La voz de seda de Nella Rojas
La cantante venezolana presentó Voy, su álbum debut, producto de dos años de trabajo con el compositor Javier Limón.
Cuando la venezolana Marianella Rojas estudiaba en el Berklee College of Music de Boston, resaltaba por su versatilidad. Podía cantar música brasileña, R&B, boleros. Podía adaptarse como camaleona a casi cualquier género. Pero siempre quedaba en el aire una pregunta que solían hacerle: “¿Quién eres?” La respuesta comenzó a cobrar forma una vez que se juntó con el productor español Javier Limón y se cristalizó en Voy, su primer álbum.
En dos años de trabajo creativo, que tuvieron hasta una pizca de psicoanálisis, se configuraron 13 canciones de historias en sepia, letras entrañables y melancólicas, envueltas en un sonido que se ubica en algún punto difuso entre el Caribe y el sur de España.
Fue difícil construir un concepto, pero las piezas fueron cayendo donde tenían que caer. Es una mezcla de muchas cosas. Copla, rumba flamenca, jazz… Ahí están mis raíces venezolanas e influencias andaluzas, dice la cantante, todavía emocionada por la experiencia del showcase: La primera presentación oficial de Voy no se hizo en un teatro ni en un bar. El 31 de mayo los pasajeros de un vuelo tempranero de Iberia de Madrid a Lisboa se encontraron a Nella micrófono en mano, moviéndose entre los asientos a 10.000 pies de altura, develando su recién horneado álbum debut.
Me llaman Nella fue la canción que inauguró esta etapa de su carrera. Fue un tema que Limón escribió cuando estaban en un hotel en Colombia, a donde viajaron para compartir con Carlos Vives, Totó La Momposina y Herencia del Timbiquí. En un descanso, el español se fue a su habitación inspirado y al rato la llamó para cantársela: Me llaman Nella, la de la voz quebrada / paso la noche en vela cantando coplas de madrugada.
Todo el proceso se dio vía whatsapp, cuenta ella. Salvo Fin de Fiesta, una copla que popularizó Concha Buika, todas las canciones las escribió Limón en estos tiempos, a imagen y semejanza de la margariteña. Todas las creó considerando sus opiniones, adaptándose a ella, procurando reflejar sus ideas y sentimientos. Por ejemplo, Volver a mi Tierra, que fue difundida junto a un videoclip que protagonizaron rostros conocidos del arte y el espectáculo en Venezuela, expresa sus anhelos y los de muchos de sus compatriotas por regresar al país suramericano que ahora atraviesa tiempos política y socialmente convulsos.
Siempre me estaba mandando letras o melodías sencillas para que yo pudiera convertirlas en mías —cuenta Nella—. Las letras están adaptadas a mí. Al final, es nuestra obra. La elaboración del disco también representó una gran experiencia para Javier. Creo que tenía años sin escribir un disco entero. O no sé si lo había hecho alguna vez.
En Voy abunda el cajón flamenco, la percusión menor, las guitarras y bajos. No se usó mucho más, porque Limón quiso desnudar la voz de Nella. Este es un disco de tu voz. No tengas miedo. Que tu voz siempre esté arriba, que nada la cubra. Así le decía él, buscando realzar esa voz aguda y sedosa que se quiebra ligeramente. Una voz que toma el quejido del cante jondo pero no lo lleva al extremo; más bien lo dulfica sin desgarrarse. Una voz que acaricia con las uñas pero nunca las enterriera en la piel.
El concepto deVoy va de canciones como Pero Hoy, una copla cargada de nostalgia por tiempos que no volverán, a Voy, el sencillo que le da título al álbum e inicia el recorrido con una suerte de son cubano tocado en una playa de Cadiz. Por el mismo camino, más tropical y con arreglos para metales, anda Por Verte Otra Vez. En medio, se ubicarían piezas como Te Dirán, en la que comparte con el cantautor venezolano Ilan Chester, a quien admira desde niña, y con el cuatro del virtuoso Jorge Glem, miembro del ensamble C4 Trío. También compartió con la sevillana Alba Molina en Una y Otra Vez, una de las pistas más logradas del disco.
Todas las canciones de Voy fueron escritas por Javier Limón y cantadas en castellano. Todas menos una que se titula 1000 Miles, con letra en inglés y compuesta por un artista conocido en otros rubros, el cineasta y escritor David Trueba.
De Margarita a Nueva York
Nella comenzó a estudiar canto en su natal Margarita a los 11 años de edad. Comenzó a formarse en la Escuela Contemporánea de la Voz en Caracas cuando fue becada para irse a Berklee. Estando en Boston, se encontró con un merengue caraqueño escrito por los venezolanos Pablo Camacaro y Henry Martínez, llamado La Negra Atilia, que hizo suyo, cantándolo a capella y acompañándose únicamente con sus palmas. El revuelo que generó esa interpretación colgada en Youtube abrió esta página de su vida.
La Negra Atilia de Nella enamoró a Limón, guitarrista y autor con un currículum imponente, que guarda en casa una decena de premios Grammy y ha escrito y producido canciones para más de cien discos de artistas de renombre como Paco de Lucía, Wynton Marsallis, Caetano Veloso, Bebo Valdés, Diego El Cigala, Anoushka Shankar y Concha Buika.
Nella Rojas había lanzado varios sencillos. Había realizado giras cortas dentro y fuera de Estados Unidos. Había cantado con gente como Alejandro Sanz, Susana Baca y Luis Enrique y con bandas como Los Amigos Invisibles, Monsieur Periné, Caramelos de Cianuro y Guaco. Había participado en la banda sonora de la película Todos lo Saben del director iraní Asghar Farhadi, protagonizada por Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín. Pero aún no había experimentado la emoción de tocar con sus propias manos su primera obra.
Ahora Nella, quien vive en Nueva York, se prepara para encarar giras más extensas de lo que está acostumbrada. Muchos conciertos en España y Estados Unidos. Todo la entusiasma y así lo manifiesta: Es lo que había soñado toda la vida. Todo ha sido mejor de lo que hubiera pensado.
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Gracias Nella por representarnos con amor! Gracias Gladys Palmera por hacerle un espacio a el talento de Venezuela!!!