Los colores de aquel trópico
Color de Trópico es más que un recopilatorio. Es un trabajo de curación y reconstrucción de la época dorada del disco venezolano.
Dos cosas llaman la atención de este álbum recopilatorio desde el primer momento: su nombre y su carátula. Sobre el nombre, Color de Trópico, uno de sus dos productores, Paulo Olarte aka El Dragón Criollo, anota: Hay un momento en que yo me digo: bueno, estamos enfocados en el trópico, en un lugar que es Venezuela, pero que abarca mucho más, que se refleja en países como Colombia o Panamá. Y en efecto, es todo un colorido de sonidos diversos, salsa, jazz, funk, cumbia, rock, pero envueltos por el calor del trópico.
En cuanto a la carátula, muestra una pelea de boxeo entre Pedro Blanco y Luis Bustamante por el peso Pluma C. Todo un símbolo de una Venezuela donde pasaban muchas cosas, muchas más de las que parece hoy recordar la historia. Maurice Aymard aka El Palmas DJ, lo resume así: Este recopilatorio es como para decir: mira todos los ritmos que se hacían en Venezuela en aquella época y la calidad que tenían. A lo que habría que agregar que son cosas que fueron influencias para generaciones posteriores. Tu escuchas al Grupo Almendra y dices: esto me suena a Los Amigos invisibles. Soul, funk, tu sabes.
Color de Trópico es más que un recopilatorio. Es un cuidadoso trabajo de curación y reconstrucción de ese momento venezolano, que realizaron El Palmas DJ y El Dragón Criollo; ocho joyas publicadas originalmente entre 1966 y 1978, donde abundan los ritmos y mezclas hechos por gente muy conocida y por artistas cuyo recuerdo se ha esfumado.
Están presentes: el sexteto de rock & twist Los Darts con Despertar; el inmortal Hugo Blanco con una creación muy deciente: Guajira con Arpa; el pachanguero combo Los Capri con Gaita Universal; el rey de la salsa & baile tropical Nelson y sus Estrellas con Fantasía Latina; el misterioso y talentoso Germán Fernando y su Orquesta con Socorro Auxilio; el psicodélico, funky y experimental Grupo Almendra con Tu y Yo; el rey de los teclados Tulio Enrique León con Bimbón; y La Retreta Mayor, una auténtica big band caraqueña dirigida por el guitarrista Alex Rodríguez (ex Aldemaro Romero, ex Mario Bauzá) con Zambo, que te presentamos aquí en Radio Gladys Palmera.
Hay ciertas cosas que vale la pena tener en vinilo, definitivamente, dice El Dragón Criollo. Y este es un caso. Y con esto pasó una cosa muy interesante, que son cosas que nunca habían estado reeditadas; y hubo un par de temas que prácticamente nos tocó mandarlos a restaurar. No era solamente cuestión de masterizar. Por ejemplo, Zambo, de La Retreta Mayor.
El Dragón hace cuentas mentales mientras recuerda: Llegó el disco, pero estaba lleno de clics y pops, y se masterizó, pero el sonido no era. Nos decíamos: no podemos sacar eso así, sería una falta de respeto. Y no se había podido conseguir el master. Entonces la gente de The Carvery en Londres se encargó de limpiar y quitar todos los sonidos que pudieran estar de más, al máximo, para dejar el tema sonando muy bien. Es un trabajo muy interesante y un proceso muy lento. Eso tomó como un par de semanas. Pero fue una sorpresa muy agradable.
En los años 70, si mal no recuerdo, cuatro bolívares era un dólar, recuerda El Palmas. Nosotros viajábamos con nuestros bolívares a Estados Unidos. No nos costaba nada. Era el boom del petróleo. Se viajaba. Los promotores podían traer artistas, los sellos tenían sus propias máquinas; es decir, no hacía falta nada… Moises Daubeterre, Ajoporro, del Grupo Mango me decía: Yo me levantaba un martes, juntábamos a unos cuantos amigos míos, el miércoles por la tarde comprábamos el ticket, el jueves nos íbamos pa’ Nueva York, veíamos a Héctor Lavoe y el sábado nos devolvíamos.
En efecto. Venezuela en los años 70 era una potencia musical, no sólo por la cantidad de bandas y artistas y la enorme riqueza sonora, sino por una industria discográfica y de grabación que sólo tenía comparación con Estados Unidos. La razón era el boom del petróleo. Y la música vivía una época dorada con bandas de salsa que producían sin parar como Los Dementes o el Sexteto Juventud, y orquestas capaces de contratar grandes figuras internacionales de la música como hizo la Dimensión Latina con Andy Montañez.
Pero detrás de ese boom estaba una gran dinámica de creaciones constantes en los barrios y los campus universitarios. Talento musical sobraba y dinero había para permitir que cada uno expusiera su talento, más allá de los géneros musicales más conocidos.
La idea era para mi rescatar ese tipo de cosas que en su momento no tuvieron un gran auge, que no fueron famosos, dice El Dragón Criollo, que no fueron conocidos, que de pronto sonaron, pero que no tuvieron el auge de otros temas de la época, que no fueron hit, pero cuando los escucho hoy en día pienso que es música completamente atemporal. Es música que sigue siendo “bacana” y que no tiene lugar definitivo en el tiempo y en el espacio. Es buena música.
Entonces de ahí, de toda esa variedad, es que yo decía: bueno, tratemos de meternos en algo, pero no hagamos un recopilatorio de salsa, ni solamente un recopilatorio de cumbia, Es que, no sé, está pasando tanto en un mismo lugar. Tratemos de abarcarlos todo y miremos a ver por donde se nos da la cosa. Pero es un experimento, porque también están los puristas que van a decir: ¿cómo así? Nosotros estamos acostumbrados a coleccionar música de un solo género. Pero hasta el momento, la verdad, la respuesta de la gente ha sido supremamente positiva.
Color de Trópico es una selección del joven sello discográfico El Palmas Music, que ya ha realizado discos de La Jungla, El Dragón Criollo, Ángel Rada, Daniel Grau y Acid Coco. Un universo de sonidos lleno de artistas tradicionales y apuestas nuevas que debía tener este tipo de trabajos para mostrar el pasado transcendente de la música tropical.
Empezamos a hacer el recopilatorio juntos y yo le enviaba cinco o seis temas, y luego a ver las posibilidades de conseguir los masters, o de pronto conseguir los vinilos, cuenta El Dragón. Yo más o menos tenía contactos con varias discográficas de Venezuela, argumenta El Palmas, pero no fue fácil por diferentes razones. Así que al final la curaduría vino de los sellos Discomoda y de Palacio de la Música.
De hecho son dos compilatorios. El segundo debe salir a comienzos del otro año y va a mostrar este camino pero de forma ascendente. In Crescendo.
Refiriéndonos al Grupo Almendra, decíamos que aquí se muestra la Venezuela altamente sensorial que transitaba por los años 70 del Siglo XX. Marcada por el boom de la salsa, esa Venezuela mira también hacia otros terrenos más alternativos, más rock y más eléctricos. Pues bien, esta obra de curación y reconstrucción compilada por ellos es una forma de ver la universalidad de la música y el talento de unos artistas para ofrecer sonidos que suenan bien en cualquier época.