Lo espiritual del Combo Chimbita
Una palabra de la jerga popular colombiana allanó el camino de un combo que ha roto esquemas en la música tropical.
Inspirados en los clásicos combos de música tropical, latinoamericana y caribeña y además adoptando uno de los más comunes usos de la palabra ‘chimba’; el cual es el sentido más positivo que se le ha dado a la palabra cuando se quiere expresar algo bueno, agradable, amistoso o “bacano” en Colombia. “¡Qué chimba parce!”.
Lo que es decir, este combo de colombianos es muy bueno, pero ellos no tenían la intención de aparentar desde el principio ser buenos, al contrario, la idea era usar otra de las connotaciones que tiene la palabra en algunas regiones colombianas.
Pero, lo más particular es el hecho de cómo cuatro colombianos en Estados Unidos conectaron de manera tan especial por una palabra tan arraigada a su país y en general a la cultura colombiana. Por supuesto que a esto se le sumó una especial conexión musical. Sin embargo, lo “chimba” sea el sentido positivo o el sentido negativo, también como la música colombiana, tiene una fuerte relación con lo tradicional, con la cultura y con las raíces de Colombia.
CAROLINA OLIVEROS, LA MUJER AL FRENTE
Para contar el nacimiento del Combo Chimbita, debemos hacerlo por el orden natural de las cosas, hablando de la mujer al frente, de Carolina Oliveros de su camino musical y cómo ella se encontró en este Combo.
Durante varios años desde su juventud Carolina Oliveros quien figura como la front-girl del Combo Chimbita, vivió rodeada de música. Aunque sus inicios con esta no fueron propiamente con lo tradicional o popular colombiano, siempre estuvo buscando algo con que sentirte totalmente identificada y conectada de manera profunda. Carolina, en su búsqueda personal y musical, pasó desde el metal, el rock, la música brasileña, hasta llegar a la música tradicional y folclórica colombiana, especialmente con las voces del bullerengue y los alabaos del pacifico colombiano.
Es curioso que dentro de su camino musical, la música de su país fuera la última a la que tuvo acceso. Carolina afirma que el momento que estuvo fuera de Colombia fue la etapa donde más conoció, apreció y sintió más aprehensión sobre la cultura y la música de donde es oriunda.
Desde 2013, o sea desde que reside en Estados Unidos, el acercamiento con la música colombiana, o la apreciación a esta, ha sido mayor que cuando vivía en su ciudad natal. Cuestiones del azar o porque realmente se cumple la regla de que el foráneo aprecia más sus raíces, su tierra, su lugar de nacimiento, su cultura estando afuera. Incluso no sólo ha sido un mejor y más fuerte encuentro con la música colombiana, sino también con la música latinoamericana, en especial la música afrocubana y caribeña.
A este encuentro con las músicas tradicionales de Latinoamérica, del Caribe, de las Antillas y de Colombia, se han adherido algunas personas con las que Carolina también ha conectado de manera especial.
CAROLINA OLIVEROS Y LA NACION
Previamente a la historia del Combo Chimbita, uno de los primeros y más importantes momentos musicales de Carolina se dio con La Nación, un grupo de jóvenes intérpretes que entendieron y conectaron con las ideas, sentimientos y sobre todo con las raíces musicales de Carolina.
Lanzaron un solo disco, Monte, que demostró una de las influencias más importantes de Carolina y por supuesto de sus compañeros musicales de aquellos días: el afrobeat.
Monte tiene una enorme carga de vientos, percusión y ritmos africanos, pero con el característico toque de la voz de Carolina. Desde entonces conocimos su voz la cual, en efecto suena a todo lo que ella conoció y conectó, la música tradicional colombiana, como el bullerengue y otros.
El concepto, las ideas y las liricas que desarrolla este disco, consiste brevemente, con un toque de rebeldía que demuestra desde la portada, en la conexión espiritual con la música, con las raíces, y la vida misma.
La cultura, la espiritualidad y las influencias caribeñas y latinas de Carolina son más que notables en Monte. Carolina Oliveros y La Nación fue el primer peldaño para la construcción de la voz, y de la forma musical de Oliveros para lo que se aproximaba sin esperarlo, con el Combo Chimbita.
ANTES DEL COMBO
Aunque Carolina Oliveros sea la figura, la voz que marca el sello del Combo Chimbita, también se hace menester conocer a sus demás miembros no menos importantes: Niño Lento (guitarra), Prince Of Queens (sintetizadores y bajo) y Dilemastronauta (batería). Y ellos también tienen una historia musical interesante con grupos como M.A.K.U. Soundsystem y Bulla en el Barrio, entre otros.
M.A.K.U. Soundsystem, el grupo que orgullosamente exalta la condición de inmigrantes, con tres álbumes de estudio y muy buena música, conecta directamente con el Combo Chimbita, pues fue allí donde Niño Lento y Prince Of Queens coincidieron, se conocieron e hicieron música juntos.
Musicalmente ambos grupos comparten la condición de inmigrantes y también son representantes de una parte de la música colombiana, latinoamericana y caribeña en Estados Unidos. Ambos grupos son una de las caras de la nueva música colombiana en Norteamérica y en el mundo.
El COMBO CHIMBITA
Los caminos de la música permitieron que Prince Of Queens, Niño Lento, Dilemastronauta y Carolina Oliveros estuvieran juntos en un mismo grupo. Cuenta Carolina que la conexión que hubo desde el principio con los muchachos fue increíble e inmediata. Todo empezó de un modo aleatorio, con la intención de simplemente de tocar por diversión y placer del grupo. Mientras Carolina continuaba con La Nación coincidió en varias jam con la que podríamos llamar la primera formación del Combo Chimbita. Y como esta conexión fue poderosa e inmediata, se hizo necesario trabajar en ello.
Otra de las acepciones de la palabra “chimba” es para referirse a algo simplón, de poco esfuerzo, mediocre, barato o de poco valor. Esa fue la primera intención que usó el Combo para expresar el sentido y el nombre del grupo, pues en un principio sentían que no iba en serio, que sólo era un juego; y tampoco querían ser muy pretenciosos, ni querían asumir una carga diciendo que eran lo mejor sin haberlo hecho.
El Corredor del Jaguar (2016) es la mejor muestra de la intención que al principio tuvo el Combo Chimbita; hacer bailar, divertirse, inspirar diversión, fiesta y felicidad. Un EP con cuatro canciones totalmente enérgicas, fuertes, breves, sencillas, con una gran calidad instrumental, pero todo guiado hacia la pista de baile. Sin muchas pretensiones se lanzaron al ruedo, explotando esa conexión que tenían en sus ensayos. Aunque aquí recogieron influencias más cercanas a lo africano, desde ese momento dejaron un sello particular: guitarras, baterías ágiles y una gran voz inspirada en la tradición colombiana. Aunque el objetivo fuera sonar con una tendencia futurista, la naturaleza musical de Carolina permitió que los sonidos tropicales estuvieran presentes.
En 2017, lanzaron Abya Yala, su primer disco larga duración, que desde el nombre tiene un concepto más claro que su trabajo inicial, junto a una interesante estética visual. Representaron lo que para ellos significa Latinoamérica, o el Caribe y desde luego, principalmente Colombia. Sonaron más frescos con tintes más electrónicos y rockeros que en su anterior EP, acompañados de lo que ya es una de las principales características del grupo: la voz colombiana de Carolina. Esta vez con una llama más emocional, sentimental y raizal.
Del álbum se destacan canciones como No Regreso, una de las más emocionales y sentimentales, donde la voz de Oliveros expresa dolor, pasión y las ganas de compartir estos sentimientos desde el corazón. También Dame tu Mano, donde lo romántico sigue siendo protagonista, y La Raíz, una canción que hace alusión a respetar, apreciar, valorar la raíz, la fuente, el lugar al cual pertenezcamos tal cual como hace el Combo Chimbita con varios ritmos en su música.
En Abya Yala hay una mayor carga de sonidos latinos y caribeños, la influencia africana, por supuesto. Sin embargo en el primer álbum del Combo, toman más referencias de los ritmos propios de las Américas. La voz de Carolina continuó siendo un punto clave para el sonido del grupo, aunque en esta ocasión expresando algo más sentimental, más pasional, más mundano, más cercano a la humanidad.
AHOMALE
El 2019 ha sido un gran año para el Combo Chimbita. Lanzaron Ahomale, donde es notable cuanto creció y se inspiró el grupo colombiano; pues este disco es una muestra de varios aspectos importantes que sucedieron en la música del Combo.
Una evolución progresiva y lógica, pero así mismo asombrosa. Es evidente que el Combo Chimbita logró encontrar una identidad única y que se distingue de grupos en apariencia similares, además de un concepto más particular y más profundo. Ahomale es la primera parada de una seguidilla conceptual de música del Combo que próximamente vendrá, lo cual genera una gran expectativa. Y es que dentro de las particularidades de este nuevo álbum, encontramos que, en primer lugar hay una separación de la fiesta o del concepto de simplemente hacer divertir y hacer música para bailar; algo que desde Abya Yala empezaron a desarrollar, pero ahora en su nuevo LP, queda en los ritmos y poderosas melodías.
Ahomale es introspectivo, espiritual, humano, personal, dramático, catártico, reflexivo e incluso filosófico. Es una manifestación de sentimientos que Carolina y el grupo tenían guardados. El sentimiento personal es latente, el concepto de Ahomale expresa una búsqueda de sí mismo y el camino que hay que cruzar para ello junto con sus aprendizajes y lecciones. Básicamente, es la vida misma desde una percepción espiritual.
Esto es Real (8100 mg), el principal sencillo del disco, hace una declaración sobre la vida. Carolina exclama sobre ser transparente, honesta y sincera sentimentalmente: …mírame bien, no mentiré, lo que siento, a mí me hace más fuerte…
Otros de los sencillos importantes de Ahomale son Ahomale y Brillo Más Que El Oro (La Bala Apuntándome). Por un lado, Combo Chimbita habla de la importancia del reconocimiento de sí mismos, de una manera profunda y espiritual, y como esto permite una mejor conexión entre dos personas, o entre nosotros mismos y nuestro interior; pues encontrarse o reconocerse a sí mismo -propone la canción-, requiere vernos desde afuera como si fuéramos otra persona. Un mensaje poderoso que supera cualquier charla sobre auto-superación, pues el Combo Chimbita de manera breve busca enseñar la capacidad que tenemos de conocernos completamente por nuestra propia cuenta en un sentido espiritual. Por otro lado, la canción Brillo Más Que El Oro (La Bala Apuntándome) nos cuenta sobre el arrepentimiento, sobre el karma y el devenir de la vida. Y que esta lección se aprende en ese mismo devenir, en ese mismo camino de la vida, nada más que seguir adelante nos enseñará sobre cómo los errores se manifiestan en nuestras vidas.
En esta nueva etapa del Combo Chimbita también vemos una mayor representación visual del concepto que traen con Ahomale. En los videoclips que lanzaron este 2019 son notable las referencias y los guiños a los temas que hablan en sus canciones, especialmente la idea principal del disco, el reconocimiento personal; pues en sus clips vemos reflejo y uso de espejos.
Todo está guiado desde un personaje, el cual lleva por nombre Ahomale (que se pronuncia Iomalé, palabra Yoruba), que a su vez es el personaje, carácter que vemos en la portada del disco; ser inspirado en las enseñanzas, cultura, tradición Yoruba y afrocaribeña. Este personaje es quien se logra reconocer e ir por el camino de la vida, aprendiendo y conociendo todo con un poder particular: la conexión con los espíritus y deidades; lo cual le permite continuar y tomar fuerza para enfrentar las adversidades que se atraviesan en su camino para quizá, en su objetivo de encontrarse a sí mismo, logre ser también un ser espiritual.
La fiesta o más bien, la potencia musical con la que “Los Chimbitas” iniciaron, aún sigue vigente. Hay una evolución que los aleja un poco de lo tradicional. Ahomale tiene “sabor”, pero también son reconocibles las demás influencias de Dilemastronauta, Niño Lento, Prince Of Queens y Carolina Oliveros, como el rock y el metal. La potencia en este álbum aumenta totalmente, encontramos canciones que estallan de emoción y no son propiamente para una pista de baile tropical, pero si le exigen al cuerpo una exaltación y emoción al escuchar tales canciones.
La representación de la música tradicional colombiana y latinoamericana no basta con sonar muy cerca al folclor propio de los pueblos colombianos y latinos, Combo Chimbita lo sabe muy bien. Representar y llevarlo consigo mismos, también es saber expresar, desarrollar e interpretar las ideas y la sabiduría que la tradición latinoamericana les ha dado. Pues Ahomale no suena muy tradicional frente a sus demás trabajos, pero sí contiene una poderosa lección que viene de los ancestros y de la cultura tradicional latina.