Tal como la música de Fania celebraba los ritmos afrocubanos de raíz, Cruz proclamaba su identidad como mujer negra portando dashikis y estampados africanos.
Más tarde, ya consagrada como “la reina de salsa,” y toda una estrella latina de pop, sus peinados se volvieron más elaborados y rubios. En sus últimos años era de rigor verla con vestidos con forma inspirada en la clásica bata cubana, muchas de estos creados por la diseñadora cubana Irma Peñalver. Celia Cruz también se destacó por sus esculturales zapatos hechos a la medida con tacones de formas geométricas que desafiaban la gravedad. Su zapatero por excelencia fue el diseñador mexicano Miguel Nieto.
“El Sr. Nieto empezó a hacer esos zapatos para ella en los años sesenta”, cuenta Pardillo. “Siguió haciendo sus zapatos hasta que él murió, creo que en los años setenta. Celia guardó todos los zapatos diseñados por él. Los teñía para hacer conjunto con un vestido, y después los volvía a teñir para otro vestido – hacía eso como 25 veces con cada par. Eran muy cómodos.”
Cruz llevaba pelucas llamativas en los escenarios y en los videos durante su última etapa profesional, pero como muchas artistas, el pelo postizo y las pelucas ya se habían vuelto imprescindibles para la cantante desde hacía años.
“En Cuba en los años cincuenta, Celia usaba una plancha caliente para alisarse el pelo”, cuenta Pardillo. “Lo hizo tanto que se le empezó a caer un poco el pelo. Entonces cuando llegó a Nueva York, el peluquero le dijo, ‘debes empezar a llevar pelucas’”.
“Y así se sentía más cómoda, porque así no tenía que pasar tanto tiempo en la peluquería. Empezó con pelucas negras normales, y más tarde empezó a ponerse ‘funky’ con colores. En la última parte de su vida, se puso todos eses colores locos: verde, amarillo, rosa. Antes de que esas pelucas se pusieran de moda, ya las llevaba Celia”, dice Pardillo·
En el ocaso de su vida, Celia se desbordó de color y actitud en su estilo personal y en su música, marcando tendencias. El video de “La negra tiene tumbao” es un ejemplo de cono se arriesgó a fusionar ritmos urbanos, portando “bling”, colores brillantes y pelucas cada vez más grandes.
Después de la muerte de Celia Cruz en 2003, se vendió el penthouse de Nueva Jersey donde vivía con su marido Pedro Knight. Las pertenencias de la cantante fueron almacenadas – ocuparon siete trasteros.
Parte del vestuario de Celia ha sido donado al Smithsonian y a otras instituciones. La Celia Cruz Legacy Project, fundación que gestiona su patrimonio, cuenta con unos 150 vestidos, 35 pares de zapatos, y una variada oferta de pelucas, entre otros bienes que se pueden ver en el Museo de la Diáspora Cubana hasta marzo 2019 y que aquí presentamos un adelanto.
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