Sesiones, redes y master-class
Una crónica sobre lo que dejó Suntracks, el encuentro de selectores y expertos musicales en el Festival de Sevilla... Y con Andy Grey by Gladys Palmera.
Sucedió en Sevilla. Del 26 al 28 de abril se presentó el evento Suntracks. Impulsado por Monkey Week, conectó a la industria musical y cinematográfica de España con supervisores musicales internacionales.
La primera sesión, “Clásicos de Culto”, con Íñigo Munster, tuvo lugar en el Antiquarium. En ella, vimos aplaudir y agradecer a quienes escuchaban por primera vez en su vida a Pau Riba; El Duende, de Vainica Doble; La Noticia, de Galaxia; el Laula-Ulah, de Las Grecas; la adaptación en francés de Jeanette de su éxito Porquoi tu vis et otu vas; o el Capricho Árabe, de Renata Tarragó.
En la sesión “Movida y otras escenas musicales tras la dictadura”, Fernando Navarro y José Manuel Sebastián dieron comienzo con Semilla Negra, poniendo a Santiago Auserón con el David Byrne o quizás el Paul Simon patrio; contaron la anécdota de cómo Bowie alabó la versión que hizo Tino Casal del Life on Mars (aunque en Casa Fabiola la que acababa de sonar era Embrujada), y rindieron homenaje al Donosti Sound con el Qué nos va a Pasar, de La Buena Vida: en ese movimiento musical creaban canciones dotadas de emoción sin ninguna idea política en sus letras.
Cuando sonó Camarón, José Manuel le proclamó el Elvis español (en España tenemos a Cervantes, Picasso, Goya y a Camarón), a lo que Fernando apostilló: y el Robert Johnson. Ovación a la mezcla de flamenco y noise rock del Manhattan, de Morente y a Los Planetas (en España tenemos a una banda que nunca sonríe). Acabaron con Derribos Arias y Esplendor Geométrico. Quién da más.
Toda una master-class de historia visual del flamenco la que dieron Los Voluble en la tercera sesión programada. Desde lo más tradicional, con creadores como su particular rey Manolo Caracol o Antonio Mairena (para nosotros el Orson Welles del flamenco), pasando por la revolución de los años 60 y 70, con María Jiménez (nuestra Beyoncé de los años 60), Lola Flores (ahora vais a escuchar algo tan potente como sería una mezcla de Etta James con Tina Turner y Aretha) o Los Chunguitos (quinqui sound, my friends). El repaso tuvo como protagonistas a nombres como Pata Negra, Niño de Elche o Rocío Márquez, y atención a artistas que están aportando valores nuevos y muy interesantes como Romero Martín o Isabel Do Diego. Y, como colofón, concierto por la noche de L´EXOTIGHOST.
Durante la segunda jornada de Suntracks, se continuó mostrando el amplio catálogo musical del que disponemos en nuestro país ante supervisores internacionales, y tuvo su primera parada en la Real Fábrica de Artillería; un sitio perfecto para hacer sonar música de rave, citando al responsable de inaugurar la primera sesión del día, Quique Ramos, quien nos teletransportó de buena mañana a la Ruta del Bakalao haciendo sonar el Controla, de Nacho División; o Síguelo, Subidón, de MC Bebeto; entre temas de La Zowi (sería nuestra Cardi B o Charli XCX), Mala Rodríguez o los mismísimos Aviador Dro, terminando, por petición popular, con la canción que daba nombre a la reunión convocada, Yes, Sir, I Can Boogie, de Baccara.
En un escenario bucólico dentro de las instalaciones del CAAC, fue donde pudimos escuchar la exquisita sesión elaborada por Irene Prada y Carlos Galán, de Subterfuge, consagrada a bandas sonoras de ayer y hoy, y donde acertaron majestuosamente al seleccionar, entre la ambrosía de su repertorio, el Bocaccio Soul, de Augusto Algueró; Bubby Girls at Coast, de Antón García Abril; que forma parte del filme El turismo es un gran invento; o Evelyn, de Waldo de los Ríos, banda sonora de la inquietante Quién puede matar a un niño, cuyo argumento sorprendió a los listeners internacionales.
La última sesión del día corrió a cuenta de ese genio llamado Paco Loco, que empezó alabando el trabajo de los supervisores musicales, ya que confesó “shazamear” habitualmente las canciones que descubre en multitud de series o pelis. Y a películas hizo referencias. Pero como sólo lo haría Paco Loco. Aprovechando que su charla era en el Museo de Artes y Costumbres Populares, a escasos pasos de donde se rodó Lawrence de Arabia, decidió que Matrimonio Asfixiado, de Black Islands podría formar parte de su banda sonora, como Agitar, de Bala, de IT; Triángulo de Amor Bizarro de una de Wes Anderson, (pero del bueno, no del de ahora), o La Iaia de un filme italiano.
La versión de Maria Rodés del Tengo Miedo desató los aplausos (como poco después sucedería con las Hinds), siendo precedida por la anécdota de la aparición de Carmen Sevilla en el Show de Ed Sullivan. Tito Alcedo & Nono García era el concierto programado para la noche en la Sala Malandar. Otra etapa del Suntracks para crear alianzas superada, con una organización y producción de primer nivel.
La última jornada del Suntracks contó con una primera sesión dedicada al folclor español y la música tradicional. La fabulosa sesión de Fernando Íñiguez, “Tradicional Sexy”, en el Patio de las Conchas del Museo de Bellas Artes, evocó la música de raíz, comenzando con la Entradilla Castellana, del dulzainero Agapito Marazuela, luchador antifranquista que desde la cárcel siguió revisitando el cancionero español.
Desfilaron, entre otras, las seguidillas (no confundir con las de flamenco) Van por el Aire, de Eliseo Parra, inspiradas en la seguidillas manchegas corridas; la Rumba Argelina, de Radio Tarifa; El Hechizo de Babilonia, de Luis Delgado, basado en las poetisas andalusíes; Carlos Núñez (una prueba latente de la variedad sónica de la que gozamos en España); la muñeira de la formación catalana Coetus, donde militó Silvia Pérez-Cruz; Ronda de Montilleja, una malagueña abandonada que se junta con verdiales; o las Panaderas del Pan Duro, de El Naan, un reflejo de la época de mayor pobreza en España, donde estos sones que resultaban de usar tan sólo una mesa, se utilizaban de manera magistral para engañar al hambre mientras hervía un puchero con dos piedras. Dos temas apabullantes sirvieron para finalizar: Entresijos y Gallinejas, de Ursaria; y Hagamos Algo de Ruido, de Los Hermanos Cubero, a quienes definió como una fusión entre Agapito Marazuela y Bill Monroe.
Tras tan espléndida sesión, Andrea Antón, de Radio Gladys Palmera, desprendió una traca final con una última magnífica audición titulada “Conexión Latina”. En el Centro de Cerámica de Triana, Andy Grey nos ofreció una cautivadora selección, que comenzó con Juanucho López, timbalero gallego que emigró a Estados Unidos en los años 60 y fue precursor de la pachanga. Recorrió desde Nathy Peluso y Bizarrap (si Nathy tuvo la opción de ir a Eurovisión por España, puede estar presente en esta conexión), la clave de cumbia de Caminadora, de Julia de Castro; la rumba La Pared, de Bambino, adaptación del bolero del puertorriqueño Roberto Angleró; hasta Moncho, “el gitano del bolero”; Los Pilotos con el trío de República Dominicana Mula; o lo que fue la gran conexión latina de 2003, Lágrimas Negras, de Bebo & Cigala.
La DJ y curadora musical, encumbró como artistas 360 a Emilia y Pablo, antes de hacer sonar esa maravilla junto al Niño de Elche que es Flores Muertas, y, antes de dar paso al que definió como el mejor productor que tenemos en España a día de hoy, El Guincho. Contó cómo en las Islas Canarias, de donde procede nuestra experta musical, llegan antes las novedades en música latina, que luego se convierten en boom en la península. La conexión Ecuador-Galicia llegó con Baiuca y Mateo Kingman, y Colombia, Venezuela y España fueron las protagonistas del final con la cumbia El Bravo, de Candeleros. Un buen sabor de boca musical el que nos dejó Andrea, quien nos recordó que la mayor colección mundial de discos latinos del mundo está en El Escorial. Y es la preciada Colección Gladys Palmera.
Punto y final a tan necesarias jornadas, que lograron facilitar a los asistentes tanto el poder tejer redes internacionales para la industria musical y cinematográfica como conocer el patrimonio histórico de una ciudad como Sevilla. Todo ello con una producción y un trato de diez. Y una clausura en los Reales Alcázares a la altura del evento y de los organizadores que lo han hecho posible.