Caballitos y perdices: así es la escena urbana tropical en Granada
En esta edición de Gladys en Escena: Eclecticismo, buena onda, ganas de sudar y de mover el culo.
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Ya sabemos de la Alhambra y de Morente, ya sabemos del flamenco. Y quién más y quien menos también ha oído hablar de Dellafuente o de Maka. Lo que quizá se nos escapa es que en Granada existe una escena tropical que lleva años creciendo y resistiendo. Porque no es fácil para propuestas así sobrevivir en una ciudad tan pequeña y con tanto movimiento: mucha gente de paso y poca que se queda. Con todo, diversos colectivos trabajan con sonidos sabrosos, tradicionales, de Latinoamérica y otros lugares del mundo, sin quitar ojo a nuevos lanzamientos y tendencias. Viajamos hasta Granada para descubrir a Caballito, La Perdiz Tropical y El Bote de la Salsa.
Cuenta Bigote, la mitad de Caballito, que la canción “Laura se te ve la tanga”, de Damas Gratis le gustó tanto la primera vez que la escuchó que le hizo ponerse a investigar sobre ritmos latinos, centrándose en la cumbia. En ese momento, Grita (la otra mitad) andaba en lo mismo y buscando y buscando llegaron a ZZK, ahí es nada. Corría el 2010 y estos dos DJs decidieron que tenían que hacer fiestas en las que sonaran estos ritmos, descubrir a la gente la cumbia digital. Ahí nace Caballito, que son colectivo de DJs y es también un sello en el que cabe todo: desde el sucio tropical bass de Kid Cala a la delicada locura de Paquita de las Penas, del merengue trepidante del suizo Puta Final Feliz, a la elegancia del hispanomarroquí Lemonboi.
Han trabajado con Cholita Sound, Rafael Aragón o Kuto Quilla entre muchos otros. “Comenzamos con mixtapes propias para promocionar nuestras fiestas y ahora damos cabida a todo tipo de artistas que empiezan en esto de lo tropical, nos da igual que tengan 30 followers en Soundcloud, que sean propuestas raras, lo que nos importa es la calidad e intentamos darles toda la difusión posible a través del sello, sin importarnos el estilo o las etiquetas”, dice Bigote, que se encarga de la estética tan característica de Caballito, de las portadas y la parte gráfica. Grita es quien busca nuevos artistas y lleva el peso del sello, está más centrado en la producción de las fiestas, en las que ambos pinchan. “Lo que empezó como una coña se ha convertido en un trabajo para nosotros. De hacer fiestas a pinchar en otros países,” continúa Bigote.
Ahora están cocinando un vinilo que han creado Grita y Pedro Buschi (Chico Trópico), banda sonora de la nueva obra de teatro de Rodrigo García. Si echamos un vistazo a su web, vemos este eclecticismo, esta buena onda, estas ganas de sudar y de mover el culo, siguiendo una filosofía de licencias libres: todo lo que publican fluye feliz y libremente por la red. Toda una trayectoria que parte de la cumbia electrónica y se abre a nuevos sonidos y lugares del globo. “En la escena tropical ha aumentado muchísimo la calidad, el número de productores y público interesado, pero se ha acabado el factor sorpresa. Antes había como mucho treinta productores en todo el mundo trabajando en esta línea, era una etapa de experimentación que ya ha acabado”, dice Bigote.
Quizás por eso no se cierran a la fusión con sonidos más afro o dancehall. Siguen arriesgando e investigando, alejándose de la repetición de patrones que ya saben que funcionan. Caballito monta un evento al mes en la sala Planta Baja donde podemos escuchar desde cumbia tradicional en vinilo hasta lo nuevo que suena en Sudáfrica. Se nutren de artistas de todas partes sin olvidar los locales, como J O H A, con una propuesta más cercana al hip hop pero con raíces latinas “acento andaluz con sazón dominicano”. Esta MC además es DJ residente en Boogaclub y se atrevió a pinchar reggaetón cuando nadie lo hacía. En esta línea el último proyecto de Caballito es Trá! Club del Perreo, dedicado al dembow y al reggaetón. Se inaugura el 3 de noviembre en la Sala Prince y contarán con Soto Asa, DJ Twingo y Longa.
La Perdiz Tropical es otro evento imperdible que surge en el Sacromonte de Granada en 2012 y aúna sonidos tropicales y naturaleza. Es un festival alimentado con energía solar que demuestra que la diversión, el baile y la cultura pueden ser sostenibles, que se puede reducir la huella ambiental de los eventos musicales. “La última vez que hicimos La Perdiz vinieron unas mil personas, era gratuito y se podía acceder fácilmente andando desde la ciudad. Cuando terminó fue el propio público quien recogió la basura, animados obviamente por la organización”, dice Javiro, responsable del festival. “Al día siguiente del evento, asociándolo con un macro botellón, enviaron a los servicios de limpieza, que se encontraron con el lugar impoluto. No entendían por qué les habían mandado allí y dudaron si en realidad se había celebrado una fiesta”.
La Perdiz la hace posible el sound system solar de Wapapura Moving Energy, una de las ramas del proyecto Wapapaura, que lleva la música a lugares históricos y emplazamientos naturales. La Perdiz Tropical es una fiesta al aire libre con un concepto respetuoso con el entorno y toma forma de picnic, acampada o festival, sin una periodicidad fija, celebrándose dos o tres veces al año. Este fin de semana se celebra la XIV edición en Lanjarón, los días 27 y 28 de octubre, aprovechando que el tiempo todavía lo permite. Javiro nos invita a disfrutar de la música en plena naturaleza: doce horas de DJs el sábado, sólo sesión matutina el domingo. Aumentan el aforo debido al éxito de la anterior edición, que en pocos días colgó el cartel de sold out y nos recuerdan su política de cero residuos, que no está reñida con el goce de la música y lo atractivo de una acampada tropical en un entorno privilegiado.
Y también hay hueco en la ciudad para sonidos más tradicionales, para el baile y la salsa de callejón. El Bote de la Salsa se celebra los jueves en el mítico club El Entresuelo. Javiro (Perdiz Tropical) y Grita (Caballito) se unen para dar espacio a la salsa más underground: se alejan de lo comercial, de la bachata, de los bailes de academia. No quieren un ambiente forzado que se limite a las figuras aprendidas de los alumnos y que pare entre canción y canción, no quieren otra fiesta de salsa fría y artificial, no quieren que nadie se siente, así que se ponen manos a la obra con una fiesta que junta a latinos y a locales, a estudiantes, extranjeros, gente que sabe bailar y gente que no. “El padre de un amigo peruano, que preparaba mixtapes para fiestas en su juventud, nos explicó la diferencia entre la salsa de salón, para las clases altas y la salsa de callejón, en la que un vecino sacaba un parlante y llenaba la calle de gente bailando salsa brava. Este concepto de salsa de callejón nos marcó y es el carácter que le quisimos dar a nuestras fiestas” nos cuenta Javiro. Y parece que funciona porque acaban de cumplir un año.
La ciudad no para y surgen iniciativas como 808 Food MOB, que es gastronomía clandestina con inspiración musical en espacios como El Rapto o marcas de moda tan transgresoras como Sex Beat Clothes. Granada tiene un underground potente que se extiende mucho más allá de lo tropical y a pesar de las dificultades propias de este tipo de escena, parece que tenemos salsa, cumbia y perreo para rato.
Gladys En Escena
Una de las misiones de RGP es descubrir las escenas musicales más emocionantes del planeta, allá donde se encuentren. Para ello, contamos con un servicio de agentes infiltrados que recuperan datos en el terreno, interrogan a los protagonistas y nos mandan informes minuciosos.
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Parte de nuestra serie Gladys en Escena.